Tuesday, December 10, 2019

Paso-Peso-Piso-Pozo-Puso



1 – Había una vez un blogger que quería pasarse de listo y andaba con ganas de escribir un post que combinase comentarios acerca del disco “Discutible” de Los Babasónicos y los hechos e interpretaciones sobre el Copamiento del Cuartel de La Tablada del día 23 de enero de 1989. Parecían encajar perfectamente e iban a llamar la atención esas palabras yendo y viniendo de un evento artístico a un evento político. Porque el disco me gusta muchísimo. Porque pasaron 30 años de lo de La Tablada. Pero ese blogger, que vengo a ser yo, no pudo hacerlo. Este post es una suerte de relato de ese fracaso.
2 – Paso. Durante semanas, incluso meses, estuve escuchando el disco de Babasónicos del 2018 y viendo un documental sobre lo de La Tablada que se llama “Tablada-El final de los setentas” de Fabián Agosta del 2010. Aunque sea delirios míos, inducidos por la ingesta de sustancias tales como fideos con tuco o arroz con revuelto, yo aun creo ver claras conexiones entre esas letras y algunas de las declaraciones de los implicados en el hecho. De hecho, para dar por concluido el tema de mi parte, se me ocurrió escribir este post para pasarles la posta a ustedes, lectores. Les queda de tarea para el hogar: buscar las conexiones racionales y emocionales entre ambas experiencias, en este caso, un disco y una toma. Sin ir más lejos, creo que los flacos del MTP y los flacos de la banda comparten las mismas edades. De hecho, en aquel 1989 los Babasónicos ya andaban en proyectos musicales, aunque no con el mismo nombre de estos días ni con el mismo estilo de música. ¿Y qué tal si se tratasen de formas similares de idas y vueltas con los grupos sociales pero por distintos medios? Sí, muy delirante todo, pero hay que pensarlo para luego descartarlo.
3 – Peso. Faltan pesos en mi bolsillo y hay pesos que han complicado la marcha hacia la escritura del post. No tengo el libro “La Tablada A vencer o morir” de Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Fui a averiguar cuánto costaba y estaba medio caro. Porque el documental está muy bueno pero deja varias cosas sin aclarar. Ejemplo: en un momento uno de los pibes que coparon La Tablada le dice a uno de sus compañeros que tenía sed. El compañero va a buscar algo de beber  y le trae una gaseosa. ¡Una gaseosa! ¡En el medio de alta balacera! Y, luego, leyendo en Wikipedia, me entero que ellos habían irrumpido dentro del cuartel con un camión robado de transporte de bebidas. Y ahí tuvo más sentido ese relato. El documental está hecho con la idea de quien lo está viendo ya tiene varios datos en mente sobre lo sucedido. Además, todas las fuentes que consulte no logran ponerse de acuerdo sobre cuántos fallecieron, ya sea en combate o luego asesinados (una vez que se habían rendido, desarmados). Con tantos pesos costaba dar pasos y entonces sobrevino la parálisis. Y este post es un exorcismo. La forma en la que plasmar algo para seguir en otros escritos. Esto más adelante quizás se resuelva mejor.
4 – Piso. Más sano que estar escribiendo esto en soledad, para que termine leyéndolo yo solo, sería ir a charlar con los implicados. Establecer un piso. Que me discutan. Porque yo no hago canciones, yo no milito en ninguna organización ni política ni social. Pero como cada quien en cada sitio, escucho canciones y veo documentales y sospecho que uno podría sacar algo en claro que fuese útil para salir adelante. Sin ser las gentes dentro de un cuartel, armas en mano. Sin ser las gentes dentro de un escenario, instrumentos musicales en mano. Somos la gente presenciándolo. Podríamos ocupar un rol más activo en estos asuntos.
5 – Pozo. ¡Pero qué difícil se hace todo dentro del miserable pozo en el que caímos todos hace ya 4 años! El macrismo no dejo nada positivo. Ya están a punto de marcharse, pero el daño quedo instalado. Y salir de este pozo va a costar mucho esfuerzo. Y todo lo discutible fue a parar a un pozo y también metieron dentro de un pozo el homenaje a los hechos, cuando se cumplieron 30 años. Yo tenía 13 años cuando pasó lo de La Tablada. Lo vi por TV. Tuve los hechos ahí nomas y hasta el día de hoy ni siquiera se me había ocurrido pensarlos aunque sea un poco.
6 – Puso. Yo creo que se equivocaron, que esa no era la forma de encarar las cosas. El pueblo al que ellos decían representar no los acompañó. Ni antes, ni durante, ni después. Pero eso no es lo más importante que hay que aprender de La Tablada, ni de las letras de los Babasónicos. En uno de los testimonios, uno de los flacos rescató que ese copamiento subrayó la necesidad de los individuos de tomar acciones, más allá de lo que los políticos decidan. Que la gente también decide o que debe decidir, más allá de tan solo votar. Ella/Él puso una teoría en práctica. Ellos hicieron algo, mal, pero lo hicieron. Puso las cosas en orden aunque luego ese orden resultó inviable. Pero ponerse a realizar en el medio de tanta falta de acción, acomodados como estamos al consumo cultural (sin que importe si consumís “mainstream” o radicalismo ideológico envasado al vacío), es ya un avance. Una sociedad formada por individuos ocupados en su auto observación narcisista solo genera una frustrante y confusa bola de tranquila violencia. Una violencia que devora nuestras cosas hermosas. Una inhumanidad que hay que evitar que siga creciendo.
7 – Quiero terminar con Los Babasónicos. En una canción Adrian Dárgelos canta: “no soy un premio para nadie”. Pregunta: entonces, ¿hay alguien que es un premio para alguien? ¿Y qué pasaría si nos premiamos los unos a los otros con vivencias comunitarias igualitarias?


Tuesday, December 03, 2019

Fiestas, Baños y Exilios – Alejandro Modarelli y Flavio Rapisardi (Mis apuntes)



1 – Año 2000. Festival en donde tocan los Sonic Youth. Voy temprano para poder disfrutar de todas las músicas que me sean posibles. Entre tantos nombres “alternativos”, sube a escena Leo García. Es él, una guitarra criolla y unas bases pregrabadas. Adelante, cerca del escenario, los flacos no se cansan de gritarle: “PUTO”, una y otra vez, con enojo alternativo. A Leo parece no importarle. Más atrás, cerca de las mesas de sonido, están sus fans y también estoy yo. También Cerati y su mujer. Cuando García canta su “yo hago el amor por amor al arte” con su pasitos gays, el público parece aun más enardecido que antes. Ira a flor de piel. Sus fans imitan el pasito de su ídolo. Yo me divierto con el contraste “amor-odio” de aquellos “sónicos” y estos “chicos pop”. Estos últimos todos varones y todos bien vestidos, a gran distancia de nuestras remeras “indies”, en mi caso con la tapa de “Dirty”. Leo bajó del escenario, vino para donde yo estaba ubicado, se reunió con Gustavo y Cecilia, recibió el afecto de sus fans y se fue. Siempre me pareció más valiosa la alegría de estos despreocupados trolos que la furia de mis hermanos rockeros, tan machos ellos. Pagar la entrada de un festival, asistir y ladrar enfado es un plan bastante pelotudo. El hecho de que sea una pelotudez no me parece algo tan difícil de entender. Entonces ¿Por qué lo hicieron?
2 – Ya lo sabemos. El mundo está como está porque el que manda es el miedo, no el amor. Alto cagazo, el que tenían (y quizás siguen teniendo) esos machitos de los alaridos. Quizás pensaban: “Que no se confundan conmigo, YO NO SOY PUTO.” Es una lástima que todavía no inventaron los galardones a los más machos.
3 – Y es una enorme alegría que escribieron, editaron y reeditaron un libro como este que hoy estoy comentando. A propósito deje afuera del título de este post el subtítulo de esta obra: “Los gays porteños en la última dictadura.” Lo deje afuera para que el título quede más corto, también porque ya figura en la foto del post. Sin embargo, ese subtítulo dice todo lo que me llamó la atención como para comprar un ejemplar. No tanto por lo de “gays” y más por lo de “dictadura”. Antes de comentar más, algo de historia.
4 – Supe de esta obra gracias a la labor de las gentes de la revista “Los Inrockuptibles”. Fue en el número 61 de noviembre de 2001. Era un libro publicado por la editorial Sudamericana, tenía 223 páginas y salía 19 pesos. Mariano Valerio entrevistó a ambos autores. Leí la entrevista, leí los comentarios de Silvia Delfino (coordinadora del Área Queer del Centro Cultural Ricardo Rojas) pero no fui a buscar el libro, casi nunca voy a buscar libros luego de leer reseñas. Yo soy de los discos. Pero la data quedó en la memoria.
5 – Este año el diario Página 12 está sacando la colección “Biblioteca Soy”. Liliana Viola anda detrás de esta iniciativa. Ella escribió el “pre prólogo” de esta edición de octubre de 2019 antes del prólogo de María Moreno de la edición original. Hoy, el recorrido de aquellos noventas en el 2001, mientras recordaban los setentas, lo tenemos al alcance de la mano, en los kioscos.
6 – Es una gran alegría, como venía diciendo, porque hay un montón de cosas que va quedando claras luego de leer esta obra. Los autores eligen entremezclar, con los testimonios de primera mano de los protagonistas, textos académicos que analizan esos hechos y sus lecturas por parte de homosexuales y heterosexuales. Tengo que confesar que se me hizo un tanto pesada la lectura de las dos primeras partes pero se volvió muy ágil la lectura de la tercer parte, más relacionada con las tensiones entre los movimientos  de defensa de los derechos civiles de los homosexuales con los grupos de la izquierda peronista y marxista, con quienes buscaban sumar fuerzas. ¿Cómo se imaginan que reaccionaron los izquierdistas y peronistas ante tal posibilidad en aquellos setentas?
7 – Este gran libro deja picando varios asuntos estimulantes, según alcance a entender. El capitalismo como la nueva religión, la religión definitiva, me animo a escribir ahora. La violencia que la homosexualidad despierta en ciertas personas por ser el testigo de lo improductivo y lo incontrolable en los seres humanos. El derroche de la lujuria que no va a concluir en procreación alguna debe resultar problemático para quienes solo valoran lo que apuntala y favorece la perpetuación de órdenes sociales nocivos pero “productivos”.
8 – El recuerdo de las “teteras”. El recuerdo pleno, con luces y sombras, de la figura de Néstor Perlongher, autor del que nada leí, cosa que, ahora estoy pensando, debería hacer. El recuerdo de las “parties”. Todos esos recuentos del pasado, leyendo, a su vez, con agudeza, aquellos presentes. El neoliberalismo de los noventas terminó desembocando en una mercantilización del deseo, donde no importa si sos bi, homo, hétero o lo que se te ocurra, con tal que pongas tu dinero en circulación antes que cualquier parte de tu cuerpo.
9 – Perlongher intuía que una verdadera revolución social podría ocurrir si los hombres socializábamos nuestros culos. Los autores indicaron, las dos veces que escribieron acerca de esto, que Néstor lo decía “medio en serio, medio en broma”. Más allá de las cuestiones de salud que hay que pensar ante cada socialización de cualquier parte del cuerpo, el tema me dejó pensando. Porque, en realidad, es mucho más lo que quedaría por socializar. Que socializar, ante quienes, como, porque, varias interesantes preguntas para seguir pensando.
10 – Cosas para más adelante. Ojala haya nuevas ediciones ampliadas de esta obra con: lesbianismo, transexualismo, índice de obras para seguir consultando, índice de nombres, una actualización en teorías y prácticas sobre lo gay desde el 2001 hasta la actualidad.
11 – Antes de terminar de escribir este post recomendando con alegría que consigan y lean este hermoso libro, quería citar algo puntual de “Fiestas…” En la página 188 de esta edición hay una anécdota que me hizo cagar de risa y que me mostró un lado que yo no conocía de alguien. Los autores hablan de Silvio Rodríguez pero llamándolo “Silvia Rodríguez” en dos ocasiones pero también nombrándolo como “el cantante”, dejando así en claro que el cambio de Silvio por Silvia no era un error de escritura. Dos militantes gays chilenos comparten con el cantautor cubano su teoría sobre de que trata la letra de la canción “Unicornio”. Rodríguez no solo niega esta nueva interpretación de su canción, redobla la apuesta a favor de la total torpeza al revelar lo que cuenta “Unicornio”. Esta revelación tajante, inequívoca, desde ese momento y para siempre difícil de poder dejar a un costado, tan solo sirvió para dejar mal parado a Silvio y totalmente merecedor de ese irónico cambio de género que, creo, los autores le endilgaron al imaginarlo ofendido ante tal denominación. Que haya compuesto hermosas canciones no lo exime de quedar mugriento luego de la doble pelotudez de contar de qué trata una canción y anular cualquier otra visión de la misma en un solo movimiento. Mucho más hubiese ganado Silvio al dejar sin explicar su canción, abierta a cualquier interpretación. Así es como la poesía vive.



