Monday, March 23, 2020

Una revista de músicas italiana llamada Blow Up




1 - ¿Por qué?
No sé muy bien porque pero este blog tiene muchos lectores italianos. En varias ocasiones muchos más que los lectores argentinos. Y desde antes de esto de la cuarentena allá y aquí. Es raro, teniendo en cuenta que está escrito en español. Solo me voy del castellano para sumergirme en el inglés pero por poco rato y solo a veces. Aunque no falta que lo diga, yo no sé italiano. La revista de la que voy a escribir en este post nunca la he comprado y de haberlo hecho, no me habría sido posible leerla. Pero es fuente de consulta mensual para mí.
2 – Un kiosco semivacío
En octubre de 2010 apareció el último número de La Mano. En mayo de 2013 importaron el último número de Rock de Lux. En septiembre de 2018 salió el último número de Los Inrockuptibles. En el kiosco aun permanecen Rolling Stone y Billboard, de la última solo compre un número (el primero, creo) y de la primera compro ediciones de vez en cuando. Ambas no me parecen nada excepcional, están bien pero solo eso. Hay que cuidar el bolsillo, no se puede gastar en cualquier cosa los magros sueldos que nos toca recibir. Por ende, se puede concluir que Internet no solo reemplazó a las disquerías, también pasó a reemplazar a los kioscos. No me agrada admitirlo pero así es. En el 2014 me cayó la ficha de que no solamente iban a dejar de trae la revista Rock de Lux por un tiempo sino que ya nunca más la iban a traer. Porque ya no había consumidores de revistas de rock y aledaños. Desde hace 6 años que, mes tras mes, consulto los contenidos de las ediciones de tres revistas extranjeras: The Wire desde el Reino Unido, Rock de Lux desde España y Blow Up desde Italia. Esto yo ya lo dije antes y quizás por eso los italianos me leen mientras yo leo (y envidio) acerca de la prensa musical que ellos tienen. Voy a pasar a contar un poco más sobre estas tres publicaciones.
3 – The Wire
En mayo de 1982 apareció el número 1 de esta maravillosa revista. O sea que, en un par de meses, van a cumplir 38 años de historia. En abril van a sacar el número 434, el cual ya está disponible para suscriptores de la publicación, va a llevar en la tapa a Thundercat. Las labores de la revista Esculpiendo Milagros me pusieron al tanto de este mensuario (ver post del 15 de marzo de 2015). Ya nombré a esta revista tantas veces que me los imagino hartos de tener que leer un nuevo halago a estos británicos. Como consumidor tuve la suerte, y la plata, para conseguir algunos números. Estoy hablando de los años 1997-98, en la disquería Tower Records de la avenida Santa Fe. Antes y después de esto, vi algún que otro número dando vueltas por ahí, en las librerías que venden revistas usadas sobre la avenida Corrientes. Sí, en CABA parece estar todo, desgraciadamente. EE.MM y The Wire fueron publicaciones que pude comprar solo en Capital Federal.  Hoy, gracias a los chiches nuevos (el celular, la conexión casera de Internet), entro al sitio de la revista todos los malditos días. Su sitio es igual de excelente que la revista, incluso hay tracks y videos disponible para disfrutar y conocer. Muchas de las músicas que escucho en la actualidad las conocí gracias ellos.
