Saturday, May 06, 2023

Bafici 2023 – Esta vez desde casa

1 – ¡Buenas, buenas! Después de varios meses de ausencia, aquí les bailo yo. Por una serie de eventos, algunos provocados por mí, otros fuera de mi control, tome la decisión de no acercarme a CABA a ver los films que el Festival de Cine Independiente nos ofrece año tras año. Opte por ver online casi todas las películas que tenía ganas de ver. CAN and me de Michael P. Aust fue el único film que deseaba experimentar, pero no figuraba en la lista de ofertas vía Internet.

Esta vez sin calificarlas con “Macos” y sin especificar qué día vi que movie, aquí se vienen las 16 producciones que disfruté, algunas mucho, algunas no tanto. 8 cortos y 8 largos en la edición 24 del Bafici.

2 – Primero, los cortos: Priyo ami de Suchana Saha: 4 minutos en bengalí e inglés de un monólogo con dibujitos animados donde una mujer se recorre en ella misma, buscando en el sexo o en miedos algo de su verdad. Conviértete en quien eres de Agustín Iezzi: un realizador de 26 años nos narra una breve historia cotidiana en once minutos. Unos trazos blancos sobre fondo negro, sumados a la ayuda del audio, alcanzan para que reveamos los días a vivir. Merry Kitschmas de Jennifer Moule: con música de Camila Nebbia, este corto de ocho minutos nos muestra a unos inquietantes personajes de reunión navideña o de intimidad de alcoba. Casi siempre nos miran, revisan rituales ante cámara, uno no sabe porque tienen que mirarnos. Ana Morphose de Joao Rodrigues: directo desde la sección Baficito, este precioso corto de diez minutos nos cuenta de una niña que se sumerge en las páginas de un libro. Animación sin diálogos que maravilla. Color-ido de Estefanía Piñeres: desde Colombia, con mucho amor. Una voz insta a una niña en blanco y negro a que salga de su cuarto a aventurarse en el afuera, en donde se encontrara con un niño que también fue movido por esa misma voz a buscar novedades. Violeta y Rojo van a un nuevo conocimiento y nosotros los acompañamos. Una hermosura. Mío será otro cuerpo. En busca de C. E. Feiling de Mariano Vespa: en 18 minutos vemos escenas de los libros del escritor, los que escribió y los que leyó. Contamos con el testimonio de Andrés Calamaro, quien conoció bien a Feiling, incluso lee un poema del autor. Sí, cumple, está buena, sí, pero… tuvo gusto a poco para mí. C.E. Feiling merece, por lo menos, una hora de documental. Merece que sea contado por otras voces, tales como Rodrigo Fresán, o Luis Chitarroni, por nombrar un par. Estuvo buena, pero hace falta más. Ashkasha de Lara Maltz: una animación stop-motion en la sección Nocturna, una realización, sin diálogos, que dura seis minutos. Una muchacha desciende, sin cabeza, a un mundo surreal acuático, con cabezas alternativas a disposición. Muy buena. Rosbeef (caput mortuum) de Christophe Ballangé: tinta negra en papel blanco, estos dibujitos inquietan un poco y cautivan un poco más. Calaveras sin diablitos. Siete minutos alcanzan para graficar unos sueños raros.

3 – Ahora, mi film favorito de esta edición. La ilustración de este post es el poster promocional de dicha película. To Stage the Music - Heiner Goebbels del italiano Giulio Boato: ¡qué maravilla este documental! Poder ver a Alfred Harth, a Chris Cutler, a Arto Lindsay, una constelación de estrellas de la experimentación musical. Goebbels ahora anda trabajando con orquestas, pero supo ser parte del Rock In Opposition con el grupo Cassiber. Y también anduvo por el avant jazz en bandas callejeras en Alemania. Entre lo popular (se escucha “Bella Ciao”, sonando en 1980, muchos años antes de que se ponga de moda esta canción de la resistencia anti fascista italiana) y lo no tan popular, este músico siempre nos ha propuesto músicas movilizantes y conmovedoras. La canción Berlín Ku-Damn 12/4/81 de Goebbels es cine para los oídos y merece un corto aparte. Yo esperaba que, aunque sea, incluyesen un fragmento de esa genial pieza, pero me quede con las ganas. No importa. El film rebosa de bellezas. Excelente film.