Saturday, November 30, 2019

¡Significados Invisibles es periodismo de anticipación!


Suplemento Radar del diario Página 12 del domingo 3 de noviembre de 2019.


The Wire Magazine número de Octubre de 2019.


Post de SS.II. del 27 de octubre de 2017.

Dos años antes que The Wire y Página 12, este blogger puso en la tapa imaginaria, para un homenaje a una revista real que ya no sale más, a Kim Gordon.¡Que tal!

De vez en cuando, algún post medio ganso se puede publicar. Es que me causaron gracia estas coincidencias y entonces publique esto. Bueno, eso.

Friday, November 29, 2019

Water? Charger? Music?



1 – Estamos viendo el video de la canción de Kim Gordon que se llama “Sketch Artist”. Lo dirige Loretta Fahrenholz. Kim elige presentar su primer disco solista con esta canción. Elige abrir el disco con esta canción. Una pasajera se sube a un auto, donde un niño ya estaba esperándola. Kim Gordon está al volante, ella va a conducirnos, tenemos que pagarle, no sé cómo vamos a poder hacer algo así.
2 – El auto arranca. A los 37 segundos, la Gordon pregunta: “Water? Charger? Music?” Detrás un niño va haciendo ruidos con la boca (¿recuerdos del noise de aquellos Sonic Youth?) y luego arranca la canción. Ya nos agarro.
3 – Con el cuento del celular nuevo de este año, me puse a compartir tracks con ciertos sujetos mediante whatsapp. Esta canción la compartí con dos en particular. Las respuestas oscilaron entre la perplejidad y el silencio, casi como reaccionan los pasajeros a los que iba dirigida la pregunta cuando todo esto empezó. También cierta indiferencia. Así nos funcionan los climas culturales últimamente.
4 – “Hacé varios de esos muñecos y véndeselos a los freakies”. Un amigo le dice esto a la novia de otro amigo en una reunión. Escucho la palabra “freakies” y de inmediato empieza a sonar en mi cabeza esta canción. Ya estoy embrujado una vez más. El video está poblado por freakies en convulsión. Yo estoy más o menos así también.
5 – Esta canción viene en “No Home Record”. Lo tengo pero aun no lo escuche. Otro síntoma de estos tiempos. Vale, ya lo voy a escuchar entero al disco, es cuestión de… tiempo.
6 – Kim Gordon me embrujó así hace muchos años atrás. Fue en “Secret Girl” (EVOL, 1986). ¡Que discazo, por dios! Los Sonic Youth en las cumbres de sus poderes. Esa voz, esos sonidos. Pasaron 33 años y volvió a hacerlo. Otra vez la magia se puso en marcha.
7 – Lo que más me encanta de este encantamiento son esos seseos, esas multiplicaciones de eses, en líneas tales como “your dead stare strikes”. En un arrebato de último minuto busque la letra por Internet. Disfrutaba de no querer tener ni idea de que estaba cantando Kim. Solo necesitaba que se ponga a estirar sonidos de letras. Era música como anti literatura. Y, mira vos cuanta contradicción, yo necesito literatura para darme a entender. En fin…
8 – “¿Agua?”
“Bueno, dale. ¡Gracias!”
“¿Cargador?”
“Cargué el celu antes de venir. Sabía que iba a querer escuchar tu canción varias veces este día.”
“¿Música?”
“¡Por supuesto, mi amor! ¡Si pasas tus canciones, yo voy querer escucharlas siempre.”
“Menos ‘mi amor’, negrito,  y anda pagándome el viaje.”


