1 – Siglo
Veintiuno Editores Argentina publicó este libro de 272 páginas el año pasado.
Además de su título ganchero, su subtítulo y la sobria elegancia de su arte de
tapa; me dio curiosidad tratar de descubrir de que trataba en específico. Pero
descubrirlo resultó una decepción. Muchas de las expectativas que me surgieron
al encontrarme con el libro no fueron satisfechas. El cómo leo y el qué busco
al leer son probablemente la causa de mi insatisfacción. Puede que esta obra
fue concebida y escrita con propósitos ajenos a mis búsquedas. Veamos si puedo
darme a entender.
2 – Antes de
ponerme a escribir desilusiones, primero lo primero. Se nota que hay un montón
de trabajo detrás de los textos. Muchísimo más trabajo del que yo me tomo
leyéndolos y evaluándolos. Además, de ninguna manera pretendo que cualquier
posible lector de este post deje de lado este libro. Leerlo me parece necesario
y conveniente, provee herramientas para pensar y repensar las políticas y los
políticos de nuestro país. De hecho, me empujó a reconsiderar un viejo post de
este blog (más adelante voy a retomar eso).
3 – Tenemos, en
nuestro castellano, dos sustantivos que se parecen, pero denominan actividades
distintas. “Negociación” y “Negociado”. “Negociación” es un sustantivo neutro,
según lo entiendo. Todos los seres humanos estamos en negociaciones en todas
partes y a cada instante. A veces se cede, a veces se pide. A veces se ocupan
lugares, a veces se otorgan lugares. Bien. “Negociado” es un sustantivo de
índole negativo, hasta donde lo sé. El negociado es clandestino, nunca público.
El negociado es turbio, nunca puede saberse hasta qué grado beneficia y a
quienes y cuando daño social trae. Cuando deciden narrártelos, casi todos están
relacionados a tráficos ilegales (drogas, armas, mujeres y hombres esclavos).
Pero es rara la vez que nos enteramos de los negociados dentro de los tres
poderes de la democracia. Cuando Mariana Gené habla de “rosca” y “toma y daca”
decide no hacer demasiado foco en esto. Lo habla de manera tan tangencial, que
casi parece querer dejarlo oculto. O peor, expuesto a medias, pero justificado
como las prácticas cotidianas de ciertos políticos en ciertas carteras para
crear y sostener gobernabilidad.
4 – Cuando quieres
que tu democracia funcione, seguro que vas a necesitar pactar. Porque hay
muchos poderes, hay varios partidos políticos y coaliciones. Los acuerdos para
garantizar la gobernabilidad no son malos de por sí. Pero Gené elige poner
énfasis en ver quienes lograron una gobernabilidad más fuerte o quienes una más
débil y no parece darles la misma relevancia a los distintos signos políticos
de los diferentes gobiernos de turno. El Neoliberalismo no es lo mismo que el
Estado Benefactor. Y que una democracia latinoamericana, y quizás casi
cualquier democracia de los países del Tercer Mundo, no es independiente de los
poderosos países centrales de este mundo. Solo en la página 148, en la nota al
pie 78, se deja en claro que supimos elegir un presidente que tenía en mente
llevar a cabo un proceso sociopolítico más acorde con los intereses de EE.UU.
que los intereses de Argentina. Hubiese
sido útil remarcar esta clase de análisis.
5 – “Antes que
señalar cómo deberían funcionar las instituciones, hemos intentado volver
inteligible el modo en que efectivamente funcionan” (página 231). He aquí el
propósito último de este libro. Mariana no nos deja dudas. Los problemas
empiezan cuando uno se pone a dudar de nuestras democracias. Si lo dijese
públicamente, correría el riesgo de que me juzguen de golpista, totalitario,
antidemocrático. Además, sería preciso recordar que la “rosca” no es una
experiencia exclusiva de la democracia. Durante las dictaduras también hubo
“roscas” y de todo tipo y finalidad. La doctora elige delimitar su campo de
investigación dentro de los recientes gobiernos democráticos, desde 1983 hasta
2007, pero no hubiese estado de más remarcar que la palabra “rosca” es reciente
pero que “armadores” hubo siempre. Nuestras historias son las historias de las
negociaciones y los negociados.