4 – Rock de Lux
Las ediciones de esta revista fueron más fáciles de conseguir. De hecho, como también supo pasar con las revistas Factory, Trax y Go (todas de España), pude comprar varios números aquí en Moreno, los confines del Lejano Oeste. Las empresas importadoras de estas publicaciones deben haber tenido arreglos con las distribuidoras de diarios y revistas nacionales. Volviendo a la revista en sí: publicaron su primer número en noviembre de 1984. Estos van a cumplir 36 años de publicaciones. En este mes editaron su número 392. La historia entre esta revista  y Argentina tuvo sus idas y venidas. Ya desde los ochenta se la podía conseguir en los kioscos de Capital (con cierto retraso con respecto a Europa, cosa que Pablo Schanton señaló un par de veces). Yo conseguí varios números usados de los ochentas y noventas. Entre el 97 y 2001, conseguí algún que otro número (en aquellas veces sin retraso con respecto a España). Desde el 2007 hasta el 2013 estuvo disponible en los kioscos suburbanos (otra vez con retraso) y luego, chau. Me imagino que quizás se puedan conseguir ejemplares actuales en CABA de la revista en estos días pero debe estar carísima. El dólar está caro y el euro está más caro que el dólar. Pero el sitio de la revista en Internet está bueno, no tan bueno como el de The Wire, pero igualmente interesante. En aquellos viejos días del 2007 al 2013 siempre venían con un CD “de regalo”. Pero por la calidad de información que traía y la calidad de música que traía el CD; la verdad que era una ganga.  Uno solo aprecia lo que solía aparecer cuando ya sabe que no va a aparecer más. Incluso allá en España la revista sale con CD solo en los meses de enero, febrero y marzo, con las canciones de sus listas de los mejor del año, a nivel internacional y nacional.
5 – Blow Up
¡Al fin! Esta es la más joven de estas tres publicaciones. Publicaron su número 1 en septiembre de 1995 o sea que van camino a cumplir 25 años de actividad, diez años más que mi blog. En marzo de este año sacaron su número 262. En el post del 27 de octubre de 2017 donde yo escribí sobre la revista Los Inrockuptibles cite lo que habían dicho sobre dicha publicación en Esculpiendo Milagros. En ese mismo número de EE.MM (n° 12, año 4, 1996) hablaban del número 153 de The Wire y ¡del número 5 de Blow Up! Por supuesto, yo olvide por completo esto por un montón de años. Recién para el 2012 me enteré que el crítico inglés Simon Reynolds mentó, en su blog Blissblog a la revista Blow Up como “la Wire italiana”. De ahí en más revise en todos los rincones de Internet de los que tenía conocimiento en busca de cuanto dato estuviese disponible de esta publicación (listas de lo mejor del año, playlists, la lista de los 600 discos esenciales que un usuario publicó en Rate Your Music). Incluso aun espero por las playlists del número de diciembre del año pasado con lo mejor del año que, hasta el día de hoy, nadie publicó en Internet. Tengo que aclarar que nunca he visto una edición física de esta revista dando vueltas por Argentina, quizás existan pero yo no me las encontré aun. Y, claro está, si llega a pasar que la traen a Argentina, estarían a un costo similar, o más caro aun, de lo que dije más arriba de la revista Rock de Lux. Entonces, cierto que nunca vi un número pero si llegase a encontrarme con uno y contase con el dinero suficiente, la pregunta es: ¿me la compraría sabiendo que no sé italiano? ¿Quieren saber la verdad? Bueno, sí, la compraría, al menos ese especial que sacaron sobre ¡Red Crayola! Sí, lo que leíste. Yo solo sé de una publicación en el todo el mundo que hizo algo así por el proyecto de Mayo Thompson. No lo hicieron las gentes de The Wire, no fueron los hacedores de Rock de Lux. La revista italiana Blow Up sacó un número especial (creo incluso que es tipo libro) sobre Red Crayola. ¿Qué tal? Así de grosos son.
6 – 2020
Esta complicada la cosa este año. Para todos. Incluso España e Italia son dos de los países más castigados por el coronavirus. Por eso también me puse a escribir este homenaje a Blow Up. Nos guste admitirlo o no, lo cierto es que hay chances de que las cosas cambien y no me parece que para mejor. Mientras estoy escribiendo estas líneas justo me agarró un deja vu. En octubre del 2017 escribí el homenaje a Los Inrockuptibles y en septiembre del año siguiente fui al kiosco a comprar el último número, el de la tapa con los 107 Faunos. ¿Y si llega a pasar algo así con la Blow Up? ¿O con la Rock de Lux? No creo que pase algo así con The Wire, aunque el Reino Unido también anda jodido con esto de la pandemia.