Sunday, September 15, 2019

Babasónicos – La pregunta



1 – Cuando escuchas la canción “La pregunta” de Babasónicos por primera vez, de inmediato te das cuenta que el asunto de este tema pasa por la letra antes que la música. La voz de Adrián Dárgelos suena en tu cara. Y la letra viene cargada de muchas cosas para pensar y debatir. Por todo eso que poco a poco se va desenvolviendo, todo indicaría que, para hablar de esta canción, uno también empezaría a escribir pregunta tras pregunta. No tiene por qué ser así.
2 – Los Babasónicos son famosos por la larga lista de canciones que ubicaron en las memorias de muchos. Como banda de hits de radio FM, como banda alternativa, como los que buscan y rebuscan por varios estilos y direcciones en las músicas pop y rock desde los sesentas en adelante. Son varias las canciones que me gustan de ellos y aun nunca cumplí con esa promesa que me hice hace años de ir a verlos en vivo. No puedo explicarme, ni explicarles, porque, quizás se trata de que con sus músicas me alcanza, no sé si yo estoy en sintonía con su histrionismo escénico.
3 – Mi asunto con ellos arrancó allá por el 2003 cuando me conseguí “Jessico” en cd original y llegó a una pausa allá por febrero de 2012 cuando obtuve “A propósito” en cd trucho. Antes del 2003 y después del 2012, la verdad, no les di mucha bola. Pero hay algo en la “La pregunta” que me puso en movimiento, de repente, otra vez quise repasar lo que me gusta de ellos.
4 – Hay en esta canción bastante del sonido del grupo The XX, algo de los Depeche Mode en los ochentas, por algo que trae los sonidos de la canción, con generosidad de silencio entre instrumentos, también me recordaron a “Coming of Age”, canción de los Foster The People. Toda esta seducción sonora basta para que uno se arrebate con la fuerza de esta música. Tal vez esto es un “coming of age” de los Babasónicos. Con esto último quiero decir que, por una vez, ellos parecen lejos del glamour y del kitsch superfluo  de mucha de sus obras, sin renunciar por ello al curioso sentido del humor que siempre han sabido tener y tienen.
5 – Para apreciar “Jessico”, primero conseguí y disfrute del disco “Rocío” de Daniel Melero. Algunos Babasónicos colaboran en esta placa. Puedo adivinar sus aportes en la preciosidad de “Descansa en mis brazos”, en “Piña colada”, en “Mañana”, en “Tamarindo”. Después de la ternura y dulce melancolía del álbum “Rocío” fui a buscar más a “Jessico” y lo encontré. Yo me siento más cercano a esas delicadezas que al ruido que tanto les gusta provocar con sus letras.
6 – Desde que arrancaron a principios de los noventas hasta nuestros días, el asunto de los Babasónicos, o al menos uno de ellos, es provocar reacciones en sus oyentes a través de letras a veces beligerantes, a veces inteligentes, siempre llamativas. Dárgelos se resiste a aclarar que quiere decir cuando escribe eso que canta. Tiene razón. A cada oyente le queda el espacio para que piense lo que quiera pensar.
7 – Acá quiero hacer un alto en esto de escribir sobre “La pregunta” y quería hablar de la banda. Tomando los aciertos de bandas de los ochentas tales como Virus o Los Encargados, entre tantas otras influencias, la banda trabajó por años en su sonido, en sus músicas y siempre colaboro con diversos personajes y grupos. Cuando empezaron, eran parte de esa movida “sónica” junto a Tía Newton (el gran Carca es hoy miembro del grupo), Suarez, Juana La Loca, Peligrosos Gorriones, Martes Menta, Los Brujos y otros. Gustavo Cerati con sus Soda Stereo los bancó en aquellos días. Cuando los Babasónicos se volvieron famosos, ellos acompañaron y apoyaron a diversas bandas under. Se puede decir que varias de las músicas más interesantes que tuvieron lugar en nuestro país en los últimos treinta años tienen alguna relación con ellos. Yo no puedo decir que soy fan de ellos pero tampoco me parece sensato ignorar sus aportes. No estoy en condiciones de llamarlos enormes pero sí sé que son considerables, negarse a escucharlos es un error.
8 – Y, entonces, “La pregunta”. Más allá de esa cosita de “que nos dejen hacer la pregunta” que suena más a cobardía de otros que propia, la canción es valiente y viene, por fin, a sacudir un poco las cosas, en esa eterna pausa en la que parece sumergida el pop y rock de nuestro país. Aunque “La pregunta” trae bastantes respuestas, hay algo que vale la pena remarcar.
9 – Todo el valor que los oyentes le ponemos al rock y pop de nuestras zonas viene de una búsqueda de respuestas que empezó allá, hacia fines de los sesentas. Para los noventas, el rock empezó a volverse sentencioso y ya no hubo más búsqueda de respuestas, ahora las respuestas eran aportadas para tranquilidad de quienes no se sienten muy inclinados a pensar por sí mismos. Luego del quilombo de Cromañón, ya no hubo letra de rock y pop que no se tome tan solo como malabares de palabras sin cuerpo que las acompañe, salvo el de algunos sacrificados oyentes aun dispuestos a dejarse encantar por los cantos de sirena de quienes se dicen “rebeldes” y son solo comerciantes con música como mercadería que vender y poco más. Y después de tanta agua que pasó bajo el puente, ahora viene alguien a hablarnos de preguntas. Si bien supo haber alguien, hace mucho tiempo atrás, que dijo que uno se formula preguntas cuando ya están dadas las condiciones para proveer respuestas, la cosa es que hoy están los Babasónicos para traer preguntas antes que respuestas. Preguntas. Hasta dan ganas de caer en la trampa de creerles otra vez a estos rockeros picarones y no estoy hablando de Dárgelos y compañía, sino de todos ellos en general.
10 – Ojo, que Adrián toma buena nota de esto último que se me ocurrió notar (“¿Quién va a protegerte de mí?”). Pero esa autoconciencia también podría ser tomada como el nuevo truco de quien es lo suficientemente listo como ver trampas por doquier y también entiende que lo suyo quizás es una nueva trampa del carácter representativo que cada uno de nosotros, los anónimos de siempre, les ubicamos a ellos, los renombrados.
11 – Para 2013 Pablo Schanton escribía que ya no quería escribir sobre ellos porque ya se había escrito demasiado acerca de ellos. Y, escribía todo esto en un ensayo sobre un disco de… Babasónicos. Admitía que no había más de quien hablar. Yo no estoy tan seguro de esa afirmación, Pablo. Siempre hay de todo sobre lo que escribir, los que reciben paga de ello deberían saberlo mejor. Si solo van hablar de lo que les gusta, marginan eso que no y pasaron a elegir por nosotros, tal como pasa en la política. Si los campos políticos argentinos están todos inundados de miserias, no usen eso de excusa para comportarse así en los campos de las culturas. Si las culturas no nos salvan, nada lo hará.
12 – “La pregunta”. Con esta canción uno piensa y baila y vuelve a pensar. Están quienes se demoran buscando la referencia específica de alguna parte de la canción, cuestión para nada recomendable. Yo más bien me sentí invitado por ellos a traer mis propias preguntas a la fiesta. Que les podamos encontrar respuesta o no, esa no es una cuestión tan importante hoy. Esta búsqueda de preguntas se me antoja novedosa, se me antoja estimulante. Entre tanta certeza desacertada de tanto tonto con título, yo elijo ir por ahí, tirando pasos y preguntas. Puede que latir así tenga su gracia.


Sunday, August 25, 2019

Cosmopolis (2012)


La última vez que les hable de películas fue para la época del Bafici, como pasa casi cada año. Y antes de eso, la última vez que escribí sobre una sola peli fue para “Lo que vendrá” (ver post del 19 de abril de 2013). Si se trata de escribir sobre movies que me gustaron un montón, lo que me pasa casi siempre es una sensación tipo “¿y yo qué más puedo agregarle a lo ya dicho?” Es raro. No me pasa lo mismo con músicas o lecturas. En fin… Hoy les quiero hablar de “Cosmopolis”. Esta peli es del 2012 pero yo recién la conseguí para el 2016, en julio, para ser más preciso.
Pienso que luego de casi 4 años de inclemente macrismo necesitamos ver esta película y necesitamos verla varias veces y también necesitamos discutir esta película y volver a discutirla varias veces más. Porque nos habla y habla de nosotros y porque, en parte, hay cosas que dejó sin decir.
La historia es básicamente el itinerario que hace un tipo millonario de 28 años a través de la ciudad, desde su oficina hasta una peluquería, en una lujosa limusina blanca que, en su interior, parece una nave espacial. El tipo es interpretado por Robert Pattinson (sí, él de “Crepúsculo”) y lo lleva adelante con sobriedad, equilibrio y talento. Le tocó un gran personaje y el actor lo hizo con altura. Genial. Si el vampiro de la saga de “Crepúsculo” reprimía su apetito para no matar humanos, este “vampiro” de “Cosmopolis” le da rienda suelta a su ansia de devorarlo todo: se garcha dos minas estando casado, todo podría ser comprado por él, todo dato está a su alcance, con asesores que le aconsejan y vigilantes que lo protegen.
Y este hombre que todo lo compra, que todo lo micro calcula, está queriendo un corte de pelo que no parece necesitar. Al ver varias veces el film a uno le va cayendo la ficha: hay algo que está buscando, algún tipo de experiencia que queda clara al terminar la película (tranquilos, no les voy a “spoilear” la movie). Más allá de eso que busca, hay algo que está claro a lo largo de la película: podes tener dos ascensores (musicalizados con Satie y un rapper respectivamente), comprar cuanta obra de arte este a tu disponibilidad, coger con bocha de minas, tener la data justa para ganar en la bolsa, tener con quienes hablar de la filosofía que subyace a tu sistema de vida, tener quién vigila tu salud, quien cuida que no te bajen de un corchazo, tener quien te banque en una caída, tener belleza, tener influencia y aun teniendo todo eso, sentir que nunca nada es suficiente, que siempre vas tener esa picazón que nunca vas a poder rascar, que nunca va a haber techo.
 Y con todo, este depredador, en ese día, está en un viaje interior extraño. Al parecer está perdiendo millones a lo pavote y no parece importarle demasiado. Lo asiste su lucidez cínica y una comprensión del mundo que atemoriza. Sabe de donde provienen los taxistas (“they come from horror and despair), sabe las experiencias terribles que vivió su chofer, sabe como impersonalizar sus exigencias en ese burocrático cambio del lenguaje de la primer persona del singular a la primer persona del plural. Primero “yo quiero”, luego “queremos”. También sabe que “hay suficiente dolor para todos”.
“A rat became the unit of currency”, tal es el epígrafe que aparece segundos antes que la película comience. Este es un fragmento de un poema del escritor polaco Zbigniew Herbert (1924-1998). Más adelante, Eric Parker, el protagonista en cuestión, cita esa línea del poema para lanzarse a jugar, junto a uno de sus asistentes, con todo lo que podría sucederle a una moneda llamada rata. Juegos del lenguaje tales como “la rata rusa se devaluó hoy”. Es que Eric puede re contextualizar cualquier cosa, incluso consignas anarquistas: “the urge to destroy is a creative urge”, para usarlas en su labor.
En medio de protestas anti capitalistas y un cortejo fúnebre  de ese rapper que él admira, hay una escena que, no por inverosímil, deja de ser valiosa. La limusina avanza lentamente y podemos ver, como si estuviésemos con ellos, a uno de los protestantes quemándose a lo bonzo. La asistente que va con él en ese trayecto del viaje reacciona con un “no es original” para sacarse el espanto de encima. Parker decide comentar en un tono que no puede saberse si es sorna u orgullo: “to say something…to make people think”. Una escena que da mucha tela para cortar.
Y hay más frases para recordar y pensar: “All wealth has become wealth for its own sake”; “the logical extension of business is murder”. Grandes frases, pesadas frases, la película nos quiere dejar pensando.
Sin embargo hay algo que la película no quiere contar. Al mostrar a este “malo” en ese viaje de un día de duración, imperturbable mientras sacuden y escrachan su limusina, sin limpiarse el tortazo que le propina un protestante “fashion” (con paparazis y todo, show mediático garantizado a full), el director del film (David Cronenberg) pareciera estar tranquilizándonos, algo tipo: “Ojo, él es así, ustedes, los espectadores, no son como él”. Si nosotros somos o no somos unos forros que todo lo queremos conseguir, sin importar costos, es un tema que cada uno de nosotros puede pensar en su fuero íntimo. Mirarnos al espejo y afrontar la imagen que vemos. Pero hay una pregunta que nos quema, durmiendo ahí en la película: si nos preocupa el dolor de los demás, si intentamos ser solidarios ante las carencias de nuestros semejantes, si tenemos conciencia social y responsabilidad civil: ¿Por qué trabajamos para esta gente? Si la injusticia es evidente ¿Por qué continúa e incluso prospera? ¿De verdad creemos que todos estamos a cinco minutos de volvernos ricos? ¿Tan poco racionales somos que no podemos entender que no podría ser posible un mundo donde todos vivimos a lo Eric Parker? La película, creo, no se anima a decirnos que hay varias miserias de ese hijo de puta en nuestras miserias.
El macrismo es el regreso del síndrome Eric Parker, ese mismo espectro que nos jodió la vida durante la dictadura militar y durante el menemismo. No importa que estos delincuentes disfrazados de demócratas que son Macri y compañía  parezcan estar yéndose. Se van los funcionarios pero queda la función. Hay gente que desea que el mundo sea de pocos, siempre de pocos.
Tal vez todo se trata de que eso que nos impulsa a seguir adelante, día tras día, con nuestras vidas, tenga también incorporado la enfermedad que nos termina aniquilando. Quizás toda la aventura humana sea solo una broma de mal gusto, un truco sin valor. Quizás la inmensa mayoría de inocentes nunca salga a ubicar en su lugar a esos pocos responsables de tanto horror. Quizás sea que nos falta el valor de reconocernos valiosos a nosotros mismos y a todos nuestros contemporáneos. Quizás estamos demasiado inmersos en una cultura del entretenimiento y no le damos espacio suficiente a una cultura del auto conocimiento y la formación en artes, lenguajes, historias, ciencias, etc. Pero todo puede cambiar si se está dispuesto, hay elecciones que hay que hacer. ¿Cómo hacemos para re codificar esa belleza de ser eso que somos, eso que vamos siendo?


