Mi edición es una segunda reimpresión de 2013 de la
editorial Siglo Veintiuno Editores. El libro apareció originalmente en inglés
en 1982 y luego en español en 1988. Esta segunda edición tiene nuevos prefacio
y posfacio de 2011. Marshall estuvo trabajando durante los sesentas y los
setentas, recopilando experiencias y lecturas para producir esta obra
magnífica.
El subtitulo de este libro reza: “La experiencia de la
modernidad”. A través de más de 350 páginas, el autor se esfuerza en intentar
definir la modernidad y, hasta donde yo alcanzo a entender, lo logra; dejando
en nosotros una conmoción de comprensiones. Página tras página, Berman nos
recuerda el vértigo que se siente cuando uno asimila aquella inquietante verdad
del título. Todo lo que posees, el dinero que ganas y gastas, el prestigio de
tu voz, tus títulos, tu status social, tus relaciones. Todo lo que sos, todo en
lo que estás, todo puede desvanecerse en el aire. Ya no hay absolutos a donde
ir corriendo a esconderse. Reconócete en el imparable cambio que te rodea y que
te define. Eso es lo que quiere Marshall. Que vivas y crezcas en esa
conciencia, con la conciencia del abismo que amenaza con destruirte pero no lo
lograra siempre y cuando estés despierto.
Estar despierto. Todo un desafío. Berman nos sugiere que
tenemos que reencontrarnos en las calles. Casi siempre llegamos a las calles
cuando ya no damos más. Cuando estamos cansados de que nos paguen sueldos de
mierda, cuando estamos cansados de tanta muerte violenta de mujeres. Pero
también es cierto que en esas manifestaciones hay mucho más que bronca. Hay
creatividad, humor, ganas de vivir distinto. También hay que señalar que
salimos a las calles a festejar algún triunfo futbolístico, aunque casi siempre
de algún equipo de futbol puntual (si festejan los de River no festejan los de
Boca y etcétera). Pero nunca nos juntamos en las calles a pensar, a discutir, a
soñar despiertos. Nunca nos juntamos sin consigna, sin eslogan. ¿Por qué? La
otra vez dije que mi culo pesa demasiado. Creo que no soy el único con ese
problema, al parecer.
El pensador recurre a otros pensadores, escritores y figuras
míticas para explicarse. Una de las primeras conmociones que enfrentamos al
leerlo está relacionada a la tragedia del desarrollo. Una tragedia que es la
espina dorsal del mundo moderno, una tragedia que concierne al mundo entero.
Solo se construye destruyendo. Tenes que romper y rearmar al ayer para tener un
hoy. Y “hoy” es un artículo obsoleto de “mañana”. Tener que vivir bajo estas
decisiones es lo que nos da angustia. Estas son las preguntas que casi nadie
quiere formularse: ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Por qué elegimos este
camino y no otro? ¿Qué es lo que tenemos que hacer como sociedades? Preguntas
jodidas pero necesarias.
Este maravilloso libro me dejó preguntas que siempre tuve de
manera intuitiva y hoy finalmente encontré alguien que lo deja claro. Me fueron
especialmente útiles los capítulos dedicados a Goethe y Marx. Pero hay una
pregunta que me quema más que las otras: en un mundo que ayudó a que aparezca
un Bill Gates ¿Qué pasaría si toda la humanidad tuviese esa aspiración, si se
le diese el paño suficiente a cada ser humano hoy en la tierra para crezca
ilimitadamente hasta llegar a ser un multimillonario influyente? ¿Nos daría el
cuero para bancarnos los unos a los otros siendo todos billones de Billies?
¿Podría alguien seguir viviendo al asumir la realidad de que su intimo anhelo,
aquel con el cual fue criado desde que era un/una bebe, se va a quedar en
anhelo y nunca va a ser realidad? Porque es cruel vivir bajo coordenadas que te
expulsan, asumir coordenadas extrañas a uno como propias de uno y joderte la
cabeza y la salud. Lo mejor es crear chistes nuevos y los demás irán creando
los suyos. Luego, vamos aprendiendo a reírnos distinto.
Otra de las hermosuras del libro es que, desde acá, podes
pasar a leer otras obras. A mí me quedaron picando las ganas de leer “Growing
up absurd” de Paul Goodman (1960) (aun no lo conseguí como archivo pdf) y “Life
against death” de Norman O. Brown (1959) (este sí lo conseguí como archivo
pdf). Hablo de estos dos como para empezar, porque es muchísimo más lo que nos
queda por leer. Nota: ambos libros ya son mencionados en la contratapa por
Robert Christgau.
Hay una versión de este libro como archivo pdf en inglés
dando vueltas por Internet. Te recomiendo fervientemente que leas este
excelente libro que se volviera en mí una influencia con la que escuché las
canciones y vi los videos de Beyoncé y con la que leí el blog de Hunter. Un
libro que reubico a los postmodernos: según logre entender los que no proponen,
solo posponen. Eludir angustias no es resolverlas. Tratar de entender nuestros
tiempos y nuestros lugares en estas modernidades es el trabajo que nos compete.
Acá tenemos una herramienta. Quedan otras por buscar. Quedan otras por crear.
Las calles nos esperan.
No comments:
Post a Comment