1 – Luego de terminar de escribir y subir el post más reciente de este blog, estaba decidido a dejar por ese día al Bafici a un costado y dedicarme a otras cosas. Revisando las producciones que iba a ver en siguientes días, me cayó la ficha que la película de Alejandro Maly llamada “Acid Mothers Reynolds - Live and beyond” estaba a pocas horas de ser estrenada, tanto de manera virtual como presencial. Y los Reynolds me pueden, entonces cambié de idea y seguí junto al Bafici por un rato más.
Los Reynolds son un clásico del Bafici. Pasaron “Buscando a Reynolds” en la edición del 2004. Alan Courtis tocó una vez (ver post del 27 de abril de 2012). Y en una de las más recientes ediciones, ahora no puedo recordar cual, pasaron filmaciones de actuaciones en vivo de ellos. En este film de 4 Macos ellos aparecen junto a los japoneses Acid Mother Temple. Tocando por separado en el Niceto o grabando en colaboración en un estudio. Esta vez Miguel Tomasín apareció menos que en otras veces. En teoría están separados, pero todos sabemos que ellos viven en un universo paralelo que guarda una extraña relación con universos corrientes. Entonces es válido decir que nunca se separaron o que nunca se juntaron o que existen desde antes que la raza humana y así sucesivamente. Es un placer escuchar el boogie psicodélico de Miguel acompañado por esos ocho brujos sonoros en pleno trance. Escucharlos percutir pequeñas campanas junto a una guitarra extraterrestre. Escucharlo a Tomasín como un crooner de Marte. Estupendo.
Si bien todos conocen el disco sin disco de los Reynolds, quizás pocos sepan del recital sin recital que ellos dieron una vez y al cual yo asistí. Probablemente fui el único que fue. La historia es así: los muy bribones anunciaron en el Suplemento Sí de Clarín que iban a tocar un sábado, si la memoria no me falla, del 2002. Iba a tener lugar en la Casa de las Madres de Plaza de Mayo e iba a tratarse de grabaciones de los cacerolazos de diciembre del 2001 manipuladas en vivo. El horario ya era medio insólito, era tipo 3 o 4 de la tarde, algo así. Pero yo fui convencido de que el evento iba a tener lugar. Las gentes del sitio no sabían que decirme. En eso apareció Hebe de Bonafini (quien me ignoró prolijamente) y creo que le consultaron para obtener de respuesta la misma perplejidad que ellos tenían. Cuando me empezó a caer la ficha de que el recital gratuito de Reynolds era puro chamuyo, me fui sonriendo, sabiendo que todo eso que me pasó ERA el recital de Reynolds. Combinaciones de silencios y sonidos que no estabas esperando atestiguar.
2 – “Communists!” de Christopher Small. (3 Macos) Una buena película que vi el viernes a la mañana temprano antes de cumplir con las obligaciones del día. Me intrigaba el título y, si bien no estaba esperando que una multitud de comunistas invadan la pantalla, algunas de las cosas que se sucedieron en el film me parecieron armadas como en un pastiche. Ahora que escribo esto me viene a la mente la sensación de que exageraron con el uso de historias con puntos suspensivos. Todo quedó ahí, justo ahí, pero a mitad del camino. Claro, yo soy el espectador. Las historias las puedo concluir yo, los sentidos que otorgo a las historias me pertenecen. Bien. No estoy pidiendo que me lo sirvan todo digerido, pido que me lo sirvan más condimentado. Fue un plato bueno, pero escaso y con un gusto indefinido. Me gustó más la morocha que asumía su lucha con sus temores a cuestas que mandaba a la mierda a la piba que peleaba vaya a saber uno como, por quién y por qué. Nota curiosa: en una escena en un bar alguien está cantando “Palabras para Julia”, aquella misma canción que figura al final del film “Kamchatka” cantado por la gran Liliana Herrero.
3 – En el final del viernes, dos películas más. Jonathan Perel con “Responsabilidad empresarial” (4 Macos). En la intro que Jonathan grabó para esta edición del Bafici dejó todo claro. Era él, cámara en mano, leyendo en madrugadas, las atrocidades cometidas por la dictadura cívico militar de 1976 hasta 1983. Fue con su auto recorriendo empresa por empresa, provincia por provincia, en los lugares exactos donde cientos de obreros eran secuestrados a pedido de la patronal. Montones de luchadores sindicales que encontraban su muerte, desaparición, tortura, encierro ilegal y demás vejaciones al entrar a trabajar a la mañana. Campos de tortura dentro de las empresas. Milicos disfrazados de obreros dentro de las fábricas para perseguir mejor a los luchadores. Listas negras con membretes oficiales de las empresas como muestra de la total impunidad con la que se manejaban.
Ciertos empresarios durante la dictadura cometieron muchísimos crímenes y también deben ser juzgados y condenados por ellos. No solo no perdieron absolutamente nada. Muy por el contrario, incrementaron exponencialmente sus ganancias y dejaron tras sus pasos cadáveres, gente con el cuerpo y el espíritu rotos y cuantiosas deudas que el criminal nazi de la economía que es Domingo Cavallo nos la cargó a todos los argentinos por los siglos de los siglos.
Esto fue el Neoliberalismo nutrido con picanas, ese mismo sistema sociopolítico que reapareció con la democracia de Menem y De La Rúa y volvió a asomar su repugnante cabeza con la democracia del infradotado de Macri. Y si no estamos alertas y en movimiento, volverá a instalarse en nuestro país.
4 - David Blaustein y Andrés Cedrón filmaron “Se va a acabar…” (4 Macos) Este film también trata sobre la dictadura, pero esta vez narrando las historias de quienes resistieron y sobrevivieron. Luchadores peronistas e izquierdistas enfrentando la burocracia sindical (bueno, y en un caso, también representándola, todo hay que decirlo) y enfrentando a la patronal que suele no respetar los derechos de los trabajadores. Mezclando material de archivo, animaciones y testimonios de primera mano, uno puede ver pasado y presente de distintos protagonistas. Incluso hay que considerar que se narran dos pasados: el pre 1976 y el post 1976. Cabe agregar que tanto este film como el anterior también dan cuenta de la antesala de la dictadura. Ese periodo 1974-1975 durante “democracia”, en el cual la Triple A y los milicos ya operaban en crímenes de lesa humanidad.
5 – Más adelante voy a escribir un texto sobre el Bafici político. Pero hoy quería acotar algo. Esta picazón en la mente que me queda al ver films como los dos últimos que comenté. Por muy militante que pueda parecer cierto cine, la verdad es que, por desgracia, se termina consumiendo como mero entretenimiento. Para sumarle más detalles desagradables, es entretenimiento que tiene lugar en CABA, el distrito gobernado por el neoliberalismo hace más de doce años. Todo termina pareciendo como los regalitos que la clase alta le da a la clase media culposa y atemorizada. Y los ciudadanos de las clases bajas, con la ñata contra el vidrio, como es costumbre. Esta farsa se va a tener que terminar alguna vez. Ojalá que pronto.
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