Thursday, August 01, 2019

Al borde de atestiguar un final



1 – Sí, así es. Bueno, empiezo por el principio, para no perderme. El Hippie Johnny me regaló un libro de Miguel Grinberg sobre Spinetta llamado “Una vida hermosa”. Es un libro escrito por alguien que nació en 1937 y aun está entre nosotros acerca de alguien que nació en 1950 y desafortunadamente ya no está entre nosotros desde 2012. Es que de una parte hasta hoy, me viene preocupando la cantidad de artistas que admiro que fueron partiendo. Justo estaba en eso cuando más datos fueron combinándose.
2 – Lo cierto es que buscando contenidos en esas revistas del extranjero de las que ya hable anteriormente, me tope con dos fallecimientos: Dr. John murió el 6 de junio de este año y Roky Erickson murió el 31 de mayo. Dr. John había nacido en el ’41 y Roky en el ’47. Eran viejos pero tampoco para tanto. Igualmente, eso ya no importa, ya no están.  Si quieren enterarse que tienen de especiales estos dos artistas, es solo cuestión de escuchar “Gris Gris”, disco de Dr. John o “The psychedelic sounds of The Thirteen Floor Elevators” de The 13th Floor Elevators, grupo donde Erickson cantaba, tocaba la guitarra y componía canciones. De hecho, yo estoy escribiendo esto con “Gris Gris” de telón musical de fondo.
3 – Volviendo a la pista Grinberg, en el capítulo 9 denominado Sincronicidades, Miguel empieza a enumerar fechas de nacimiento. Yo hoy solo voy a enumerar cinco que me parecieron significativas: Ringo Starr del ’40; Bob Dylan del ’41; Paul McCartney del ’42; Mick Jagger del ’43 y Keith Richards, también del ’43. En esa página, la 31 del libro, el autor nombra 25 artistas, de ese grupo solo 4 son mujeres. Los años van de 1940 a 1945. De esos 25 nombres, 8 ya han fallecido al momento en que el libro apareció (2013).
4 – Por triste que nos pueda parecer, lo cierto es que esos cinco artistas que elegí nombrar más arriba terminarán partiendo también y, según la realidad parece querer mostrarnos día tras día, ese último día no parece estar muy lejos de los días presentes. De hecho Dr. John era unos meses más joven que Bob Dylan. Y, si bien, la partida de Roky y Dr. John pasaron desapercibidas, al menos para el público masivo de rock, esas cinco partidas que sucederán en el futuro no pasarán nada desapercibidas. Muy por el contrario, probablemente sean experimentadas como el final de una era. A eso me refería con el título del post.
5 – Por el lado del rock en Argentina, nosotros también tendremos algunas malas noticias en el futuro. Charly García es del ’51 y Litto Nebbia del ’48.
6 – Al borde de ver partir a un montón de grandes de la “era dorada” del rock and pop ¿Qué podemos hacer? Nada es para siempre. Ok. ¿Y? No hay nada que hacer, el mundo va a seguir girando. También están todos esos artistas que nacieron luego, en los 50’s, 60’s, 70’s, ‘80s, 90’s, y así sucesivamente. Quizás los cuarentones como yo y demás ejemplares igualmente maduros o también medio podridos, somos todos partes de una forma cultural en extinción. Ojo, solo quizás. ¿Y entonces? Solo es cuestión de correrse a un costado, tal vez. Y si siempre fue cuestión de buscar como codificarse a uno mismo en el mundo y eso no cambia, tengas la edad que tengas, sean cuales sean las músicas que te gustan.
7 – Quizás sea triste de atravesarse ese final, que, nos guste o no, se está aproximando. Pero también va a ser feliz poder atestiguar ese nacimiento de lo nuevo que ahora mismo está comenzando. Sé que te estás por ir, lo sé, pero antes de que eso pase, por favor, no te olvides de dejarnos todas las canciones que puedas. Cuando mi día llegue, creo que yo también voy a poder decir:” ¿ves? ¡Ahí está! ¡Las mías también eran canciones, venían en formato distinto, nada más! ¡Y ahora son de ustedes!” Amén y amen. Llego la hora de tomarme unos mates.


Tuesday, July 30, 2019

Efemérides en este 2019 (ponele)



Luego de escribir sobre el libro “33 revoluciones por minuto”, y antes también, sentía dos cosas, una que me tiraba para adelante y otra que me tiraba para atrás. Quería publicar posts en el blog y no tenía nada escrito y tampoco sabía sobre que escribir. Estaba en eso cuando se me ocurrió lo de las efemérides, para luego enterarme de Marilina Bertoldi y del libro “Las mil y una vidas de las canciones”, los dos tópicos de los que ya me ocupe anteriormente. No obstante, el asuntito ese de las efemérides siguió ahí, dando vueltas en mi cabecita loca. Es entonces que me decidí a escribir y publicar algo al respecto.
En la resaca de las Fonolas, me puse a armar archivos con mi colección de cds, teniendo en cuenta esta vez el tiempo. El tiempo en que cada producción había sido publicada y el año en que yo la había conseguido. Si este segundo archivo tan solo tiene relevancia para mí, el primero está relacionado con la cronología del rock, del pop y aledaños. Y basado en eso te voy contando que:
Ya pasaron 60 años desde la aparición del disco “The shape of jazz to come” de Ornette Coleman.
Pasaron 50 años desde que se editaron: Captain Beefheart - Trout Mask Replica; Fleetwood Mac - Then Play On; Buckley, Tim - Happy Sad; Kaleidoscope - Faintly Blowing; Gatos - Beat  Nº 1; Spence, Alexander "Skip" – Oar; Dalton, Karen - It's Hard To Tell Who's Going To Love You The Best; St John, Bridget - Ask me no questions; Walker, Scott - Scott 3; Costa, Gal – Gal, entre tantos otros.
Son 40 años los que nos separan desde la primera vez que se escucharon los siguientes discos: Public Image Limited - Metal Box-Second Edition; Gang Of Four - Entertainment!; Wire – 154; Joy Division - Unknown Pleasures; Slits – Cut; Bubu – Anabelas; Roches – Roches; Pop Group – Y; This Heat - This Heat; Sister Sledge - We Are Family; Red Krayola, The - Soldier Talk y muchos más.
Este año festejamos los 30 años de la aparición de: Pixies – Doolittle; Spacemen 3 - Playing With Fire; Chills - Kaleidoscope World; Young Gods - L'Eau Rouge; Cranes - Self Non Self; Renegade Soundwave – Soundclash; Cruise, Julee - Floating Into The Night; Blevgvad, Peter – Downtime; New Order – Technique; Veloso, Caetano – Estrangeiro; Cure, The – Disintegration; AC Marias - One of our girls has gone missing; Thinking Plague - In this life; Sudden Sway - Ko-Opera y demás obras.
Y ya se cumplen 20 años desde que aparecieron por vez primera estos discos: Von Zamla – 1983; Castell, Esteban – Cubos; García, Leo – Vital; Gomez - Liquid Sky; Magnetic Fields - 69 Love Songs; O'Rourke, Jim – Eureka entre otras producciones.
Por último, hace 10 años aparecían: Animal Collective - Merriweather Post Pavilion; Dirty Projectors, The - Bitte Orca; Sonic Youth - The Eternal; Ravioli, Juan - Album para la juventud Volumen 2; Wild Beasts - Two dancers; XX, The – XX; Sa-Ra Creative Partners - Nuclear Evolution: The Age of Love; King Midas Sound - Waiting for you; Nite Jewel - Good evening; Ysasa, Maricel - Nacerán las hojas y otros discos.
Como quien no quiere la cosa, entre chiste y chiste, te nombré 52 discos, de las más variadas épocas, estilos, géneros, nacionalidades, etc. Aunque parezca mentira, escuche todos y cada uno de estos discos. Ahora te queda a vos agregar algún homenaje en los comments. ¡Nos vemos!


Friday, July 26, 2019

Las mil y una vidas de las canciones – Autores Varios


 

