1986 vio la edición de varios albums geniales: Evol de Sonic, el primero de Throwing Muses, Skylarking de XTC, The Queen is Dead de The Smiths entre muchos otros, pero recién en este 2006 descubrí el disco de Anita Baker, Rapture. No guarda relación con los discos antes mencionados, así como cada uno es independiente del otro en cada caso. Veamos, ya en un comentario anterior les conte sobre el libro ¨1001 discos que hay que escuchar antes de morir¨, entre esas reseñas se encuentra la del álbum de Anita. Así la descubrí. Me sedujo el siguiente párrafo que cito textual: ¨Es digna de mención la unanimidad con que todas las secciones de la prensa musical del mundo entero celebraron Rapture (incluso la revista británica The Wire, muy combativa en lo político, dijo que ¨la envoltura comercial de Rapture no logra apagar el brillante núcleo emocional que contiene¨) también es digna de mención la velocidad con la que este álbum fue olvidado¨. Así cerraba su análisis el periodista Daryl Easlea, señalando un concenso que se basaba en un disco supuestamente enorme. Y de veras lo es. A mi me queda mostrarles lo que siento: es la sensación bellisima del ocaso en la terminal de omnibus de Retiro de un día cualquiera, despidiendo a alguien muy querido. Sintiendo, en una vez, la tristeza de verla alejarse y la alegría de saber que está contenta de viajar.
La misma elegancia de FM presente en Avalon de Roxy Music está acá en este disco. Se suceden las gemas: ¨Sweet love¨, ¨Caught up in the rapture¨, ¨Mystery¨, No one in the world¨. Les puede parecer de movida el feo soul careta de los ´80s, hiperproducido e insípido, pero no es así. Estos son los días para este disco, el mágico otoño está aquí, otra vez con nosotros. Sentate a ver las hojas caer en las últimas horas del día, escuchandola, sintiendo el frágil abrigo de su voz.
Mi verdad es: Yo estoy enamorado de vos, Anita.
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