Bueno, lo que será mañana no es hoy. Hoy tenemos Blow Up. Ya mismo me pongo a contar mis chirolas y veo cuanto saldría comprarme el especial  de Red Crayola y quien tendría la amabilidad de bancarme en esta con su tarjeta de crédito ¿Y qué más...? ¿Gastos de envío? ¿Impuestos a la importación? Sí, listo, me robo un camión de caudales y ya estaría listo para la compra. Je.

Saturday, March 21, 2020

Pauline Oliveros – Deep Listening (comentarios y anotaciones)



1 – Estamos presentes en el presente
Y somos presentes, regalitos que la chance le hizo a todas las otras existencias, presencias, esencias y mutaciones.  Por lo tanto, doy inicio a este post desde el presente. En febrero de este año me encontré de casualidad, sin estar buscándolo, con un libro que nunca espere que apareciese en castellano. Una edición milagrosa. Se trata de “Deep Listening Una práctica para la composición sonora” de Pauline Oliveros. El libro lo edita Dobra Robota Editora en el 2019. Es una obra que ha sido publicada en inglés en EE.UU. en el 2005 (si tenemos en cuenta la página 6) o en el 2003 (si tenemos en cuenta la página 173). No creo que esto sean imprecisiones de la edición argentina, seguro que debe tratarse de la diferencia entre edición original del libro y los derechos de publicación del sello editorial estadounidense.
2 – El pasado
Pauline Oliveros vino a Argentina en 1994. En la revista Esculpiendo Milagros (n° 5, mayo 1994, página 13) anunciaban su visita, gracias a las labores de la Fundación Pedagogías Musicales Abiertas, para los días 14 al 28 de abril (¿?). Pero Alan Courtis, uno de los traductores de este libro, recuerda haberla conocido en mayo de aquel año, cosa que me suena más probable. Luego, en el siguiente número de EE.MM., (n°6, agosto 1994, páginas 14-17) apareció una entrevista a Pauline llevada a cabo por los críticos musicales Daniel Varela y Claudio Koremblit.  26 años después, aun seguimos cosechando los frutos de aquella afortunada visita.
3 – Alan Courtis
Por motivos que desconozco, Alan Courtis olvida mencionar que la revista que dirigía Norberto Cambiasso habló dos veces sobre Oliveros y su obra, ideas y actividades. Quizás tan solo fue que se olvido. Pero la llegada de Pauline fue financiada por alguien y hubo quienes consideraron importante difundir los eventos en los que ella iba a participar. No hubiese sido una mala idea recordarlo. Pero Alan Courtis es un genio total, un verdadero maestro de las músicas, y yo le perdono estos olvidos y casi que le perdonaría cualquier cosa el ex Reynolds.
Alan Courtis es uno de los traductores, junto a Juan Pablo Martese, de esta obra. Él es el motor detrás de la realización de este libro. Amigo y colaborador musical de Pauline, en sus obras junto a Reynolds, como solista y en sus otros proyectos musicales, resuenan las ideas y enseñanzas de Oliveros. No solo en “Pauline Oliveros in the Arms of Reynolds” sino también en “10000 Chicken Symphony” o en “Blank Tapes”; en innumerables ediciones de Courtis vibran los conceptos y las concepciones que el libro va desarrollando.