1 – El domingo 28 de abril el suplemento Radar de Página 12 vino con una nota firmada por Sergio Pujol, hablando sobre este libro que Gourmet Musical publicó para el deleite de todos. Tiene 261 páginas y trae 10 ensayos, cada uno con su bibliografía, sobre 10 obras musicales. “Las mil y una vidas de las canciones” es un gran libro, voy a intentar explicar porque sostengo esto.
2 – A decir verdad, si Pujol no hubiese escrito que uno de los autores es Norberto Cambiasso, quizás no me habría apurado en conseguirlo. Pero la sola mención del nombre del autor de “Vendiendo Inglaterra por una libra” hizo que se vuelva obligatorio para mí obtener esta obra. Por supuesto, el texto está muy bien, es genial, como todo lo que escribe Norberto pero… a mi me sonó a más de lo mismo, teniendo en cuenta que citó su propia obra, a saber: “Vendiendo…”, “Que cien flores florezcan” y “El oído inalámbrico”. Increíblemente, luego de treinta años de esmerado esfuerzo, sus escritos permanecen un tanto desconocidos para las masas. Por lo tanto, está totalmente justificado, el hecho de volver una vez más a eso de lo cual ya había escrito. Después de leer esto, por favor, no vayan a creer que Cambiasso se volvió redundante, lo que pasa es que yo esperaba otra cosa, que hable de otra obra. Que la torpeza de lo que yo espero no te deje sin leer este libro de hoy.
3 – Otro viejo conocido que aparece en este libro es Abel Gilbert. Una de las personas detrás de Factor Burzaco, el coautor de “Astor Piazzolla, el mal entendido” junto a Diego Fischerman, el autor del prólogo de “Vendiendo…”. En fin, uno de esos incansables humanos detrás de los más variados proyectos. Nuestra cultura necesita de mucha más gente así. Aquí, no solo escribe, también compila junto a Martín Liut.
4 – Cuando Pujol escribió sobre este libro en el Suplemento Radar, la nota fue ilustrada con un fotograma de la serie “Breaking Bad”. Resulta que una de las obras analizadas en este libro es “Quimey Neuquén”, canción grabada por José Larralde y luego remixada, muchos años después,  por Chancha Vía Circuito, quizás sin que Larralde lo sepa. La canción musicaliza ese episodio en el que Walter White esconde los barriles llenos de guita en el medio de la nada del desierto. Cuando la escuche, me pareció que lo que sonaban eran Los Olimareños. Se nota que no sé mucho de folclore nacional. Es curioso, en aquel 2016 en el que vi la serie completa, yo me había quedado enganchado con la canción “Black Night” de Badar Ali Khan. Nunca se me ocurrió seguirle la pista a esta canción hasta que llegó este libro a ilustrarme de todo eso que nunca averigüé.
5 – Esto último que destaque, eso de no darle bola a algo cantado en castellano, me da pie a comentar lo que sigue. Solo cuando ya estaba cerca de terminar de leer este libro, noté que todas las obras tratadas son argentinas. Este libro no solo habla de músicas, también habla de situaciones culturales, sociales y políticas. Habla de coyunturas muy nuestras. Habla de pequeños tesoros y de enormes problemas. En cada ensayo hay un tiempo que es analizado. Nuestras distintas etapas como país, pasando de dictaduras atroces a democracias débiles, son tratadas a la par de la crítica estética. Y por esto también, se vuelve necesario leer este libro y tenerlo a mano.
6 – En una obra escrita con rigor y pasión llama la atención un par de pifies que vi por ahí. Más precisamente en la página 187. En la misma se habla de Daniel Melingo en relación al sello Catálogo Incierto en donde se editó “Noches agitadas en el cementerio” de Todos Tus Muertos. El autor, en realidad, se estaba refiriendo a Daniel Melero. Entre el ex Abuelos de la Nada y el ex Los Encargados hay una amplia diferencia estética, sin hablar de meritos artísticos, que, a mi juicio, ambos los tienen. Cuando uno va a revisar los índices temáticos, ni Melingo ni Melero aparecen. Se ve que alguien revisó el ensayo pero no corrigieron el error. Para la próxima edición, por favor, corríjanlo.  Por último, en la página 209 nombran “Amigo/White Trash”, un cover que hacían (¿hacen?) los Attaque 77, que es una mezcla de la canción de Roberto Carlos (quien sí es mencionado ahí) y la canción de Sumo (quienes no son nombrados).
7 – Más allá de estos pequeños errores, hay enormes aciertos. Uno de ellos es la hermosa decisión de analizar, con precisión, como es que fueron compuestas las canciones, describiendo tecnicismos musicales, y luego como eso mismo fue mutando de versión en versión. Siendo populares las canciones analizadas (algunas muy populares), los lectores tenemos a mano las músicas para luego volver a esas descripciones y ampliar el campo de la escucha. Nutrir nuestra escucha con vocabulario de musicólogos. Una maravilla. No todos tienen la capacidad de analizar así. Yo no la tengo. Está muy bueno que hay quienes sí y que hay una editorial que los publica.
8 – Como uno de los asuntos del libro es la trashumancia, según yo lo entendí, la forma en la que las canciones van cambiando de gente en gente, de tiempo en tiempo, me quede pensando en cuales sería mis ejemplos favoritos de esas alteraciones de versión en versión que experimentan algunas canciones. Y encontré tres. La primera que me vino a la cabeza es “Hello Stranger”, desde el doo-woop de los sesentas de Barbara Lewis a la suspensión avant-pop de Julia Holter. Aun recuerdo a Holter en vivo en aquel recital (ver post del 10 de octubre de 2016) cantando un rapidito “shu-bap shu-bap” antes del “my baby blue”, cosa que no hizo en el disco. Julia tirando una huella de aquel original, imprevistamente. La segunda canción que recordé fue “Memories”, de los Soft Machine, desde la psicodelia inglesa de los sesentas hasta el soul de la vanguardia de los Material, el proyecto multifacético de Bill Laswell, en esta ocasión con la voz de Whitney Houston. Houston hace un hermoso trabajo recodificando la letra de Hooper y trayendo la voz de Wyatt a los ochentas. Y, por último, me acordé de la ultra conocida “Satisfaction” de los Rolling Stones, re versionada desde el humor (Devo), la corrosión (The Residents) y el intimismo (Cat Power). Esta última versión es muy distinta al original, de hecho Cat Power se abstiene de cantar el ultra conocido estribillo, dejando a la canción desnuda de su atributo más famoso, transformándola en algo casi irreconocible.
9 - ¿Qué mas agregar? Nada. Comprá este libro, ayudas a una editorial valiosa y te ayudas a vos misma/mismo. Nutrís tu cabeza de literatura inteligente y volves a aquellas canciones y obras desde otro enfoque.

Wednesday, July 24, 2019

Marilina Bertoldi – Sí, tenés razón, estás preparada



1 – Primero fue el programa de radio de Alfredo Rosso, en AM 750, llamado La Trama Celeste. En el mismo pasaron una canción de Marilina que no logro recordar. Luego apareció el número 249 de la Rolling Stone con una lista de los mejores 18 discos del año pasado. En esa lista el disco “Prender un fuego” de Bertoldi figura en el puesto 10. Pero ni uno ni los otros atraparon mi atención, lo de la revista más o menos lo entiendo pero lo de Rosso fue solo el hecho de no prestar atención.
2 – Y entonces me encontré con un número de la revista Barcelona. El número 437 del 24 de mayo de este año. En las páginas 12 y 13 escribían acerca del Gardel de Oro para Marilina en el tono sarcástico con el que se manejan usualmente. Según se desprendía de lo que comentaban, parecía un premio otorgado por razones extra musicales, dejando en claro no la falta de mérito de la artista sino la falta de mérito de quienes otorgan el galardón.
3 – Y para junio apareció el número 255 de la RS. Yo me había prometido a mi mismo no gastar el dineral que sale la revista no solo para evitar el gasto sino también para no darle mi dinero al Grupo La Nación, el emporio multimedia repulsivamente oficialista al cual pertenece la revista. Pero pusieron en tapa a Bertoldi y la curiosidad le ganó a mis promesas. De ahí me fui a ver los videos que hay de ella dando vueltas por Internet, para atestiguar con mis sentidos a que se debía tanto revuelo.
4 – Vi cuatro videos de ella: “Cosas dulces” (canción de su disco “Sexo con modelos [2016]), “Fumar de día” y “O no?” (ambas del disco nombrado más arriba) y “Racat”, canción que no pude ubicar en ninguna de sus producciones. Las 4 me gustaron mucho y me llevaron a concluir que el premio fue merecido. De aquí en adelante este post va a dirigirse por tres senderos que se entrecruzan: su música, el asunto del premio y el contexto en el que nos movemos.
5 – Aun sin haber escuchado discos completos de ella, puedo arriesgar que lo demás que aún no escuché podría estar igual de bueno. Eso de escuchar canciones antes que discos es algo muy de nuestros tiempos y por mucho tiempo me negué a sumarme a esa aproximación a las músicas. Pero, en los últimos meses, casi no me quedó más alternativa. Era escuchar canciones o no escuchar nada en absoluto. No entiendo muy bien porque pero me está siendo imposible bajar discos enteros, ni menos disponer del tiempo y la posibilidad tecnológica de sentarme a escuchar discos completos sin bajarlos. Ni hay tiempo ni tengo acceso a conexiones fiables de Internet. Volviendo a Marilina, de esas cuatro canciones termine concluyendo que ella actualiza los mejores logros musicales de María Rosa Yorio, lo cual es un importante soplo de aire fresco en el contexto viciado del rock con bajo contenido de aventura. En hora buena apareció Bertoldi. Yo solo estoy esperando más canciones de ella en el futuro.
6 – En cuanto a lo del premio, es todo un tema y merece que lo trate, al menos un poco. Para empezar, cualquier premio siempre se entrega en base a cuestiones dudosas, incluso cuando uno crea en quien otorga el premio y en quien lo recibe. En este caso en particular, yo solo creo en Marilina. Pero hay un extra más allá de esto que acabo de notar. Aunque lo merezcas, el premio, antes que ayudarte, te rompe las bolas. A partir de que te lo dieron, empiezan las preguntas jodidas: ¿Cómo que ya no hace la clase de música que hacía cuando la premiaron? ¿Por qué no volvieron a premiarla? Cuando a alguien se le ocurre remarcar que justo eso que estás haciendo ahora es lo mejor entre todas las cosas que creas, por añadidura también te están diciendo que el resto no es lo mejor. Son distinciones que quizás acercan a los oyentes a tus producciones, pero también te dan una inesperada y no querida mochila extra de presión en una probable búsqueda de la auto superación.
7 – En cuanto a lo del contexto, déjenme que introduzca el tema con una anécdota. Años atrás, cuando las Fonolas hicieron su aparición en SS.II., (ver post del 24 de febrero de 2014), les hable de la película “Días de Vinilo”. Si bien mi opinión sobre el film no ha cambiado, considerándola como un conjunto, con el tiempo empecé a encontrarle cosas cuestionables aquí y allá, cosas que no la desvalorizan pero sí la reubican. A los quince minutos y 48 segundos, el personaje Lila (interpretado por Emilia Attias) enumera su top five de artistas favoritos de todos los tiempos. Ella enumera, en este orden, a David Bowie, Bob Dylan, Pink Floyd, Tom Waits y Leonard Cohen. Como podrán notar, de esta lista podemos decir que: son todos hombres, son todos blancos, son todos anglos (inclusive el canadiense Cohen), son todos de los ‘60s y ‘70s y son todos heterosexuales (el coqueteo bi de Bowie fue solo eso, un coqueteo). Y no es que yo tengo algo en contra de alguno de estos artistas, también los admiro a todos y a cada uno de ellos. Lo que me suena raro es que una chica rockera y cantautora, como lo es Lila en la peli, deje afuera a las chicas de su lista. Hasta el día de hoy, el rock es cosa de hombres. Hasta que aparece alguien como Marilina y nos deja claro que ya no es tan así. Más allá de los crímenes de los Aldana y los Cordera de este mundo, también hay que admitir que los muchachos hacen agua a la hora de innovar al rock, el rock barrial es poco más que una desilusión. Las chicas parecen llevar adelante la llama de las músicas que nos movilizan. Me parece que se vienen tiempos alentadores.
8 – Este post viene ilustrado por una foto que Ale le tomó a Marilina tiempo atrás. Nuestra protagonista de hoy está sosteniendo un ejemplar del libro del Pequeño Saltamontes (ver post del 14 de febrero de 2016). Se lo pidieron y ella le sumó su apoyo a un autor que ella no conocía. Yo no me imagino a cualquier mujer del rock haciendo algo así. En esa foto yo veo esa misma generosidad que ella nos da con sus canciones. Ustedes pueden elegir seguir escuchando ese torpe rock de varones sin imaginación. Yo la elijo a ella, Marilina. Las músicas que queman y los ojos que enamoran. Si me van a acariciar, que lo hagan con pañuelos verdes.


