1 – Hace varios meses atrás el Hippie Johnny me regaló el libro “Miguel Abuelo El paladín de la libertad” de Juanjo Carmona. Mi edición es del 2021 y es del Grupo Editorial Planeta. Tiene 368 páginas. El autor nos aclara en la página 9, al comienzo de la Introducción, que la primera edición de este libro tuvo lugar en el 2005. Fue en una edición independiente y artesanal. No obstante, es esta edición mainstream y manufacturada la que tenemos disponible hoy en las librerías.
2 – Tarde o
temprano, yo iba a conseguirme una copia de esta producción, pero tuve la
suerte de que me lo regalaron. El libro en sí está muy bueno, aun careciendo de
los análisis estéticos y sonoros que demostrarían porque necesitamos escuchar
las creaciones musicales de Miguel Abuelo. Su carrera con las tres formaciones
de Los Abuelos de la Nada, con el grupo Nada en Francia y como solista son
descriptas desde lo biográfico y lo histórico, pero poco y nada se deja
entrever acerca de que es lo que hacía Miguel con la música. La pregunta sería:
¿Por qué tengo que invertir mi tiempo conociendo la obra de Abuelo? Porque no
alcanza con saber de su personalidad, mezcla de payaso histriónico, peleador
callejero y sobreviviente resiliente de diversas circunstancias adversas. La
respuesta podría ser: tengo que escucharlo a Miguel Abuelo porque su obra
abunda en riquezas musicales y liricas. Ilustrar al lector con muestras de esas
riquezas a través de detallada crítica musical es una tarea que quedó pendiente
en este libro.
3 – El origen de
este post hay que hallarlo en cuanto me di cuenta de las diferencias que había
entre una cita y el texto original. Una vez más, tenemos que volver a Norberto
Cambiasso. En el libro “10 discos de rock nacional presentados por 10
escritores” Norberto nos habla sobre el disco “Miguel Abuelo & Nada” de Miguel
Abuelo. Desde las páginas 55 a 76, podemos encontrar el análisis de esa obra y
como Miguel llegó a plasmarla. En ese excelente texto, hay una cita que voy a
pasar a transcribir. Figura entre las páginas 66 y 67.
Cantón le había dicho a
Miguel que si quería salir de su situación me ubicara a mí, le dijo que yo
podía ayudarlo. Miguel Abuelo vino, lo puse en el estudio con la guitarra y le
pedí que hiciera una canción y cantó. La segunda. La tercera y me fascinó.
Tocaba todo y todo extraordinariamente. Yo ya sabía lo que él era. Miguel era
tan seguro de lo que era y yo no tenía dudas de que era una estrella. Él hacía
todo. “¿Querés que yo cante con una segunda voz?”, me decía. Yo pensé que no
podía. ¡Pero lo hizo! Era tremendo. Entonces luego mezclábamos las dos voces en
diferentes tonos. Teníamos dos pistas. La primera voz y la segunda. Era divino.
¿Y luego? Le pedí que tocara la batería. ¿Y qué pasó? Me toco la batería de una
manera increíble. “¿Y ahora querés que toque la trompeta?”, me preguntaba, y yo
le decía que sí, entonces él tocaba. Luego la armónica, la percusión y así.
Miguel podía ser él solo una orquesta. Yo jamás vi una cosa como esa. Miguel
sabía que quería hacer y sabía que lo iba a hacer perfecto. Yo estaba
fascinado. Entonces Miguel me preguntó que me parecía. Y yo le dije que me
parecía estupendo y que comenzáramos a trabajar. (Moshé Naim, cit. en Juanjo
Carmona, ob.cit., pp. 93-94)
Cambiasso está
citando un libro publicado por la editorial Conexión Tierra en el 2006. En mi
libro esta cita está en las páginas 124 y 125. Ahí mismo me entero que estas
declaraciones de Moshé Naim pertenecen, a su vez, a otra fuente: “Declaraciones
extraídas de www.mabuelo.com.ar
Entrevistas realizadas por Juan M. Almada”
4 – Y me entero
de un par de cosillas más. Es hora de citar el texto original:
Le pedí que tocara la
batería. ¿Y qué pasó? Dio vuelta su guitarra y empezó a usarla como un bombo de
una manera increíble. “¿Y ahora querés que toque la trompeta?”, me preguntaba,
y yo le decía que sí, entonces el hacía el fraseo de trompeta con la boca.