4 – El libro
“Deep Listening” es marca registrada de Pauline Oliveros y por eso no traducen el título a “Escucha Profunda”. Pero de eso se trata, de mejorar las escuchas. Este es un libro centrado en los protagonistas más anónimos de las músicas: los escuchas, los oyentes, todos los seres humanos. A través de este libro, Oliveros nos llama a la conciencia de que el total de nuestro cuerpo escucha, no solo nuestros oídos. Ella nos propone que prestemos atención: a nuestra percepción, a nuestra respiración, a nuestra postura corporal, a nuestra asimilación y análisis de eventos sonoros. En los reinos infinitos de sonidos y silencios se presentan las posibilidades de volvernos creativos al abrir nuestras orejas a los ambientes y circunstancias. Nos propone que le pongamos pausa a lo que buscamos y que nos convirtamos en testigos estremecidos de lo que nos rodea. Mientras vas leyendo el libro, el silencio se llena de magias. Los sonidos brotan inesperadamente desde todos los espacios que te rodean. Ahí tomas conciencia: si no escuchabas es porque no querías o no sabías o no podías. Ahora podes y sabes y queres.
5 – La editorial
Dobra Robota Editora está publicando librazos. Yo todavía no ubique el de Aphex Twin, en cuanto lo vea, me lo compro. Vi el que trata sobre Velvet Underground pero preferí el de Oliveros. Vi el que trata sobre Ian Curtis pero en la librería que está acá en Moreno lo vendieron rápido, quizá lo hubiese comprado. ¡También está el que trata sobre Television! Por dios, ¡se zarpan! Inclusive yo aun no termino de entender que los llevó a editar esta excelente obra, no es rentable. Pero ¡que bueno que la publicaron! ¡Muchísimas gracias por existir!
6 – Unas curiosas coincidencias
En cuanto vi el libro, lo compre. En cuanto me puse a hojearlo en casa, supe que iba a escribir este post. En cuanto termine de leerlo, me puse a buscar aquellas viejas Esculpiendo Milagros. La tapa del número 5 lo tiene a Frank Zappa. En el número 6 aparece John Zorn en la tapa. Y repentinamente me acorde de algo. El suplemento Sí del diario Clarín una vez vino con una nota de tapa sobre Reynolds, escrita por Fernando García con una columna de Pablo Schanton. Fue la edición del viernes 27 de octubre de 2000. Paso a citar: “Buscando ‘romperte el cerebro’, reencontraban la vanguardia. Hablamos de experimentales en el sentido menos académico y anteojudo del término: nada de música difícil clase Z (Zappa, Zorn) sólo para entendidos y sonrisa chueca. Cuando los Reynolds hacen ruido, o te matás de risa o te matás.” Al parecer, buscando explicarnos la experiencia Reynolds, Schanton les tiraba un palito a los EE.MM. Un deporte que Pablo solía practicar, al menos a mi me pareció, desde los noventas en las páginas de Revolver. Pero ya han pasado casi 20 años. Toda esta práctica de explicar excluyendo ya no tiene mucho sentido ¿no? Entonces, vos escuchá a los Reynolds, y a Frank Zappa, y a John Zorn y a quienes se te antoje. Y escuchalos como se te ocurra. Lo que Pauline Oliveros escribe no son ordenes, son sugerencias, invitaciones. Declinar las amables invitaciones de Oliveros no lo veo aconsejable pero cada quien sabe.
7 – Te recuerdo
Norberto Cambiasso escribió: “O que la amabilidad de Pauline Oliveros decidiera presentarte a Anthony Braxton, cuya amabilidad te presentaba a su vez a Richard Teitelbaum y, de repente, estabas conversando con todos esos monstruos legendarios que antes parecían tan lejanos.” (Que cien flores florezcan, 2018, página 14). Fue él quien armo la recopilación “Salgan al Sol”, que tiene un tema de Alan Courtis, entre otros artistas (ver post del 4 de noviembre de 2018). En este blog, SS.II., quien esto escribe hablo sobre los Reynolds (ver post del 16 de noviembre del 2016) y casi al pasar sobre Alan Courtis (ver post del 27 de abril del 2012) y su performance en aquel Bafici. De Pauline Oliveros nunca había escrito nada hasta hoy. Y también tengo pendiente escuchar algunas de sus músicas, disponibles en Internet.