Saturday, May 25, 2019

33 Revoluciones por minuto


1 – Alcanzó con chusmear en la web de la revista británica The Wire, acerca de su número de abril de este año, que trata sobre libros acerca de música, para que me picara la curiosidad. Ellos dijeron: “Un útil instrumento de enseñanza para introducir el poder político y el contexto social de la música” para remarcar la importancia de este libro. Salió originalmente por el sello editorial Faber & Faber en el 2011, para luego ser publicado en español por Malpaso Ediciones, una editorial española, entre el 2015 y 2016. Tres años después llega a mis manos.
2 – Yo ya había leído un extracto de esta obra en algún suplemento Radar de una fecha que hoy no logro recordar. Sí recuerdo que ese fragmento trataba sobre esa parte del libro dedicada a The Last Poets (a quienes aun no escuche) Y Gil Scott-Heron (a quien sí escuche). Por esas cosas de las actitudes de uno, yo le doy más bola a The Wire que a Radar. En fin, quizás esto algún día cambie.
3 – El libro consiste en 33 capítulos dedicados a 33 canciones pero no de manera exclusiva. Mientras una canción es analizada, otras tantas de la misma época y contexto son analizadas también. Todo comienza con “Strange Fruit” de Billie Holiday, la canción más triste que yo haya podido escuchar (de hecho, hace varios años atrás pensé en escribir acerca de esta canción pero nunca encontré las palabras necesarias para rendir homenaje a su pavoroso dolor, hoy con Lynskey y Diego Fischerman ya tienen escritos interesantes al alcance de la mano). Y todo termina, luego de más de 800 páginas (el libro en su total llega a las 943 páginas con apéndices e índices) con “American Idiot” de Green Day en donde demuele con argumentos, el tema “Waiting on the world to change” de John Mayer. En el medio hay montones de historias que leer, muchas desde EE.UU y el Reino Unido pero también desde Chile, Jamaica o Nigeria, por ejemplo.
4 – Uno puede encontrarse en esta obra con las idas y vueltas de un Phil Ochs y de cómo su vida y legado fue releído por un Billy Bragg. Uno puede leer sobre el colectivo anarquista conocido como Crass y sobre vida y muerte de Víctor Jara. Desde los hippies hasta los cultores del hip-hop. Desde las luchas de los sesentas a las apatías que desde los noventas parecen ser las protagonistas de estos tiempos enrarecidos por la inmovilidad. Y, más allá, de las historias y las opiniones, uno se puede encontrar con textos tales como esa parte que aparece en la página 94: “Su descripción de aquella enajenación recuerda al personaje del involuntario mesías en La vida de Brian: ‘¡Jodeos!, les espeta. Oh, ¿y cómo deberíamos jodernos, Señor?, contesta la congregación, impasible.’” Lástima que olvido mencionar a los Monty Pyton, los autores de esta película que aun no vi. Y me queda algo más que objetar.
5 – “Joder, tío, sí que eres un gilipollas”. Esta frase va para el traductor al español Miquel Izquierdo. Lo digo con estas palabras para señalar el fastidio ante tanto localismo que terminó arruinando un hermoso libro. Como pasa con cada libro que viene de España, hay que soportar las insufribles adaptaciones al contexto que hacen los españoles cuando traducen. Se nota que no se preocupan por el resto del mundo hispanoparlante, que va a tener que fumarse esos términos del orto, por usar unos localismos argentinos. Para la próxima edición de esta obra, al menos tengan la amabilidad de citar como figura la palabra en el original inglés, así uno elige si quedarse con la labor del traductor o traducir uno mismo con el localismo que le plazca. 
6 – Este libro es un ladrillo de importancia, inclusive, con la decisión de colorear de rojo los bordes de cada página, hasta lo parece realmente. Como suele pasar con los libros de gran dimensión que vienen de España, al estilo biblias, no es un libro barato. Pero vale la pena la inversión.
7 – Cuando terminas de leer el libro, es como que te queda un gusto amargo en la boca, algo que creo que al autor también percibió y por eso trabajó en un epílogo como para cerrar el asunto de manera más prometedora. Hoy ya no hay más canciones de protesta y hay muchísimo de lo cual se podría protestar. Dorian termina señalándonos que quizás la gente encontró nuevas maneras de canalizar sus protestas, como por ejemplo protestar en Internet. También señala que la gente simplemente no sabe o no puede o no quiere exigirles a los cantautores populares nuevas canciones de la resistencia, y estos últimos tampoco sienten la urgencia de componerlas. Todo esto dicho desde la perspectiva de los países centrales. Voy a tratar de ensayar alguna respuesta en la Argentina de 2019.
8 – Tampoco nosotros tenemos más canciones de protesta, al menos es lo que yo alcanzo a notar. Por supuesto, no se debe a que todo esté bien, muy al contrario, hoy más que nunca hay demasiado por lo cual protestar. Pero hay varios factores a pensar al considerar esta falta. Primero: los cantantes de protesta de ayer terminaron diciendo un montón de pelotudeces y se quitaron autoridad a ellos mismos. Segundo: los que no perdieron lucidez, perdieron urgencia, ya no hay más sed que calmar, ya no hay más escasez en sus cómodas vidas, han transmutado sus valores artísticos a cambio de los premios de la industria del entretenimiento, ya no hay ninguna necesidad de combatir nada en particular. Tercero: el público también perdió su urgencia, pagamos nuestra entrada para que nos entretengan, no para que nos sacudan, nadie parece querer asumir la responsabilidad que le toca por el estado de las cosas. Cuarto: quizás aún persisten aquellos que desean cambiar ciertas cosas pero parecen faltos de fe; después de todo, ¿a quién podrías creerle si llega a cantar una canción de protesta, si luego las cosas cambian para desmejorar, si luego todo termina en el cantorcito peleador, realista, que no le hizo nada a la realidad, al menos no a la realidad de muchos? En realidad, no es que falten canciones de protesta, lo que falta es poner a la imaginación en marcha.
9 – A decir verdad, los buenos tiempos nunca han estado aquí ni allá para que haya alguien que lo atestigüe. Solo que hasta hace poquito a la fe se la ponía a funcionar, alguien cantaba algo con la fe de que a alguien más le iba a resultar útil, yo estoy escribiendo esto con esa misma fe. Escribir esto es quizás mi forma de cantar mi canción de protesta. Solo quiero que las culturas sean tan movilizantes como parecen haberlo sido ayer. No es que cantar una canción de protesta va a ser que las cosas cambien, pero no alimentar el anhelo de que las cosas cambien solo nos conduce a alimentar lo peor de nosotros, a darle de comer a esa bestia que no sabe quiénes son los demás, ni que es lo que los hace gozar o padecer. Una bestia que no conoce de hermandad, ni de piedad, ni de humildad, la soledad, la locura o el miedo a morir. Una bestia que lo único que sabe hacer es pasar su tiempo entretenida en el paraíso del confort posmoderno.

Sunday, April 21, 2019

El secreto de tus sabanas y tus pañuelos verdes



“I hate lovers
I hate the way they go to the bathroom
In shifts
After they’ve fucked
What do you think about
When you’re lonely?
I almost come
The moment I’m
Inside you
What do you think about
When you’re lonely?”
Esta es la letra de la canción “Darling Effect” del dúo Insides. Esta canción aparece en su disco “Euphoria” que fue editado en 1993. Les dejo la traducción de la letra a ustedes, queridos lectores.
La cosa es que este último verano hubo algunos días de muchísimo calor y, cuando al fin venía la noche a salvarnos aunque sea un poquito del tórrido ambiente, yo me ponía a pensar cuanto tiempo pasó sin que escriba y publique uno de esos textos míos medio calentones. Y pasó un montón de tiempo, en realidad.  El blog se había quedado sin su literatura pegajosa, casi sin que me dé cuenta. Entonces, esa es una de las razones de estos “fucked”, “come”, de hoy. Pero, si todo empieza con la piel y sus deseos, luego todo continúa por otros caminos.
En esas mismas noches, me gusta degustar una canción del grupo Cigarettes After Sex que se llama "Each time you fall in love”. Esta canción, siendo preciosa y elegante, también tiene en mí un efecto sedante antes que excitante. Es como si fuesen más los cigarrillos que el sexo lo que se enciende en este tema. En cambio, cuando Insides pone en marcha su canción, que también es preciosa y elegante, en mi se da inicio la remembranza de toda esa confusión que trae una mujer y toda su carne y también la inquietante presencia de su ausencia.
Preferir una canción mucho más que otra, al menos en lo que respecta a representar sexo y su deriva, me llevó a mis vanas comparaciones y a pensar pasado y presente, tal si fuese que las canciones de ayer me acompañan más que las de hoy.
Y no es que el ayer fue mejor de lo que es el presente. Es que hay bandas o solistas, como por ejemplo Insides, que nos indican que hay tiempos irrepetibles, que nos impulsan a entender que cada tiempo es irrepetible, muy a pesar de esos cientos de grupos que se dedican tanto al plagio que por poco nos hacen creer que solo importa el ayer. Que ya no nos queda otra cosa más que hacer hoy salvo sentir nostalgia por lo que fue.
Hoy ya no existe la revista que ayer me contó de Insides y tampoco andan dando vueltas el dúo (¿o quizás si?). Y tampoco existe la revista que me contó de los Cigarettes (Los Inrockuptibles, versión argentina), aunque puedo imaginarme que la banda estará trabajando en su próximo disco. ¿Y entonces? Otras bandas y otras fuentes de información y opinión están allá afuera, en estos días, y hacia allá nos movemos.
No necesitamos negar el pasado ni tampoco glorificarlo solo para desestimar el presente. Ese tiempo irrepetible de cada hermosa canción, esas emociones irrepetibles que solo cada mujer y sus sabanas y pañuelos verdes saben encender. Son todas esas pequeñas grandes cosas que me animan.
Y vos ¿en que pensas cuando estás sola?

