7 - ¿Quién va a mirarme en el escenario? (2011)
Ramón “Perro” Socidondo está nervioso en la noche del estreno teatral. Mira una y otra vez la hora y se asoma a pispiar pero ningún pariente se ve entre las butacas del semivacío salón. Se ganó su apodo por su más famoso papel: apareció en TV disfrazado de perro promocionando “el mejor alimento para sus canes”. Ya actuó en otras obras de teatro pero esta es la primera noche de esa obra en particular, que lo tiene como uno de los protagonistas. Por lo tanto, le dijo a todo el mundo que actuaría. Después les mandó invitaciones a casi todo el mundo y también regaló un par de entradas: una para su hermana y otra a su novia. Ya faltan veinte minutos y todavía nadie ha llegado. La impaciencia empieza a jugarle en contra. Ya se asomó varias veces, corriendo un poquito el telón y no vio a nadie conocido. El pequeño salón municipal poco a poco empieza a llenarse. Mientras va y viene del escenario a camarines, se encuentra por todas partes a sus compañeros de elenco. Hablan, fuman, hacen chistes, comentarios, pero él no puede disimular su inquietud. Es una pequeña obra en un pequeño teatro en los suburbios pero para él es importante y “¿Por qué no viene nadie? ¡Yo le dije a todos que vengan!” Todos los ensayos previos templaron su trabajo, se sabe todos sus parlamentos de memoria hace rato. Se escuchan los murmullos de la sala casi llena de gente. Mientras tanto, él repasa mentalmente la escena primera que da inicio a todo el juego que sigue. Pamela se le acerca y le dice: “Dale, en diez salimos, ¿estás bien?” “¡La puta madre! ¡Ni Lucrecia vino!” Pamela trata de consolarlo “Bueno, ¡si vos sabes que a tu novia no le gusta el teatro! ¿Por qué le regalaste una entrada?” Ramón la miro sin entender: “¡Porque quiero que esté!” Pamela agregó una cosa más: “Tu hermana es de llegar tarde siempre a todos lados, ya va a venir.” “¿Y si no viene?” Pamela no escucho esta última pregunta de Ramón, solo se estaba alejando. Ramón se quedó solo, a un costado del escenario. No se dio cuenta que se dijo a sí mismo una pregunta en voz alta: “¿Quién va a mirarme en el escenario?” Alguien, detrás de las cortinas, entre las primeras filas del público, le dijo: “Todos nosotros.”
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