¿Cómo terminar este post? Bueno, te estoy escribiendo esto desde la cuarentena debido a causas que ya todo el mundo conoce. Ninguno de nosotros estaba preparado para la desagradable sorpresa del COVID-19. Pero no toda sorpresa es desagradable. Yo tampoco me esperaba la edición en español de este libro y acá está. Y si bien tengo temor por lo que pueda pasar (a nivel social y a nivel personal) también me siento contento de los inesperados efectos colaterales. Este tiempo en casa me ayudo a ponerme al día con mi blog y ya se me están ocurriendo más cosas por publicar. También me pone contento tener este libro. Queridos lectores, celebren los instantes en los que están. Leer este libro bien podría ser una manera de celebrar. He dicho.


Thursday, March 19, 2020

Mis días con Sonic Youth



1 – Un viejo molesto y borracho
Estábamos unos amigos en un festival del rock del oeste, año 96 o 97. Tocaban el trío La Criatura, pero antes de que toquen, y después también, los tres estuvieron conmigo como público viendo a las otras bandas. Mientras estábamos en eso, un tipo, que tendría la edad que tengo yo ahora tal vez, empezó a pedirle a las bandas a los gritos “tocá algo de Hermética” (o V8, no me acuerdo bien). Al principio todos hicimos lo que casi siempre se hace: ignorarlo. Luego algunos pibes también empezaron a pedirles a los grupos que toquen algo de Hermética o V8. Yo decidí reaccionar de otro modo: les dije a mis amigos “¡Como rompe las bolas el viejo ese!”. Más tarde, el Ale Moyano me decía: “después, cuando vos seas viejo, vas a andar gritando, ‘tocá algo de Sony Yuu” y nos reíamos todos a carcajadas.
2 – Es extraño
Realmente extraño. Pero hay poco y nada en SS.II. acerca de Sonic Youth. Solo un par de posts: 17 de noviembre de 2006 y 15 de diciembre de 2009. Un par de menciones aquí y allá en listas de canciones (Fonolas y cosas por el estilo) y luego, ausencia. Durante una buena cantidad de años, toda persona que me conocía, sabía cuánto me gustaban las músicas de Sonic Youth y todos, de una manera u otra, tuvieron que fumarse mis comentarios acerca de ellos y mis recopilados con alguna (o todas) canción de la Juventud Sónica. Será que luego de tanta tarea de difusión que rindió poco frutos, yo elegí dar vuelta de página en cuanto empecé a escribir en este blog. La verdad hoy no lo sé. Pero para octubre del año pasado me encontré con un blog llamado Lágrima Psicodélica y estos melómanos de Brasil subieron la discografía completa de los neoyorquinos y yo me puse al día con todo lo que me faltaba conseguir de ellos. En enero pasado escuche casi todos esos archivos, solo me falta escuchar uno, en cuanto pueda lo hare.
3 – Arranque con “Dirty”
Esto ya lo conté antes. Quizás haya leído acerca de ellos antes de 1992 pero en ese año la FM Rock & Pop difundió varias canciones de “Dirty”, en varios programas, desde varias perspectivas. Yo las iba grabando en mis casetes vírgenes. Después me lo conseguí como casete pirata y luego, finalmente, me lo conseguí en cd original. Este no es el disco que los críticos más valoran pero mi biografía musical arranca acá. Ellos ya llevaban once años de carrera y yo tenía 17 años. En 1994 yo compraba “Dirty” y Toto se compró “Experimental Jet Set, Trash and No Star”, el cd que me prestó y yo grabé en un casete.  Y también estaban esos cds donde alguno de ellos colaboraba (tipo “Backbeat”) o algún homenaje del que participaban (tipo “If I Were a Carpenter”). Y muchísimo más…
4 – 17 caramelos
En mi colección de cds figuran 17 producciones de Sonic Youth, 14 de ellos son cds originales. Solo para fastidiarlos un poco voy a pasar a nombrarlos.
