Saturday, July 15, 2006

Significados Invisibles de luto

El martes 11 al mediodía me enteré que Syd Barrett murió a los 60 años, aparentemente a causa de una diabetes, el miercoles leí el diario y resulta que ya había sucedido el viernes 7. Fue extraño enterarse de eso, me refiero a su muerte. Me quede en casa recordando un montón de cosas referidas a mi enorme admiración por su alma creadora. De inmediato empecé a revisar cajas y cajones y acumule evidencias de mi fanatismo sobre la mesa, lo hice en silencio. No podía llorar ni podía dejar de sentirme triste: el duende psicodelico se había ido de entre nosotros. Las evidencias antes mencionadas son: 1 caja de 3 cds dedicada a su carrera solista (The Madcap Laughs, Barrett, Opel y bonus tracks). El excelente primer album de Pink Floyd: The Piper at the Gates of Dawn (67), uno de los discos más hermosos que escuche en mi vida, el disco con el que podes responder a la pregunta ¿Que es el rock psicodelico? Sigo: 1 cd con los primeros 5 simples del grupo, en los 2 ultimos ya no estaba presente el bueno de Roger Keith. 1 cd doble pirata con los dos temas inéditos de Syd Barrett para los Floyd: Vegetable Man y Scream Thy Last Scream. Y por último un librito cuadrado con sus letras traducidas al español, del año 1994, editado en España, con un exquisito prólogo de Paco Peiro.
La lejana, ajena historia cuenta algo así: este muchacho allá por 1965 se juntó con Waters, Mason y Wright, bautizó Pink Floyd a esta asociación y compuso casi todas las canciones del período 66-67, a saber: 5 canciones de los primeros 3 singles, 8 canciones del primer lp, una canción en el segundo LP (Jugband Blues - A Saucerful of Secrets - 1968). Según parece, el quía ya andaba medio limado antes de dedicarse al consumo de drogas alucinógenas tales como LSD u hongos. Esto deterioró su psiquis de manera irreversible, se volvió difícil tratar con su conducta errática y consiguieron a David Gilmour para que lo reemplace. Este último le da una mano con sus discos solistas entre el 69 y el 70. Luego desapareció del mapa. Armó una banda llamada Stars para volver al ruedo pero no pasó nada. Hubo varios intentos de traerlo de vuelta al mundo del rock, pero tal cosa nunca sucedió.
Y ahora la historia cercana: hace más de diez años, un amigo quizo chequear mi reacción y me contó esta verdad de hoy, que fue mentira ayer, y entre el pasado y el presente hay una escalofriante coincidencia: él me dijo que había escuchado la noticia por el noticiero de Telefe al mediodía, en el presente tuve que enterarme de la misma manera, la única diferencia es que en el pasado pude alegrarme de enterarme de la verdad (lo juro, es verdad, me asusta que haya sido así de premonitorio). Más historias: ver videos inconsegibles de Barrett haciendo payasadas frente a la cámara de un amigo en la casa de David ¨Peyotes¨. Este año conseguí en DVD la actuación de los Pink en el UFO (que también ví en aquella ocasión). La lista de sus fans: David Bowie, Kevin Ayers, Jesus & Mary Chain, Julian Cope, XTC, Robyn Hitchcock, Here & Now y una cantidad enorme de bandas post-punk, psicodelicas, alternativas, post-rock desde fines de los ´70s hasta la fecha. Mi remera verde fluo graffiteada por el amigo Toto, con el nombre del titán en un circulo. Alfredo Rosso escribiendo sobre el geniecillo en la revista Cantarock Especial Pink Floyd. Las pinturas que hizo y yo jamas ví, las leyendas sobre su reclusión en el sótano de la casa paterna y sus esporádicas apariciones. El hecho de haber admirado su presencia mucho antes de siquiera haber escuchado algo de su música, encandilado por el halo místico de su locura. La tardía acceptación de la expulsión de Barrett del grupo como algo inevitable y la certeza personal de que los Floyd luego grabaron grandes discos sin él, pero nunca alcanzaron la alquimia traviesa de sus comienzos, una magia que el pobre Syd tampoco pudo plasmar en sus discos solistas. Grabaciones caseras de mis amigos de algunas de sus canciones en vinilos o cds a mis cassettes, un cassette trucho con su primer disco solista que escuche innumerables veces al final de mi adolescencia. Toda mi adolescencia estuvo contaminada por su sombra. Escuchar el primer disco de Pink Floyd recostado en un sofa en la oscuridad, desde un vinilo, fue una experiencia que viví como si fuera la primera vez que tomase acido lisérgico. Nunca necesite hacerlo.
Muchos años antes que yo naciera, el tipo había colgado los guantes, no sin antes dejarme de regalo sus canciones, su forma extraña de tocar la guitarra, su voz de caricatura. Yo no puedo olvidarme, ni quiero, de un artista que alumbró mi vida con su música, una música que necesito tanto como el aire que respiro. Muchisimas gracias por todo, Syd. Hasta siempre. Nos encontraremos siempre que tus melodías se enciendan en mi cerebro.

2 comments:

maco said...

Ariel: gracias por el saludo, aprovecho y te saludo acá desde las pampas húmedas de Bs As. ¡Que programa el de Alfredito Grosso! Cuando me entere como poner links, seguro que ubico su blog.

Anonymous said...

si pudieses escanear ese librito cuadrado con las traducciones de syd....personas como yo te lo agradecerian

(asenathh@hotmail.com)