Thursday, November 12, 2020

Los satélites están cayendo esta noche

1 – Escuchar música a todo volumen no suele ser mi costumbre. La mayoría de las veces escucho músicas con mis auriculares. Aunque vivo solo hace ya más de 15 años, escucho mis archivos sonoros de esa forma. Recuerdo que a una amiga que una vez que vino a casa le causó gracia ver los auriculares y me preguntó: “¿Y se supone que a alguien vas a molestar con tu música?” A lo cual yo respondí: “También sirven para escuchar mejor”, cosa que es totalmente cierta. A mí siempre me pareció que escuchar músicas a todo volumen está más relacionado con alguna especie de performance que con el placer auditivo o con el acto de asimilar mejor las sonoridades. Además, siempre me pareció un gesto de mala educación cuando algún vecino pone su música a todo el volumen que le permiten sus parlantes y su equipo de amplificación. No piensan que tal vez sus vecinos no desean escuchar las mismas cosas que ellos disfrutan. Curiosamente, la mayoría de las veces que escuche a alguien musicalizar para todo el barrio, ellos decidían pasar músicas que no me gustan.

 

2 – Igualmente hubo escasas ocasiones en que me pareció que una canción en especial necesitaba ser tocada a todo volumen para que uno aprecie que es lo que los músicos nos quisieron narrar. Una de esas canciones que gana dimensiones al ser escuchada a alto volumen es “Good Boys” de Blondie. Esta es una canción del 2003 proveniente de una banda que se formó en 1974 y editó su primer disco en 1976. Escucharla a Debbie Harry cantar eso de “Los chicos buenos nunca ganan” gana una fuerza extra cuando se considera los años que tienen ella y los muchachos dando vueltas dentro de los mundos del rock y del pop. Lo que hace que esta canción se quede en la memoria y uno quiera disfrutarla a todo volumen es el ritmo.

 

3 – Los Blondie siempre estuvieron en estrecho contacto con músicas rítmicas: la música disco y el hip hop. “Good Boys” retoma esas dos fibras esenciales en los sonidos de la banda y los remezclan y actualizan en pleno apogeo del revival disco-punk de aquellos días. Los sonidos disco de 1977 y las vocalizaciones ligeras del rap de 1982 en el 2003. Estas tradiciones musicales nacieron y se diversificaron dentro de los boliches bailables, lugares en donde las músicas se escuchan a todo volumen. Por eso, es casi obvio que Blondie es sinónimo de volumen ensordecedor.

 

4 – El video de la canción le agrega unos placeres extra a la escucha. Uno se queda pensando en el simulacro del circo y en el glamour gastado de algunos días, en especial, de esos escapes nocturnos al baile que, al tanto, se volvían irrecuperables a la mañana siguiente de resaca. Sentir eso de caminar sin tocar el piso o que los satélites se están cayendo esta noche. Nuestras búsquedas de estados de excepcionalidad nos convierten a todos en animales emplumados soñando que nuestra ropa no mienta de más. Querer ser únicos olvidando siempre que ya lo somos. Con la mañana llegó el momento de volver a casa. No obstante, nos llevamos “Good Boys” en las orejas del corazón.

 

 

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