1 – A Thousand Leaves
2 – Bad Moon Rising
3 – Confusion is Sex
4 – Dirty
5 – Evol
6 – Goo
7 – Made in USA
8 – NYC Ghosts and Flowers
9 – Sister
10 – Sonic Death – Early Sonic 1981-83
11 – Washing Machine
12 – Murray Street
13 – Sonic Nurse
14 – Rather Ripped
Casi todos a 20 pesos (o sea 20 dólares) o quizás alguno a 22 y algunos a 15 o 16 pesos. Desde 1994 hasta el 2006. Nunca me moleste en conseguir original “Daydream Nation”, lo vi en varias disquerías alternativas. De hecho, era su disco fetiche. Hace unos años atrás, para los 2000 y pico, anduvieron de gira tocándolo entero, con el mismo orden de tracklist que traía el disco originalmente y todo. Para el 2004 me conseguí un cd con archivos mp3 de ellos, esos que venían armados tipo “discografía completa” y allí venía este disco. Lo arme como cd y todo, lo escuche pero no le preste la atención merecida y quizás por eso sigue sonándome tan solo bueno y no superlativo.  Desde el 2004 poco a poco Internet empezó a ocupar su puesto en proveedor de cds. “Goodbye 20th Century” me lo bajó un tipo acá en Moreno. Ese mismo disquero tenía en original “The Eternal” versión brasileña. Lo vendió rápidamente, al menos en mis estándares de consumidor de discos, y tuve que pedirle que también me lo baje de Internet. Un tipo de Ituzáingo me bajó “The Walls Have Ears”. Ahí están entonces, esos son los 17 caramelos.
5 – 2011
El 21 de noviembre de 2011 les escribí sobre el festival que fui a ver el 4 de noviembre, al día siguiente tocaban los Sonic Youth. Ese sábado en el que estuve ausente, la gente que fue dice que ya estaba todo mal entre Thurston y Kim. Al poco tiempo la pareja se terminó y la banda también. Ya han pasado más de ocho años. En el 2012 anduve con ganas de escribir un post llamado “No me gustó como nos despedimos” para hablar de este final amargo de una banda tan dulce. Pero no lo escribí. Pasó a formar parte de ese grupo de unos 50 posts que ya han quedado en títulos y nada más.  Es que es algo doloroso que tu banda de los años mozos se separe y encima en esos términos. Hasta el día de hoy, tanto a Lee, como a Gordon, como a Thurston, todos les preguntan cuándo van a volver. Y no sé sabe, según parece ya no van a volver.
6 – Sonic Youth Recordings (SYR) series
Y como pudieron leer más arriba, hubo de todo para escucharlos: casetes vírgenes, casetes piratas, cds originales, cds bajados de Internet, archivos mp3. Y desde el año pasado inicie una nueva forma de escucharlos. Con la conexión casera de Internet, baje archivos mp3 y, esta vez, no los transforme en archivos de audio en cds armados cual si fuesen los cds originales pero copiados en cds vírgenes.  Esta vez fue reunir archivos mp3 en DVDs, a unos 35 a 40 archivos por disco. 35 discos en uno solo, ¡que tal! Como me pasaba cuando era pibe, agarrar un disco y escucharlo por semanas. Pero esta vez no por falta de fondos, sino porque el disco está lleno hasta las bolas de músicas. De esta manera tengo el primer EP de ellos (Sonic Youth, 1982, ese mismo que vi en vinilo importado a unos 1200 pesos, o algo así, en el 2018). Varias de las Sonic Youth Recordings (los mismos cds que vi en su momento en las disquerías pero me negué a comprar por considerarlos caros, me querían cobrar 20 dólares por algo que quizás ellos compraron a 10 dólares, más o menos). Tengo el de Ciccone Youth. Tengo la banda de sonido de la película “Simon Werner a disparu” de aquel 2011, ese último disco que aun no escuche. 13 archivos. Algunos referidos a discos editados, otras carpetas con covers hechos por ellos de otros artistas. Incluso me pareció que andaba por ahí algo referido a covers de otros artistas de canciones de Sonic Youth pero eso no lo baje.
