Yo lo conozco al bloody bacalao, con su sombrero y su paso peculiar. “Pe’ culiar te pague”, le dijo a la ramera nuestro amigo, el simpático bloody bacalao, mientras dejaba el diario de hoy en la mesita de luz. A veces es mal llevado, este pescado. Se sienta a fumar sus habanos y a leer sus recetas de cocina, pero sus platos saben agrios y se pone a rezongar: “Pero que queres si no hay sal, le dije a esta boluda” (se refería a su esposa) “que compre y no fue capaz de levantar el culo de la silla”. Y largaba más y más humo por su bocota. “Trágico, esto es trágico”, vociferaba mientras escuchaba tangos de Agustín Magaldi. Quería irse a nadar lejos para olvidar sus problemas. Llamó por telefono a Perón pero el General no se encontraba para atender sus angustias. Luego movió un poco las aletitas, se preparó un café y se puso a jugar con la Playstation. Y los negocios no andaban bien, vale decir. Murmura por lo bajo gruesas puteadas cuando se lo recuerdan. “Todo esto me pasa por casarme con una estúpida que no sabe hacer nada” termina diciendo mientras se le caen las escamas de tantos nervios.
Canción: Sex Pistols – No feelings
Otro cuentito más de la serie de narraciones con canciones.
Pronto se vienen dos más.
See you later, aligatorrrr!!!!!
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