1 – Dobra Robota Editora lo hizo de nuevo. Anteayer, Pauline Oliveros. Ayer, los 4 volúmenes de la colección 33 1/3. Y hoy este libro. Además, han publicado obras sobre Ian Curtis, DJ Spooky, los futuristas italianos… ¡esta hermosa gente se zarpa!
2 – Bueno, el libro de hoy. Tengo a disposición una obra de 160 páginas, editado acá en Argentina en 2020. Los textos son de Jun Yan, fueron compilados por Gabriela de Mola y traducidos del chino al castellano por Chia Lan Lee. Tanto Gabriela como Chia Lan aportan notas muy importantes para poder entender acerca de quiénes y de que está escribiendo Jun Yan. Por ende, lo más justo es considerar a esta obra como algo hecho a seis manos. Sin sus valiosas intervenciones, nos habríamos perdido bastante de las riquezas de estos textos.
3 – Porque lo cierto es que estos textos no fueron concebidos por el autor pensando en un libro. Y, por supuesto, que tampoco tuvo en cuenta que iba a haber lectores argentinos pensando sus escritos, sus experiencias, su particular perspectiva de las músicas.
4 – El asunto de la palabra “dakou” surge de los excedentes de la producción discográfica de las industrias estadounidenses y canadienses. Las mismas exportaban discos compactos y casetes a China, pero la clave consistía es que esta “mercancía” no debía considerarse o consumirse como “música” sino “plástico”. Por lo tanto, tanto las cintas como los discos pasaban por una sierra eléctrica que los destruía un poco o bastante. Los países centrales se sacaban de encima aquella parte de su producción que les traería problemas fiscales (por ejemplo) y en los países periféricos esa “basura” era reparada y puesta en circulación como “música” otra vez. Eso es “dakou”: “dañado, roto”.
5 – Esto tuvo lugar en los noventas. Luego, la circulación de archivos mp3 a través de Internet fue poco a poco apagando el fenómeno. Esto y otras causas más, claro. Lo curioso es que yo también era, sin saberlo, parte de esa generación dakou. De hecho, el autor nació en 1973, tiene 2 años más que yo. Pero no me quería referir a estos datos precisamente. Sí les quería contar que soy de la generación dakou porque yo también compré esos discos compactos marcados en sus tapas. Solo por citar uno entre varios, tengo sobre la mesa un cd de The Family Cat, conseguido en el Parque Rivadavia, con una muesca hecha por una sierra, de un centímetro de profundidad y unos tres milímetros de ancho. La misma atraviesa el booklet cerca del margen derecho y aparece cerca del margen izquierdo de la contratapa. Nunca tuve que ver un cd roto por este tratamiento, solo las cajitas. Lo único que yo hacía después es conseguirles cajitas nuevas. Tampoco tuve la suerte de encontrarme con casetes dakou. Sí con cds con sus cajas agujereadas con una mecha pequeña en el margen derecho, como el de Mission of Burma. Si me pusiese a revisar, quizás me encontraría con una docena de cds dakou. No costaban lo que costaban los cds regulares, eran ofertas. Había que hacer rendir nuestros magros salarios.
6 – Es una imagen muy poderosa para mí, ver esos casetes puestos uno al lado del otro, todos dañados por la sierra eléctrica. De hecho, si hubiesen usado una foto así como arte de tapa del libro, me habría lanzado a comprarlo inmediatamente. No estoy criticando el diseño del libro, de hecho, su sobria y austera elegancia cumple muy bien con su función. Pero sí que me extrañaba que no lo hayan hecho, Hasta que conseguí el libro y lo leí. Y ahí recién entendí. Lo de los casetes rotos y reparados es solo uno de los hechos, entre varios hechos e ideas que Jun Yan desarrolla y trata. El libro no gira en torno a esos descartes que aportaron una inesperada formación musical. Este es un libro que trata de muchas cosas más. De hecho, cuando Oliveros en “Deep Listening” parte de las escuchas desde lo psicológico y lo filosófico, Yan le agrega lo sociopolítico. Estas son obras que dialogan. Hay algo que las gentes de Dobra Robota Editora buscan encender cuando deciden publicar estos libros: los trabajos individuales y colectivos de las escuchas pueden verse enriquecidos de literatura conmovedora.
7 – Al final del libro figura una lista con 77 discos como una suerte de anexo discográfico que le pone sonoridades a todo aquello que Jun Yan trata. Preciosa idea. No obstante, hay un curioso olvido. Dejaron a Laibach afuera. En la página 60 figura una reseña del disco “Volk” de los eslovenos, editado en el 2006. En las notas recomiendan que veamos un documental y nos sugieren un libro, ambos artefactos culturales van a enriquecer eso que el autor chino nos comenta. Yo creo que solo se trata de un olvido, no creo que haya habido alguna intención en dejar afuera a los Laibach. Ese olvido habilitó mis recuerdos. Norberto Cambiasso en Escupiendo Milagros número 4 hablando de “Kapital” de 1992 en febrero de 1993. Glenn Gossling en la enciclopedia en inglés llamada Rock The Rough Guide hablando de la carrera y discos de Laibach desde 1980 hasta 1996. Ver la edición, en vinilo nacional, del disco “Let It Be” de 1988 y no comprarlo.
8 – Los textos fueron concebidos entre 2008 y 2015. Jun Yan suele colaborar con The Wire Magazine. Por un lado, leer este libro remarcó aún más todo lo que ignoro sobre las músicas de China. Para adentrarnos en esos terrenos de tantos pueblos y tantas eras, vamos a necesitar muchos libros. Pero hoy algo pasamos a conocer, es esta una valiosa introducción a un sector específico de las expresiones sonoras que se dan en China. Por otro lado, por fin me cayó la ficha de que hay algo que ya puedo dejar de extrañar. Cuando antes eran los kioscos de revistas los que nos iluminaban, hoy lo son las librerías. Dobra Robota Editora, Caja Negra Editora y Gourmet Musical están, ahora mismo, iluminando nuestras mentes musicales. Quien quiera oír, que lea. Quien quiera leer, que oiga.
9 – Entre las páginas 87 y 91 leo unas líneas que dejan enamorado. “Más que una sociedad organizada, necesitamos personas capaces de crear valor en la vida cotidiana” Jun Yan. “Cualquier persona puede destacarse sobre la generalidad y el anonimato no por ser alguien extraordinario o distinto, sino por saber cómo destacar su propia naturaleza común y corriente” Gabriela de Mola. De eso exactamente se trata este blog y eso exactamente fue y es lo que siempre he buscado inspirar en cada quien al cual me tome la molestia de avisarles de este blog. No se trata de ser extraordinario, se trata de decirse como uno quiera y pueda. Fuimos culturalmente entrenados para no sentirnos protagonistas de nada, lo cual es una lisa y llana mentira. Cada uno es protagonista de sí mismo. Lo cual es muchísimo, si te pones a pensarlo. Como puedas y quieras, decite. No hace falta que sea con un blog, ni siquiera es necesario leer las parrafadas que voy escupiendo aquí y allá. No quiero ninguna fidelidad intelectual, no quiero ninguna afinidad ideológica. Solo quiero que vivan indagándose, los universos que cada uno de ustedes son, contienen riquezas ilimitadas. No te condenes a nunca verlo. Yo puedo verlo porque siempre me indago a mí mismo. Somos bellos como los aires. Gracias por las músicas.
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