4 – Otro músico, esta vez argentino, es el protagonista del siguiente film. Carmelo Saitta, collage 1944 de Gino Gelsi. Supe de este compositor de música experimental nacional gracias a las labores de la revista Esculpiendo Milagros, allá por los noventas, en 1996, creo, si no me falla la memoria. Lo reunieron junto a Federico Zypce, en una entrevista en conjunto, donde ambos compositores tenían la oportunidad de escuchar y opinar sobre la música del otro. En este film sentí más cercana la figura de Carmelo de lo que lo había sentido después de leer aquella entrevista. Si bien lo del tema de música popular versus música experimental fue tratado, me quedo la impresión de que quedó mucho más sin ser narrado o discutido. Pero esta película es un muy buen comienzo para aventurarse en músicas poco difundidas.

5 – Siguiendo con el tópico Músicas, ahora les escribo acerca de El sonido de antes de Yael Szmulewicz. En este documental se habla de guitarras y guitarreros. De lutieres y de técnicas de grabación de antaño, de los inicios de los registros sonoros. Cuerdas de tripas y cajas de madera. Cilindros de cera y gramófonos del ayer. Aunque el asunto trata principalmente de tangos y Carlos Gardel, también se cuela un poco de folklore. Muy buen film.

6 – Por las músicas, pero desde un palo diferente, tenemos el documental Llamen a Joe o, mi versión favorita del título, Better Call Joe de Hernán Siseles. Acá vemos, una vez más, a Andrés Calamaro, hablando sobre su “porrito-affair”. Porque fue Joe Stefanolo el abogado que lo defendió en esa causa. El abogado de los rockeros defendió a los más variados personajes del rock local: Los Violadores, Turf, Pipo Cippolati, Gustavo Bazterrica, etc. En el film no se habló del caso de María José Cantilo, quizás hubo quien quiso que no se hable de eso, no lo sé. Es que, en los ochentas y noventas, los rockeros eran el chivo expiatorio favorito de jueces, policías y fiscales en su cacería de brujas del supuesto narcotráfico. En vez de ir a golpear la puerta de quien correspondía, se las agarraban con músicos de rock. Era más fácil, según parece.

7 – Ambientada de fondo con una banda de sonido llamativa, ahora le toca el turno a Amor tóxico de Norberto Ramos del Val. Una película española que arrancó insoportable, pero terminó genial. De hablar de pedos a ponerse en pedo, la cosa fue mejorando un montón. La risa de la chica es lo más punk que hay y por eso resuena al final del film. Una película que pone su chirriante corazón a latir dentro de las tempestades y alegrías de estar en pareja.

8 – De España, y de la sección Baficito, viene la película Érase una vez… de José Escobar y Alexandre Cirici I Pellicer. Dibujitos animados de los cincuentas, o sea durante el franquismo. Restaurados recientemente, estas animaciones clásicas acerca de Cenicienta cumplen con su objetivo y, por instantes, superan la media. No obstante, yo no pude dejar de sentirle un aroma a “amores de derecha y amores de ultraderecha” que hacen juego con los más de quince años de macrismo porteño, avalados por sus irresponsables ciudadanos.

9 – Y algo de eso también se podía oler en Good Old Czechs de Tomás Bojar.  Es un buen documental, en el que, al final, no se perdía oportunidad para remarcar la suerte de esos pilotos de guerra checoslovacos como parte de una nación satélite de la U.R.S.S. Lucharon contra el nazismo para que luego otro “totalitarismo” los maltrate. Pero, bueno, más allá de eso, otro film recomendable.

10 – Para finalizar este post, viene Una claustrocinefilia de Alessandro Aniballi, director italiano que también participó como jurado en esta edición del Bafici. Usando fragmentos de otras famosas o canónicas películas, el director va contándonos sus historias de espectador de cine, y de crítico y realizador también, en el marco de una pandemia de Covid-19 que nos maltrató en el 2020. Ese mismo marco también está presente en el documental sobre Goebbels. Pero si en el documental sobre el músico alemán, lo del Covid-19 era solo una anécdota entre demás cosas, aquí lo es todo. El diario cinéfilo de Aniballi no puede dejar de nombrar las idas y vueltas de las diferentes etapas de la cuarentena.

11 – En fin, sin salir de casa, como en el 2021. Pero saliendo de casa por otros motivos, esto fue el Bafici 2023. Muy bueno si solo pensamos las películas, pero extraño cuando miramos el exasperante paisaje social que nos rodea. Las violencias nos están anulando y nadie parece aportar alguna alternativa viable, algún camino de salida a este laberinto cruel. Está por verse que tanta imaginación y acción tenemos para arreglar tantos desajustes. Nos vemos.

 

 

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