1 – Este disco
apareció en enero de este año. Son cuatro chicas japonesas entregándonos
hermosos paisajes de free rock en casi 60 minutos de músicas. Dicen los que
saben que este proyecto fue iniciado allá por el ’95 por Yoshimi O, quien supo
a su vez ser parte de The Boredoms. Aquella que fuese homenajeada por The
Flaming Lips en su disco titulado “Yoshimi battles the pink robots” (2002).
2 – Y es cierto,
ella no va a dejar que esos robots nos destruyan. Y lleva a cabo su batalla contra
ellos a pura música. Magias sónicas por aquí y por allá. Cuando el disco abre
con cincuenta segundos de quilombo sonoro en “Nijimusi”, deja allanado el
camino para que al toque se abra paso una marcha rítmica poderosa en “Nijimu”,
rock progresivo, psicodelia y electrónica se encuentran para entretejer
bellezas de laberinto. Ya estamos perdidos, ¡y está buenísimo!
3 – Luego viene
“Jibun”, que me suena como un maravilloso encuentro entre Soft Machine y Animal
Collective. Psicodelia de anteayer y ayer en las músicas de hoy. Gran trabajo
en percusiones y voces alucinógenas.
4 – “Tisou”
inicia con dibujos de guitarra y percusión a los que poco a poco se van sumando
más elementos en algo que suena como un colectivo latino de jazz. Primitivismos
de voces y guitarras y batería a tiempos distintos a lo Captain Beefheart. Las
músicas son palabras sin palabras.
5 – Los
experimentos sonoros abundan al iniciar “Asozan5”. Recuerdos a las bellezas de
Juana Molina. Selvas de confusión construidas para niños. Acariciar el agua o
mirar perdidamente esos pedazos abandonados de cielo. No te olvides que son
mujeres las que nos están agitando así.
6 – “Bulun”, ¡que
poder de percusiones! Luego esas walking lines del bajo y la guitarra, con algo
de ese post punk que no olvidaba al Rock In Opposition, algo tipo Uz Jsme Doma.
7 – Después viene
un tema de poco más de once minutos que en sus comienzos me recuerda a The
Birthday Party. Lleva un curioso nombre: “Walk for 345 minutes, while
saying “Ah Yeah” with a “Mountain Book” in one hand, until a shower of light
pours down”. Algo así como “Caminá
por 345 minutos, mientras vas diciendo “Ah, Sí” con un “Libro Montaña” en una
mano, hasta que una lluvia de luz se derrame”. Luego este tema también me
recuerda a esos hermosos momentos de Long Fin Killie. Es lo que el rock cuando
se lo propone puede aún recordar, que puede ser estimulante y desafiante.
8 – Y, por
último, llegamos a “Kawasemi Ah”. Mientras van repitiendo una y otra vez el
título de la canción, la banda avanza en una marcha a la que luego se suman
unos vientos interesantes, en una onda similar a esos arreglos que Run On
gustaban poner a sus canciones.
9 – Fue una
bocanada de aire fresco poder encontrarme con un disco así, en medio del
desgarro personal y del dolor social. El mundo está raro, sórdido y violento
últimamente. Aún más de lo que solía estar antes. Es en discos como este en lo
que encuentro el refugio para protegerme de algo mucho más dañino que el
coronavirus.
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