Luego la armónica y así. Miguel podía ser él solo una orquesta con su voz.
5 – Al comparar
vemos que el Miguel Abuelo de Cambiasso es multi instrumentista y el Miguel
Abuelo de Juanjo Carmona es un hombre que se da maña para sonorizar todos sus
recuerdos musicales con su boca y sus manos. Son dos Migueles distintos, sin
dudas. Pero, ¿Por qué Cambiasso citó como lo hizo? Ya sabía que sus lectores
íbamos a tener la chance de poder comparar. Fue honesto al establecer de dónde
sacó lo que nos está contando, pero ¿Por qué mentir?
6 – Para graficar
que diferencia me parece que hay entre quien toca la trompeta y quien imita su
sonoridad con la boca voy a citar a Christian Masello en su libro sobre Enrique
Symns, en la parte en la que da su testimonio Gillespi.
El músico habla de esa
cuestión de hechicería, pero desde la dureza que involucra la práctica: “La
magia de la trompeta reside en que implica una técnica que lleva años. Por eso,
quizás, no abundan los trompetistas”.
Tocar la
trompeta, eso nos cuentan, es cosa ardua. No es lo mismo saber ejecutar el
instrumento que tener la capacidad de replicar su sonoridad con la boca.
7 – Admitamos que
hay lugar para dudas. Quizás la edición del 2005-2006 traía un testimonio de
Naim y el libro editado en 2021 trae un testimonio distinto de la misma fuente.
Yo no creo que así sea, pero puede ser que sí. Si las cosas son como yo creo,
entonces Norberto alteró la cita original. Ahora, ¿Por qué hizo una cosa así?
8 – A todo esto,
sin olvidar que Alfredo Grieco y Bavio le corrigió el texto, como lo supe
señalar hace unas semanas atrás en el post dedicado a su libro “Como fueron los
60”. Por ende, son dos los autores que, aparentemente, sabían de estas
alteraciones, pero no les parecieron que agreguen o quiten mucho a los hechos
narrados.
9 – En mi marco
de interpretación del valor artístico de músicos, yo percibo como más valioso a
alguien que sabe tocar la trompeta que a alguien que sabe emular su sonido.
Pero este es mi marco de interpretación, no necesariamente el de Cambiasso. Quizás
él entiende que, para los usos y fines de las canciones de Miguel Abuelo, no
había tanta diferencia en alguien tocando la trompeta o alguien imitándola. De
ser que es así, nos brinda a los lectores una nueva concepción de las
valoraciones artísticas, una valoración que redimensiona las labores de unos,
digamos, Reynols, por poner un ejemplo cercano en los tópicos de Significados
Invisibles. Los Reynols, aparentemente, no saben tocar nada, pero ahí están,
innegables, sonando ante tu perplejidad. Quizás Cambiasso nos señala que la
técnica te va a habilitar, claro, pero no va a motorizar tu fe en el hecho de
expresarte. La técnica te va a volver un idóneo, pero no un único. Miguel
Abuelo era un único y los Reynols lo son. En un mundo donde muchos parecen
ansiosos en parecerse a alguien famoso, para asegurarse redito monetario, no
suena a mal plan quienes deciden ser ellos mismos.
10 – Sin embargo,
Norberto Cambiasso no debería haber modificado el texto original. En primera
instancia, no fue cosa buena pasar de un Miguel Abuelo multi instrumentista a
un Miguel Abuelo que se las ingeniaba para aportar lo que la canción necesite.
En segunda instancia, me fui acostumbrando a estas diferencias, sin seguir
especulando acerca del porqué. Al fin de cuentas, como pasa en muchas
creaciones artísticas, los resultados son logrados por una colectividad de
individualidades cooperando. Son los grupos humanos y los tiempos sociales lo
que traen a la vida las más diversas músicas. Estos son datos que no hay que
perder de vista a la hora de pensar artes.
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