6 – La autora es
de clase media alta y yo soy de clase media baja. Ni ella ni yo (y
probablemente ningún lector de este blog) sabemos lo que es la carencia
material. Este es uno de los graves problemas que no hubo democracia que haya
podido solucionar: la pobreza y la miseria. A los pobres no les toca ni la
rosca de Pascuas. Les toca un “¡Felices Pascuas! ¡La casa está en orden!” del
presidente elegido democráticamente Alfonsín. Cuando no hubo ni hay “roscas” que
hayan lidiado con semejante desajuste, uno lee sobre comentarios y chistes de
funcionarios y de comunicadores y a uno les suenan a crueles bromas de humor
negro. Esas son las clases de datos que te ponen a dudar sobre la verdadera
eficacia de nuestras democracias. Bajo ese paradigma, es más fácil comprender
porque hay gente que no vota. No votar es negligencia civil e irresponsabilidad
social. Por desgracia, muchos políticos están hechos de esas dos cosas.
7 – En la página
168 Mariana Gené escribe sobre el atentado a la AMIA casi como quien no quiere
la cosa. Un hecho entre hechos. El superministro Corach anduvo en aprietos por
aquellos horrorosos días. Si la memoria no me falla, incluso tuvo que declarar
en juicio por algún tipo de encubrimiento con respecto a la causa. Esos 85
muertos y 300 heridos le dejan un sabor amargo a las “roscas”. Algunas roscas
saben peor que otras.
8 – En la tapa
Emilio Monzó nos sonríe desde la imagen de una hermosa taza de café. Debajo, su
dixit: “Reivindico la rosca”. Ok. Mariana dejó su análisis en 2007 y luego
decidió retomarlo para el epílogo sobre Macri. Para próximas ediciones no se
olviden de analizar también los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner y a
Florencio Randazzo. Eso de hablar de unos y no de otros quedó medio chueco.
9 - ¡Y también yo
quede medio chueco! Significados Invisibles, 30 de octubre de 2010. Escribí que
a nivel nacional los tres poderes parecían andar bien y que los problemas
surgían cuando analizábamos los tres poderes a nivel provincial y municipal.
Gené describe sólidas carreras políticas de funcionarios nacionales… que
supieron ser funcionarios provinciales y municipales. El minucioso recuento de
antecedentes políticos de ciertos funcionarios no hizo más que dejar en la nada
eso que afirme ayer. Los escenarios públicos de manejo de poderes son mucho más
complejos de lo que mi pereza me deja ver. En esto Mariana dejó la puerta
abierta a rediscutir todo de nuevo. Con nuevos datos.
10 – Un datito
chiquito de fastidioso lector: en la página 247, en la nota 124, Mariana Gené
cita mal. La revista Crisis no sale
día tras día como un periódico ni sale mes tras mes como tantas revistas, salen
cuando pueden. El texto al que ella se refiere figura en la revista Crisis
número 24, marzo y abril de 2016, páginas 48 y 49.
11 – Nuestras
democracias son lo que son porque los ciudadanos somos como somos. No es
cuestión de auto flagelarnos. Pensemos que nuestra democracia, históricamente
hablando, es jovencísima. ¿Hace cuánto que votan las mujeres? Aja. ¿Por cuánto
tiempo estuvo proscripto el peronismo, una fuerza política todo lo polémica,
contradictoria e incongruente que quieras, pero muy popular? ¿Viste? Cuándo
Perón volvió, ¿era ese un gobierno realmente democrático con López Rega y su
triple A en plena actividad? Parece que no, ¿no? Mariana Gené nos puso a pensar
en nuestras democracias. Con este libro y con la larga lista de referencias al
final del libro.
12 – Una cosa más
(¡qué largo se puso este post!). Por lo que alcance a atestiguar, las gentes de
Argentina o bien son indiferentes a la política o son de derecha, y a veces de
ultraderecha. Las izquierdas parecen olvidadas en las elecciones o condenadas a
ser vinculadas con la violencia de los grupos armados de antaño. Mariana Gené
no parece avanzar mucho más lejos de esto. Solo las múltiples formas de algunas
de las centroizquierdas formaban parte de algunas “roscas”. Lo demás que se
llama democracia está delimitado entre la dicotomía “radicalismo-peronismo” o
Cambiemos que es un híbrido impresentable de disidentes justicialistas y
radicales. Entre el conformismo, la apatía y el conservadurismo, los ciudadanos
tenemos que responsabilizarnos de lo que tenemos de gobiernos.
2 comments:
Si bien el texto es muy interesante, ahora lo único que me sale decir es... quince años. And still standing. Y con mucha cuerda para seguir por un rato largo.
Quién lo hubiera dicho, Mako. Felicitaciones.
Muchas gracias por tu comentario! Pensar que en un par de ocasiones pensé en cerrarlo... Significados Invisibles es un sobreviviente de las remotas eras! Sigamos siguiendo!
Post a Comment