Este disco fue editado por aquellos pagos en enero de este año. Yo tuve la suerte de conseguirlo hace poco, en julio, y ahora paso a contarles de que viene. Entre los fríos de julio y este calor en el medio de agosto, se me vienen amontonando un monton de consideraciones que me voy a dedicar a soltar azarosamente, espero sepan comprender, queridos lectores, estamos en reparaciones en la estructura mental de este escriba.
Para mi asombro, descubrí que varias canciones ya las había escuchado en el recital que los muchachos dieron en La Trastienda en domingo 9 de noviembre del 2008. Había una razón para que no pudiera reconocer aquellas maravillas sonoras: iban a ser publicadas 2 meses después para alegría de muchos. El entusiasmo que acompaño esta edición del sello Domino fue grande, esparciendose en rankings de “lo mejor de todos los tiempos” y otras tantas listas que tanto me gusta considerar. El crítico Simon Reynolds, que en su momento no disfrutó con “Strawberry Jam”, ahora saluda con elogios a esta reciente producción. Sin tener la necesidad de subirme al circo de quienes ya pusieron a este disco en “lo mejor del 2009” (¡porque aun no hay sueldo por mi reflexión crítica!) puedo decir que los Animal Collective otra vez anotaron un golazo. 11 excelentes canciones, llenas de esa festividad enciende-corazones que tanto me hace gozar.
Una amiga mía iba a preparar una presentación junto a un amigo para una materia del profesorado. Ella había elegido hablar de Elvis Presley y él iba a hacer lo propio con The Ramones. Cuando ella me preguntó como conectar al viejo rocker con los nuevos, en comparación, punk rockers, como un rayo que ilumina oscuridad, en mi cabeza resonó el nombre de Lester Bangs, aquel que se despidió de Elvis en 1977 diciendote chau a vos, para luego decirles chau a todos en 1982. Con aquel crítico en mente, más mimado en muerte que en vida, paso a ilustrar el link y que hace en una nota sobre el más reciente LP de Animal Collective.
En el medio de lo que él consideraba una proliferación de una prolijidad anémica, Bangs escribía soñando con el punk que iba a nacer unos años después en clubes subterraneos mugrientos, cual hongos en la humedad. En 1977 no se olvidó de notar que todos los participantes del mundo del rock (desde el más allá del profesionalismo ascéptico al más acá de la pasión callejera) estuvieron alguna vez de acuerdo en favor de Elvis y su mugre profesional para luego no estar de acuerdo en casi nada. Cuando murió Elvis, también murió ese concenso. Pregunta: ¿hoy, 2009, en que estamos de acuerdo? Segun Reynolds, en que este disco es algo digno de discutirse. Esa cuestión acerca del grupo experimental que se “vende” haciendose comercial; aquella otra cuestión de un grupo que elige volverse más accesible y popular, inoculando su idiosincracia más allá del pequeño séquito que solía seguirlo, llevando sus preguntas a nuevos horizontes; la otra cuestión acerca de cuales son esas preguntas.
Vamos por partes. Cuando se menciona su “experimentalismo accesible” se cita como ejemplo más a mano a Radiohead, lo cual para mí constituye un módico error. El problema no pasa por equiparar estrategias sonoras, lo cual podría seguir pensandose, sino pasar por alto cierto “espiritu de expectativa” marcadamente diferente en ambos grupos. No hace falta decir que me gusta mucho Radiohead (Amnesiac, The Bends, OK Computer, In Rainbows son todos discos que disfruto a pleno) pero estos ultimos parecen guiados por una lucidez post-cinismo. En cambio los Animal Collective parecen señalar una fe en nuevas organizaciones comunales, sin olvidar las experiencias del pasado. El rock es, entre otras cosas,una visión entre las tantas visiones del mundo. En cuanto la cautela de descreer le cede su lugar a la fuerza del re-crear, pasamos a cantar distinto.
Cuando el colectivo animal nos señala la hermandad y la fraternidad, nos deja picando en el area la cuestión de una sociología al amparo de las reflexiones apuradas, prematuras, frágiles de nuestro mundo rock de hoy. ¿Como pensar el rock hoy? ¿Como pensarlo acá, en Argentina, a cinco años del horror de Cro-Magnon? ¿Recuerdan cuando acá se copiaba con atraso lo de allá? ¿Y ahora que pasa, eh? ¿Que hacemos después de 55 años de rock? ¿Que hacemos con 20 años de crítica musical de Simon Reynolds? ¿Que hacemos con los poco más de 30 años de crítica rock en Argentina? ¿Que hacemos con 40 años de crítica rock en los países “centrales”? ¿En que acordamos, en que discrepamos, más allá de la ropa, peinado o música de moda? Algunas probables respuestas son ensayadas con más propiedad lejos de los rincones de este olvidado blog. Cuando Norberto Cambiasso escribió sobre las pandillas en 1999 en el libro, escrito en colaboración con Alfredo Grieco y Bavio, llamado “Días felices”, nos señalo, tal vez sin querer (tal vez yo interprete mal) una sociología rock. Como una sociedad en crisis empieza a parir inesperadas soluciones sociales al desamparo de un modelo que hace agua por doquier. Cuando Cambiasso escribió la introducción al libro “Más allá del rock”, citó un número importante de obras para volver a pensar “la mítica de los ‘60s” y dejo escrita la pregunta acerca de cuanto de cómoda pereza habita en la historia oficial del rock narrada hasta el hartazgo por los conocidos de siempre. Cuanto de desesperado desacierto e irresponsable discurso había en aquellas proclamas y contraproclamas. Cuanto de espejismo había en la tensión hippies-punks, más teniendo en cuenta que el situacionismo estuvo presente en ambas alternativas. ¿Cuanto de oposición tiene aquello que es, desde su nacimiento, otro producto de consumo? Preguntas incomodas, sí, pero creo que necesarias, al menos para aquellos que creemos en el rock como vehiculo de cambios y no solo excitante sonido brutal que desorienta. El rock podría re-orientarnos, cierto es que hay otras herramientas a recurrir y cierto es que el rock es también una excelente forma de pasar el tiempo.
Lo digo: la estética de este disco es, a veces, abrumadoramente hermosa (Brothersport, Guys Eyes, My Girls: ejemplos de mi enamoramiento total) Y tanto más que no sé mencionar, falto de la forma de hacerlo. Un poco de reflexión y un poco de extravío, eso nace de mi cabeza bajo efectos de Animal Collective. ¿Te recuerda algo? Ja, Ja!! Esta es la música de la fiebre de las comuniones, la música de la fe y el silencio. Una música para iluminar candidez de abrazos y luchas con la mente abierta y despierta.
PD: Esta música es hermosa como ella.
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