Thursday, September 17, 2020

Los días eran así



 

1 – Iván Lins vino a Argentina a tocar en vivo en 1984 junto a Luis Alberto Spinetta, Pedro Aznar y León Gieco. Quizás había venido antes, pero yo no lo sé. Ese recital fue grabado y luego publicado en vinilo. Cuando lo reeditaron en cd, le cambiaron el arte de tapa y no fue ese un cambio beneficioso. Los tres grandes del rock en Argentina cantaron temas del cantautor brasilero y este hizo lo mismo con composiciones de ellos, o al menos eso es lo que recuerdo. Es un hermoso disco, con hermosas canciones y entre ellas está “A Nuestros Hijos” con la voz de León Gieco.

 

2 – El problema de León Gieco no son sus canciones, algunas de las cuales son bellas obras de arte. El problema con él es la sobre exposición que padecieron algunas de sus creaciones tales como “Solo le pido a dios” o “Ojo con los Orozco”, las cuales no son justamente las mejores según mi criterio. Solo basta con sumergirse en sus discos y así averiguar el paradero de esas otras canciones mágicas que andan por allí. Yo hoy solo voy a escribir sobre una.

 

3 – Observando esta canción de Lins bajo el lado racional de mi mente, entiendo que toda la letra de la canción, su melodía y la interpretación de Gieco nos llevan inevitablemente a la tristeza. Que la canción fue compuesta adrede para hacernos llorar, cual si fuese algo así como un golpe bajo o un recurso lacrimógeno que nos va a sumar conmovidos, sí, pero también a la fuerza, sin que medien algunos atenuantes o visiones de otra cosa más que la tristeza.

 

4 – No obstante, yo escribo sobre músicas desde el lado emocional de mi mente. Yo estoy hablando de esta canción porque estoy enamorado de ella y lo estoy porque me hace llorar siempre. Siempre. Nunca podría cantarla. Las pocas veces que lo intenté siempre se me quebraba la voz y soltaba lágrimas y, a veces, hasta mocos. La intensa emoción no es algo muy recomendable de atestiguarse. Porque, de algún modo, Iván Lins habla por mi papá, por eso. Y porque somos latinoamericanos y somos millones los que, directa o indirectamente, padecimos falta de libertades políticas, civiles y culturales y carencias económicas. Una dura realidad social que luego derivaba en una áspera vida personal, con faltas de demostraciones de afecto. Por supuesto una cosa no lleva necesariamente a la otra. Hay quienes tienen más herramientas intelectuales y recursos emocionales para afrontar tiempos difíciles. Y también están quienes no padecen ningún tipo de injusticia social para nada. Es este un amplio mundo.

 

5 – Yo solo tengo información de primera mano de mi microcosmos y, dentro de el mismo, está es una de esas canciones que me hace llorar. Yo solo espero que allá afuera las cosas vayan mejorando. Para dejar definitivamente detrás esos días que eran así y, por desgracia, de algún modo y en parte para bastante gente, siguen siendo así.

 

 

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