¿Ser YouTuber o no ser YouTuber? Parte 4 (Final)

1 – Decidí escribir en un blog al no poder escribir y publicar en revistas. Pero las revistas, poco a poco, han ido desapareciendo. En la próxima década veremos su fin, quizás. Y el fin de los periódicos también. Las radios y los canales de TV se irán reconfigurando. ¡Por dios! ¡Si hasta hubo que reformular la forma de dar clases y asistir a ellas! En parte, esto de querer meterme en YouTube vino de la mano de la necesidad de modificar prácticas docentes. Si, paulatinamente, nos vemos obligados a enseñar en modo audiovisual, que esas prácticas me sean útiles también en mis expresiones culturales personales, o sea, un blog.

2 – Acepto, a veces con esperanzas, a veces con resignación, el estado de mutación de las realidades que hoy. Pero esa aceptación no creo que sea posible resolverla y practicarla con gracia en la soledad de mi casa. Alguien me va a tener que acompañar en esas travesías. Que sea una mujer no me suena nada mal.

3 – Yo llevo mi blog adelante en soledad. Con escasas y hermosas excepciones, casi todo lo que se lee en Significados Invisibles es de mi autoría. Si quiero abrir una sucursal del blog en YouTube, sospecho que me será muy difícil encara un proyecto así yo solo. Una pareja femenina podría ponerse a cargo de todo lo técnico de un canal audiovisual y yo podría seguir a cargo de que contenido desarrollar.

4 – Escucho músicas, veo films, leo libros, sigo curioso ante culturas y manifestaciones porque busco en todo eso el germen de algo que transforme el mundo para bien, algo que lo mejore. Cambiar el mundo no es tarea sencilla, tampoco lo es cambiarse a uno mismo. Pero uno mismo es lo que más cerca tengo. Los procesos que me lleven a YouTube van a tener que ser necesariamente colectivos. No me fio en que mi sola persona podría llevar eso a cabo con cierto éxito. No un éxito monetario ni en popularidad, un éxito en generaciones de manifestaciones culturales nuevas y cuestionadoras. Últimamente las mujeres están más revolucionarias que los hombres. Entonces, he dicho, SS. II. llega a YouTube, pero entre ella y yo. Ahora, ¿Dónde está ella?