7 – ¡Tocá algo de Sony Yuu!
Hay montones de bandas del indie nacional que le deben un montón a los Sonic Youth. Por lo tanto, no sería extraño que te encuentres con un viejo borracho y molesto, destacándose a los gritos, por ahí. Igualmente Kim Gordon, Lee Ranaldo y Thurston Moore siguen publicando discos asombrosos, siguen haciendo ruido. Hay canciones de ayer, hay canciones de hoy y mañana las seguirá habiendo. Habrá canciones, ruidos, avantgarde, pop, rock, experimentaciones, tradiciones. Habrá músicas, en ellos y más allá de ellos. Mantente resonante a las mareas sonoras que por siempre y para siempre te saludan.
8 – 3 posdatas
1 – Tengo un VHS con la película “1991 The Year Punk Broke” donde los Sonic Youth y otros tocaban en vivo y payaseaban de aquí para allá. 2 – Quizás ustedes notaron que no hable de canciones, si quieren saber de ellas busquen en las Fonolas y/o otros posts  con canciones. 3 – Casi me olvidaba de nombrar a aquellas revistas con tapas dedicadas a SY (Esculpiendo Milagros, The Wire, Los Inrockuptibles) y tanto más que ahora no recuerdo!


Tuesday, March 17, 2020

The Primitives – Shadow (mis apuntes sobre una vieja incógnita)



1 – “Ya es hora que lo asumas”
“No sos lo joven que solías ser”. Estas son las líneas que resonaron el verano pasado en mi cabeza desde la canción “It might be time” de Tame Impala. Hermosa canción (aunque mi favorita es “Patience”). Mucho, mucho retro en las canciones del quía de Tame Impala, pero es el retro que a mí me gusta. Y más allá del retro, están esos versos que uno canta, llora y baila mientras uno se dice a uno mismo: “Es cierto”. Y ahora me toca escribir: ¿y qué importa si no soy lo joven que solía ser? Sigo siguiendo. Viejo pero siguiendo.
2 – Una legendaria incógnita
Esta duda cumplió este año 25 años. Desde aquel 1995 que anduve tratando ser averiguar quiénes eran los intérpretes y como se llamaba la canción. Inclusive hay que volver al post del 28 de noviembre del 2013 de Significados Invisibles para encontrar referencias sobre esta canción de hoy. Sin dejar de mencionar que la canción supuestamente fue grabada en el ´89 de la radio Rock and Pop por el amigo Marcelo y es una canción de 1988.
3 – Un video en YouTube
Pero a fines de enero de este temible 2020 vino el amigo Matías a casa, me ayudo a armar un video con la pista de audio que tenía de la canción y me enseño como subir el dichoso video a la red de redes. Debajo ubique un texto describiendo el video que ahora mismo yo paso a copiar y pegar para todos ustedes:
En 1995 el amigo Marcelo Pérez me pasó un casete con grabaciones que él hizo de la radio Rock & Pop entre el ´88 y el ’89, probablemente. Alguna de estas canciones, o quizás todas, fue transmitida en el programa “Scoop” que tenía el periodista Sergio Marchi por aquel entonces. Esta canción es una de ellas. La única que, aun hoy, 25 años después, sigo sin poder saber de quién es y cómo se llama.
Las otras canciones que estaban en la misma cinta sí pude identificarlas, algunas más fácilmente y otras con más labor. Esas canciones son: Sonic Youth – Within You, Without You (cover de The Beatles) (1988). Nikki Sudden & Rowland S. Howard – Feather Beds (1987). Cassandra Complex – Moscow Idaho (1986). Wire – Silk Skin Paws (1988). The Teardrop Explodes – When I Dream (la version de la recopilación “To The Shores Of Lake Placid”) (1982).
Cito las canciones para que sirvan de ayuda para quienes quieran ayudarme a develar esta incógnita que tengo desde hace tantos años. Esta canción que están escuchando es “indie” como lo son las otras y debe ser del periodo 1986-1988, como lo son las otras.
