Bafici político

1 – Todo hecho social es político. El Bafici es un acontecimiento social, por ende, es político. Entonces, ¿de qué hablo cuando hablo de Bafici político? Es simple, solo estoy queriendo hacer un recorrido rápido y breve sobre los distintos gobiernos que antecedieron y tuvieron lugar desde aquel 1999 donde el Bafici ocurrió por vez primera.

2 – El 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió la presidencia de la Nación a través de elecciones democráticas. Luego de tantas dictaduras y democracias rotas y mal paradas, se dio inicio a un panorama nuevo. Ese día Alfonsín designó como intendente de la Ciudad de Buenos Aires a Julio Cesar Saguier (de quien nada sé). Este funcionario estuvo en su cargo hasta el 13 de enero de 1987. Al día siguiente asume en esa función Facundo Suarez Lastra, quien tuvo más renombre. Cuando le tocó el turno de gobernar el país a Menem, este designó tres intendentes más. Los dos intendentes durante el gobierno de Alfonsín eran radicales y los tres intendentes que les siguieron fueron del mismo signo político que el de Menem.

3 – Para 1996 hubo reforma y hubo elecciones autónomas para designar Jefe de Gobierno por voto democrático. Ganó Fernando De La Rúa. Este estuvo en ese cargo desde el 7 de agosto de 1996 hasta el 10 de diciembre de 1999, día en el que renunció para asumir como Presidente de la Nación. Se podría decir que ser Jefe de Gobierno en CABA le sirvió de plataforma de lanzamiento para desembocar como presidente. Las consecuencias de esta movida son de público conocimiento. También todos sabemos que no fue la única vez que pasó algo así.

4 – En 1999, con De La Rúa como Jefe de Gobierno y Menem como presidente, se dio inicio al Festival Internacional de Cine Independiente de la Ciudad de Buenos Aires. El ala cultural del gobierno de CABA tuvo en esas épocas sus aciertos. Antes del Bafici, habían lanzado Experimenta, el ciclo de músicas experimentales. Si la memoria no me falla, hubo solo dos ediciones del mismo y luego lo dieron de baja. Se nota que el ciclo no daba el rédito simbólico que estaban esperando quienes aportaban al mismo. Probablemente en un mismo movimiento, habrán percibido que se lograba más y mejor apoyo de ciertos sectores de la población si se organizaban ciclos de cine indie.

5 – Desde que se inauguró, el ciclo solo se suspendió el año pasado por la pandemia del Covid-19. Ni siquiera luego del horror de Cromañón en diciembre de 2004 se detuvo su organización, aunque sí que en aquellas primeras jornadas en 2005 el Bafici estaba bastante desorganizado, tanto que yo me rayé y no vi ninguna película. Aníbal Ibarra fue el último Jefe de Gobierno porteño que más o menos representa mis simpatías políticas. Pero la desidia y corrupción de sus subalternos fue tal, que le terminó costando su mandato. Quien más se benefició con su destitución fue Mauricio Macri.

6 – Este personaje polémico ganó DOS veces las elecciones a Jefe de Gobierno y luego le legó el puesto a Larreta, quien también supo ganar DOS veces más. Desde diciembre de 2007 el gobierno de CABA está en manos de los menos aptos. Esos 8 años al frente de esa función le sirvió para volverse presidente. No creo necesitar explicarles al detalle los 4 años de horror macrista.

7 – Macri nunca se animó a dejar de organizar los festivales de cine indie porque sabía que los costos políticos de hacer algo así no le iban a ser fáciles de manejar.  Yo nunca me enteré cuanta ganancia económica generan los Bafici, pero me imagino que no los hacen a pérdida. Igualmente, no deja de asaltarme una pregunta: si en 1999 hubiesen tenido a algún Macri como Jefe de Gobierno, ¿habría tenido lugar alguna vez algo como el Bafici? Es como que no ¿no?

8 – No nos quitan el Bafici porque no da pérdidas económicas y, a la vez, da prestigio cultural. Hemos venido teniendo ciclo tras ciclo desde el 99 porque el hecho de no organizarlo generaría malestar en sectores de la población y tocaría intereses que es mejor dejar intocables.

9 – No tenemos Bafici porque nos respetan y valoran. Tenemos Bafici porque les conviene. Espero que no nos olvidemos de esto en cada ocasión que sentemos nuestros traseros dispuestos a conmovernos o entretenernos con alguna película. Personalmente espero que los porteños aprendan a votar mejor o, al menos, que tomen consciencia de que viven en el distrito más rico del país y que, cuando deciden quién los va a gobernar, esa decisión podría traerle consecuencias nocivas a la nación entera.