Friday, April 19, 2019

We ‘bout to go up baby up we go!



En un post del 8 de mayo del 2017 acerca del Bafici de ese año les hable de una película que vi llamada “The Age of Seventeen”, una comedia muy divertida protagonizada por Hailee Steinfeld. Es una gran movie acerca del famoso “coming of age” o sea madurar en el viejo y querido castellano. O también el pasaje de una forma de comportarse a otra. La actuación de la actriz y la estética que ella llevaba en el film me llevaron a pensarla como una piba re del under, una flaca de barrio, una más de los nuestros, de esas que se producen y quedan diosas pero luego se des producen y se las levanta algún chico suburbano. Pero no, me parece que me engañaron…
Jajá, o yo me deje engañar, que es lo más probable. De casualidad en el cable, durante este último verano, enganche una canción muy pegadiza llamada “Capital Letters” interpretada por ella aunque no de su autoría. Y si en la letra todavía sigue manteniendo en pie ese retrato cautivador de la piba del under que florece cuando encuentra a su “one and only”, las imágenes del video la desmienten mal. Como decíamos en nuestra ingenua adolescencia: “ey, ¡como transaste con el sistema!” Esa inalcanzable nena con su gorra fashion en el restorán al aire libre, carísimo, mientras la tarde suave se va… Dios, es imposible que esa lujosa muñeca sea mi heroína punk, esa que se iba al carajo y estaba a punto de decirle en una carta al chico que le gustaba que le iba a practicar sexo oral. No, no pueden ser la misma flaca, pero lo son.
La peli de ayer nos incluyo y el video de la canción de hoy nos excluyo, bueno. ¿Y la canción en sí? El titulo de este post está referido a esa línea que ella canta que se te adhiere a la memoria y ya no podes dejar de canturrear. Además la entrega que ella le pone a este nuevo personaje es total y se asemeja a la entrega que tuvo con el personaje de ayer. Entonces, ¿Qué hacemos? ¿Le creemos o no le creemos? ¿Mintió ayer, miente hoy o siempre todo es mentira?
Primero la fe es mía y ella es asunto aparte de eso. En realidad, se podría decir que una gran parte de los productos que los mass media nos arrojan para entretenernos son básicamente engaños muy bien articulados y poco más.
Segundo, si queremos creer en su personaje, lo seguiremos haciendo, aunque ella de muestras de que bien podríamos dejar de creerle y si queremos dejar de creerle, lo haremos, aunque ella nunca haya dado a entender si creerle o no.
Tercero y lo más importante según creo ver: una película, un video, una canción, nos aportan medios ambientes que elegimos para desplegar nuestras propias historias en ellos, a nuestro pulso, con nuestro sentir. Yo mi vi incluido en el marco de aquella película, aunque bien podría pensarse que la película nunca se pensó para que alguien como yo se sienta incluido. Y ese exactamente eso lo que se vuelve manifiesto en este video, ¿Quién va a tener ganas de ver el video de esa canción en la que yo si me sintiese incluido? Pues bien, yo. Y así se acerca el final.
El video me vende pescado podrido pero la canción es la música de fondo de una mujer y yo y los dos nos vamos para arriba, así nomás. Poco importa cuánto me está mintiendo esta canción o aquella película. Yo no me miento cuando voy encantado, el asunto es plasmar, respetar, acordar. ¿Por qué debería ser tan importante ese engaño que los otros perpetran?


Thursday, April 18, 2019

BAFICI 2019 Segunda y última entrega



1 – El viernes 12 fue mi último día en el Bafici. Ya estaba pensando en ir desde el día anterior. Cerca del mediodía me encontré por pura casualidad con mi amigo Ariel que, al comentarle que me iba a Belgrano, me recomendó una nueva forma de llegar. Siguiendo su consejo, fui hasta Liniers, me tomé el colectivo 80, ahí nomás, y me dirigí a la sede central. El bondi me dejó a media cuadra del destino, mucho más cerca y mucho más rápido que la vez anterior.
2 – Como ya me sucedió en otras ediciones, otra vez había varias funciones con entradas agotadas, tanto para ese viernes como para el sábado siguiente. Para el sábado elegí no ir, tenía fiaca y no sabía con precisión que iba a poder ver, entonces… bueh, mejor hablo de lo que sí vi.
3 – Nuestro tiempo de Carlos Reygadas (3 Macos y medio). Este es un film mexicano del año pasado, le habría dado más puntaje si no hubiese sido tan larga, casi tres horas de duración. Aun así no es que su duración se volvió difícil de atravesar, al contrario, el tiempo pasó bastante rápido. Pero igual me quedó la impresión que nos podría haber contado la misma historia en menos tiempo. La historia se trata de una pareja que cría toros y que atraviesa una crisis cuando un tercero se involucra. Se supone que son de esas clásicas parejas “abiertas”, con el chamuyo del poli amor (ese que estuvo de moda el año pasado, por ejemplo) pero en este bizarro triángulo de amor todos quedaron un tanto chuecos. Drogas, alcohol, músicas, preciosas imágenes. Los niños jugando a “atacar” a las niñas, los adolescentes y sus historias. Hubo fragmentos con narraciones en off de niños, que quedó muy bien. Lo que me pareció un tanto a violencia gratuita fue la parte del toro boleteando a una mula. El comportamiento de los toros y de los niños y jóvenes sirven como comentarios a la historia principal.
De repente, al salir del cine y viajando de regreso a Moreno, me acorde de algo que leí en el booklet del cd de Slapp Happy que traía los discos Casablanca Moon y Desperate Straights, este último una colaboración entre Slapp Happy y Henry Cow. Esta colaboración arrancó llena de ganas de hacer músicas y terminó llena de conflictos. Peter Blegvad en ese texto de 1993 se recordaba a si mismo diciendo en 1975: “ah, the Cow is fulla bull” (algo así como “esta Vaca está llena de toros”). Aunque suena a nombre de una sola persona, Henry Cow era una banda, bautizada así en homenaje al compositor Henry Cowell. Se ve que en algún momento de la convivencia, las cosas se pusieron un tanto tensas, al punto de despedir a Blegvad. Él luego acuño está frase para representar con esa imagen la actitud macho alfa dominante de ciertos miembros de la banda. Sin tener la versión de los otros involucrados para poder decidir si Peter tenía o no razón en decir lo que dijo; la frase se ajusta mucho a lo que yo creo que Reygadas nos quiso decir. Nuestro tiempo es un tiempo de toros que todo lo dominan, que todo quieren controlar. En nuestro tiempo, cada consenso está basado en fragilidades, cada supuesto acuerdo puede ser pasado por alto sin mayores consecuencias. Nuestro tiempo deja mucho que desear.
Identifique una canción de Genesis (“The Carpet Crawlers”) en una parte de la película pero no pude identificar la canción que la cierra, la cual me gustó. Buscando esa información, que finalmente no pude encontrar, me entere que el director del film también es uno de los actores protagónicos y que la actriz que hace el papel de su esposa, es también su esposa en la vida real. Es raro tener esos datos hoy, y me gusta no haber contado con esos datos antes de ver la película, hubiese producido en mi una suerte de morbo tipo “¡que chabón, está filmando a un tipo morfándose a su mujer!”, el cual habría desmejorado o interferido en lo que el director nos estaba narrando. Cuando vean el film, por favor, olviden esa info, es más útil no saberlo.
4 – Y se terminó el Bafici y solo vi tres películas pero está bien. ¡Como extraño el Abasto como sede central! Ojala algún día vuelvan allí, Recoleta y Belgrano no terminaron de convencerme. Y deberían pasar más películas y dejar de lado eso de pasar películas clásicas taquilleras tipo “Duro de matar” y volver a ese aire de experimentaciones con imágenes, músicas y documentales de rock que solían poblar el festival. Incluso también me quedo la impresión que dejaron de lado los films que discutían los extremismos políticos y o ideológicos. Esta fue una edición más bien tibia y sin sobresaltos de un festival con mucha historia. Es cosa de ver que se traen el año que viene.

Le agrego un foto que tome ese día a modo posdata.