Bueno, ojalá ustedes puedan ayudarme a sacarme esta duda y me ofrezco voluntario a hacer lo mismo por las dudas musicales que puedan tener ustedes. ¡Gracias!
El sábado 1 de febrero ubique el link del video de YouTube con la duda en los comentarios de los videos que había de cada una de las canciones que mencione más arriba. El lunes 10 de febrero me desperté con la hermosa sorpresa de que alguien me respondió. Un usuario de YouTube llamado “The Voynich Manuscript” subió el link con la respuesta. Ya se lo agradecí en YouTube y aprovecho a volver a mostrar mi gratitud por este usuario y por Matías por sus ayudas en este blog: ¡¡Muchas gracias!!
4 – Un largo y sinuoso camino
Durante años intente las mil y una formas para tratar de identificar la canción de los Primitives.
A – Fui con mi walkman y el casete a un par de disquerías de CABA, esas disquerías especializadas de las cuevas por las avenidas Corrientes y Santa Fe.
B – Le pase el archivo de audio al Ale para que le pase la canción a un famoso periodista de rock.
C – El amigo Matías intentó reconocerla con la ayuda de una app llamada Shazam
D – Intente contactar con un par de periodistas más enviándoles el archivo de audio vía mail.
E – Fui con el mismo método de walkman-casete-auriculares a buscar a un periodista de rock a la radio AM donde hacía y hace su programa y me atendió el productor de su programa.
F – Puse fragmentos de la letra en variadas búsquedas de Internet.
G – Busque toda formación con cantante femenina posible del indie de los ochenta de UK y USA.
H – Busque cualquier canción de los ochentas que pudiese tener alguna referencia musical oriental.
Y con tantas búsquedas, quizás creyendo que lo que yo buscaba era algo mucho más desconocido de lo que realmente es, siempre terminaba sin resultados. Inesperadamente, esta búsqueda más reciente dio resultados positivos casi de inmediato.
5 – Con los diarios del lunes.
Con el dato en la mano fui a revisar libros. Previsiblemente, encontré dos libros con datos de la banda The Primitives. Es así, hay músicas de las que tengo información y aun no las escuche. Bien, los libros son: Rock The Rough Guide (1996) (página 685) y The Trouser Press Record Guide (1991) (páginas 516-517). Lo cierto es que yo tenía el nombre de la banda en mi memoria. De hecho, solía remarcar para mi mismo en mis notas cerebrales: “The Primitives, banda indie de los ochentas; no confundir con proyecto pre-Velvet Underground de Lou Reed y compañía de mediados de los ´60s”. Pero este machete mental nunca pudo ser relacionado con la canción de la que les hablo hoy. Si la memoria no me falla, recuerdo haber visto el cd de los Primitives que trae esta canción (Lovely, 1988) en una de aquellas disquerías a fines de los noventas. Luego, para el 2015, me aparecí con esta duda entre manos y no pudieron ayudarme. Es que los Primitives son bastante parecidos a esas clásicas “one hit wonders” de antaño. Una banda que la pegó con un tema y después paso al olvido sin pena ni gloria.
6 – Shadow
La canción en si está buena. No es nada excepcional pero está buena. Se vuelve algo excepcional para mí en el marco de las innumerables idas y vueltas que tuve con esa canción, averiguando su identidad, su procedencia en espacio y tiempo (el indie inglés del 85 hasta el 91). La camada de bandas donde aparecieron gemas como My Bloody Valentine y A.R.Kane. Los Primitives no son tan grandes pero tampoco son tan pequeños.
7 – En fin
Sería cuestión de buscar aquellos discos y ver qué pasa. Dicen los que saben que hay otra versión de este tema en otro disco de los Primitives pero yo aun no la escuche. De hecho, solo conozco está canción y una más, su hit, “Crash”. A mí me gusta más “Shadow”.
8 – “Listen to the voice of everything”