Sunday, April 14, 2019

Mark Hollis – Hay un silencio en esta sala que tiene tu nombre sellado


1 – Luego de los posts acerca de libros sobre músicas y mis listas de lo que el 2018 me dejó  en experiencias sonoras, se me vino una pausa sin nada para decir. Será por las relecturas que hice, será por andar en busca de eso que recomendaban las listas tipo “best of 2018”, será por el nuevo chiche…
2 – Sí, los reyes magos me dejaron un celu nuevo en mis zapatitos, el anterior ya no daba para más. Y este aparato nuevo viene con navegador de Internet, me llevó un largo tiempo tomar conciencia de ese dato. Me entere un 26 de febrero de este año. Entré feliz a la página que tiene la revista inglesa The Wire, fue lo primero que hice. Y me puse triste al enterarme de una noticia inesperada. El día anterior había fallecido Mark Hollis, el ex cantante de Talk Talk y también artista solista.
3 – Y este aparatito tiene whatsapp, esa aplicación que me venían pidiendo en cada escuela en la que trabajo y trabaje y que por fin está en casa. En un grupo de amigas que tengo escribí: “Quizás esto no tiene nada que ver con lo que se publica en este grupo pero hoy me entere que ayer murió Mark Hollis, el ex cantante de Talk Talk y me quede un toque triste. Ya sé que conocen It’s my life pero les recomiendo “Life’s what you make it” y también la canción “The gift” de su excelente disco solista. El disco “Laughing Stock” de Talk Talk es un tanto denso pero también es una obra maestra, denle una chance.” Y yo no estaba realmente triste, solo un poco, me dejó mal que el tipo era bastante joven, solo tenía 20 años más que yo. Y la respuesta de Gladys fue tan linda que ahí sí me puse a lagrimear y a reírme de mis lágrimas al mismo tiempo porque me parecía que no iba a ponerme a llorar.
4 – En este post estoy escribiendo todo eso que no entró en un chat de whatsapp. “Laughing Stock” es el único disco original de los Talk Talk de mi colección de cds y llegue al mismo en 1997. Es un disco de 1991 que, sorprendentemente, tuvo su edición local en vinilo y casete, quizás en cd también. Quizás los del sello local lo publicaron creyendo que traía otro súper hit al estilo “It’s my life” pero nada que ver. Yo llegue a este disco luego de leer la entrada sobre Bark Psychosis en la enciclopedia “Rock The Rough Guide” (¿Alguien se acuerda de Bark Psychosis? ¡Tantas preciosas bandas dejadas en el olvido!) “Laughing Stock” es el enorme antecedente que allanó el camino para que las delicadas hermosuras de Bark Psychosis aparezcan luego. Y las maravillas de The Blue Nile, a su vez, fueron influencia clave en los Talk Talk más sofisticados.
5 – En 1998 Mark publicó su único discos solista, el cual llevaba su nombre y luego figuro en la lista de los mejores  discos de ese año según la revista The Wire. Este disco lo conseguí en el 2008, me lo bajaron de Internet. Antes de esto, a comienzos del 2005, a pocos días de la tragedia de Cromañón, me conseguí un cd trucho con los grandes éxitos de Talk Talk llamado “The Collection”. En los últimos días de febrero de este año, redescubrí la canción “Without You”, que incluso supo ser el título tentativo de este post, pero como lo pueden ver, ya no lo es.
6 – Los éxitos de Talk Talk que todo el mundo conoce y baila vinieron de la mano del vértigo de la acción, de ritmos y melodías pegadizas. “Laughing Stock” y “Mark Hollis” son discos con músicas más amigas de la calma del reposo y del silencio de la reflexión. Mark Hollis era y es el musicalizador de la introspección. Cuando hay que recurrir a ritmos, gusta de usar ritmos repetitivos a lo Can o provenientes del jazz. Pero nunca parece tener prisa en concluir la marcha de sus canciones, las cuales a veces llegaban cerca de los diez minutos. Siempre iba a haber tiempo hasta que ya no lo hubo más, al menos para él. En estos poco más de veinte años que pasaron entre aquel disco solista y la fecha de su muerte, estoy casi seguro de que algo de música habrá compuesto y quizás hasta registrado pero no tengo ninguna certeza de ello. De ser así estaría piola que lo editen.
7 – Hace pocos días murió Scott Walker pero, curiosamente, esta noticia no me puso triste como lo de Mark Hollis. También me pasó años atrás que la muerte de David Bowie sí me entristeció y no la de Prince. Y tampoco me pareció triste enterarme del fallecimiento de Mark E. Smith pero sí el de Tom Rapp. Y yo admiro y escucho a cada uno de los que acabo de nombrar. Quizás tan solo se trata de cómo te encuentra de ánimo la noticia de la muerte de alguien o quizás se trata de que haya gente que con sus músicas se sentían más inclinados a reflejar la frágil pena de las ausencias de personas lejanas a nuestra biografía  pero cercanas a nuestra vida. No lo sé.
Scott Walker y su muerte fueron cubiertos en una excelente nota del suplemento Radar del 31 de marzo de este 2019. Está escrita por Martín Graziano y Mariana Enriquez, por favor, búsquenla. Esto me deja sin más que agregar al respecto. De Bowie y de Prince hablaron todos. De Mark Smith vi una buenísima historieta que apareció en Los Inrockuptibles (n° 233, marzo 2018) que también dejó el tema concluido, al menos en lo que respecta a sentir ganas de escribir lo mío sobre el tópico. De Tom Rapp no habló nadie, como yo ya me lo imaginaba pero yo ya escribí sobre él en vida hace unos años atrás. Y por sobre todas las cosas, en general no me siento inclinado a escribir acerca de alguien significativo para mí que haya fallecido. Excepto hoy.
8 – “Life’s what you make it, can’t escape it”.


Wednesday, April 10, 2019

BAFICI 2019 – Primera entrega


1 – El año pasado no fui al Bafici porque no tenía dinero, este año estoy un poco mejor en recursos monetarios pero no tanto. Por eso ya pude ver dos pelis, dos films muy buenos, pero antes…
2 – Arribar no fue nada sencillo. Yo solo sabía del cambio de sede central: del barrio Recoleta a Belgrano pero no sabía nada más y no me avive de chequear sedes en Internet antes de mandarme el jueves 4 a explorar. En la mañana de calor me mande de Moreno a Caballito para enterarme que ninguna sala del complejo de cines Village iba a ser sede de esta edición. Luego de un largo viaje en subte de Caballito a Belgrano, al cual ingrese con sol y desemboque con lluvia, termine en otro lugar equivocado que solía ser sede y ahora ya no. Un hombre me indico el lugar a unas cinco cuadras de donde yo estaba.
3 – La tercera es la vencida. Por fin llegue a la sede central. Sorteando las incomodidades que inflaban mis paciencias: el excesivo celo de los guardias de seguridad, la lluvia que, por lo menos, ya había menguado, las mil y un preguntas de la chica que vendía entradas; me conseguí dos entradas y me dispuse a revisar mejor el programa mientras hacía fila por la primer película de ese día. Antes me conseguí algo de beber en un kiosco atendido por un flaco que estaba escuchando una canción del disco “Closer” de Joy Division. Él me dijo que le gustaba poner esa clase de música cuando llovía, que lo animaba. Hablamos un poco de la banda, sus discos y del final de Ian Curtis y salí al cine.
4 – Aun con lluvia, nos dejaron esperando fuera de la sala, debajo de nuestros paraguas, a nuestra suerte. Cuando nos hicieron pasar, varias personas se quejaban por esto con el flaco que cortaba las entradas al ingreso y se lo veía todo nervios y temblor al pobre, sin poder explicar porque estaba todo mal organizado. Y, por fin, la película.
5 – “El Gran Lebowski” (5 Macos) fue la primera película de ese día y es la primera vez que veo la primer movie del primer día de programación a full. El miércoles se inauguro el festival con un film en Parque Centenario pero no pude ir. Esta genialidad de los hermanos Coen dura casi dos horas que pasan volando. ¡Como me cague de risa! Las confusiones, las idas y vueltas, las actuaciones desopilantes, un libreto lisérgico y corrosivo, las referencias culturales, en fin, hay un montón de cosas para remarcar de esta comedia única. Los Coen ya nos tienen acostumbrados a enormes movies tales como “Fargo” o “A propósito de LLewyn Davis” y tantas otras que aun no vi pero esta película se zarpó. Les dejo una sola escena de muestra: esa cuando uno de los amigos de Lebowski decide vengar un “robo” destruyendo un auto de lujo y luego el dueño del mismo elige retribuirle del mismo modo destruyendo el auto de ellos que ya estaba hecho poronga. Me rio de solo recordarlo. Fue tanto lo que me reí con esta peli que dejó a la otra comedia que vi como un asunto un tanto apagado cuando en realidad no fue tan así.
6 – La primera película la vi en la sala 5 del Multiplex Belgrano, luego me mude de sede, ahí nomas, al frente, a la sala 7 para ver “Volcano” (4 Macos) de Roman Bondarchuk, un film ucraniano del año pasado. Dura poco más de hora y media y pareció un asunto un tanto apagado porque tenía un ritmo muy distinto al de la película de los hermanos Coen pero esta es una comparación injusta que, con el paso de los días, fue perdiendo fuerza. De hecho, cuando le conté a un amigo acerca de lo que vi en el Bafici le dije que vi “dos películas muy buenas” sin recurrir a esta distinción de 4 Macos o 5 Macos. Esto de los puntajes es solo de chiste para que se asemejen a la crítica de films de antaño. “Volcano” es la historia de un tipo que se pierde y va a parar al trasfondo de la Ucrania íntima, profunda. Las pequeñas estafas, las fiestas improvisadas, las colectas de pueblo, los rebusques, la violencia latente y manifiesta. Este hombre fue hasta allí a ayudar para encontrarse que su ayuda es algo de carácter incierto, en esto es especialmente revelador lo que la anciana le dice a él. Su breve asuntito con la hermosa Marushka (atentos muchachos y muchachas lesbianas a la actriz Khrystyna Deilyk, bella como pocas) le puso su cuota de romance a la historia pero si no aparecía tampoco lo íbamos a echar de menos.
7 – El viernes y el sábado tenía pensado ir pero mi salud no me acompañó y decidí quedarme en casa a recuperarme. El domingo hubo asuntos que requerían de mi presencia. Y lo que va a pasar aun no sé bien que es. Veremos. ¡Nos vemos!
Ah, casi me olvido, esta segunda película empezó más tarde de lo anunciado. Otra muestra más de la desorganización de ese día, lo cual espero haya mejorado con el correr de los días de esta edición. Una edición con menos films que en otras ediciones aunque sí con directores invitados, cuando me estaba pareciendo que no. El sábado a la noche Alfredo Rosso en La Trama Celeste pasó los audios de su entrevista con Julien Temple. El filmmaker respondió sobre músicas y películas y hasta programó un tema para el programa de radio: “I’m not like everybody else” de The Kinks. Temazo.