Subtítulo: After Fonolas Parte 1
1 – Sí, es cierto. He escuchado discos
flojos o no tan disfrutables pero siempre les termine encontrando algo para
rescatar. Y también pase por diferentes estadios de las impresiones de acuerdo
a cuantas veces escuche un disco. Empezar decepcionado y luego terminar
estimulado es algo frecuente con respecto a muchos discos, en especial cuando
la música no es tan fácil de asimilar o cuando los críticos no acompañaron ese
disco en particular. En este primer post después de la larga marcha de las
fonolas, voy a tratar de ir contando que cosas me dejó esta tarea.
2 – Si algún lector allá afuera se quiere
tomar el trabajo, va a ir descubriendo que, muy a menudo, lo que figura
enlistado forma parte de todos los discos que HAY que escuchar, lo básico, lo
obligatorio, ese disco que, si no lo escuchaste, te deja afuera de ser tomado
como un oyente con onda. Estoy siempre siguiendo las listas de “best of” de tal
año o tal estilo musical. Y con un marco de consideración que deja a ciertas
fuentes del lado de lo admirable (The Wire, revista del Reino Unido,
¡aplausos!) y a otras del lado de lo no tan admirable (Rolling Stone, revista
de Estados Unidos, ¡abucheos!). Y es por eso que nunca escuche un disco horrible.
Y en parte lo lamento. Porque yo les dejo a los críticos la labor de distinguir
lo que es excelente de lo que no lo es, para no tener que escuchar cientos de
discos más de los que escucho. Pero nada ni nadie me garantiza que, procediendo
así, yo voy a encontrar lo que busco. Además no sé lo que busco. Pero no hay
tiempo de más. No obstante, últimamente me pica la curiosidad de ver cómo sería
escuchar eso otro que deje a un costado, solo por escucharlo. Habría que ver.
3 - Nunca escuche un disco horrible. Pero
hay ciertas “excepciones”. The Shaggs y Lucifer. Las Shaggs eran un trío de hermanas
de USA que grabaron y editaron un disco en 1969 llamado “Philosophy of the
World”. Yo las conocí gracias al libro “SPIN Alternative Record Guide” (1995)
en una nota firmada por Andy Newman. Conseguí el libro en el 96 y el CD en el
97. El CD traía aquel disco y varios tracks más. Las chicas no coordinaban
mientras tocaban, parecían las tres estar tocando tres canciones diferentes al
mismo tiempo. Si bien al escuchar “Pachuco Cadaver” de Captain Beefheart and
his Magic Band o “Poptones” de Public Image Limited a uno le queda una
desorientación, al par de escuchas les enganchas para donde parecen querer ir.
Con las canciones de The Shaggs yo seguía desorientado aun luego de varias
escuchas. Nunca las entendí pero siempre las disfrute. Frank Zappa las amaba.
Cuenta la leyenda que el padre de ellas pagó la sesión de grabación y que el
técnico del estudio le dijo: “le devuelvo el dinero y vuelva cuando ellas hayan
aprendido a tocar”. A lo cual el padre respondió: “No, ya están listas”. Yo le
preste el CD a un amigo que hace más de diez años que no veo y por eso no puse
ninguna canción en las Fonolas, no logro acordarme de ninguna en particular.
De Lucifer tengo un disco en vinilo de 1972
llamado “Big Gun”. Lo encontré en una disquería de Flores a fines de los
noventas. Según el libro “The Tapestry of Delights” (1998) era una grabación
solista de Peter “Lucifer” Walker, quien había sido parte de The Purple Gang,
la banda psicodélica que grabó “Granny Takes a Trip”. Como esta canción suena
muy bien, me asombre de que el disco sonara tan mal ejecutado y se lo adjudique
a que la banda que lo acompañaba entró a grabar sin haber ensayado lo
suficiente en primer término. Como las dos bandejas tocadiscos de mi casa están
rotas hace rato, no puedo volver a escuchar este extraño disco por el momento y
también por la misma razón deje un montón de vinilos fuera de las Fonolas.
4 – Nunca escuche un disco horrible porque
nunca escuche (por ejemplo) a los Ratones Paranoicos. Lo lamento pero no me
gustan ni me gusta Juanse solista. El único tema que me gusta de ellos es
“Estrella” y tuve que soportar la burla de algunos compañeros de secundaria en
el 88 cuando lo comente. Y no tengo tiempo, ni voluntad, ni energía para
ponerme a explicarles el porqué. Me imagino que si la labor de llevar este blog
adelante estuviese remunerada, no tendría mayor inconveniente en “atenderlo” a
Juanse y compañía. (Si hay sueldo, aparecen las fechas de entrega, y cuando no
se te ocurre nada, le pasas algún texto divertido/polémico a tu editor,
hablando pestes de algún fulanoide). Pero es mucho más gratificante compartir
con ustedes lo que me apasiona. Para lo demás, está el resto de Internet, en
donde parece que castigar es la orden del día.
5 - Nunca escuche un disco horrible pero
leí libros horrorosos. Por ejemplo, “Drácula”. Denso, sobrecargado nocivamente
de ornamentos, tres veces más largo de lo que debería. Llegar al final fue una
labor extenuante. Y la historia tampoco me pareció la gran cosa.
Pero, ojo al piojo, el que te dice esto
también te recomendó “Anticapitalismo para Principiantes” (ver post de 12 de
enero de 2007), un libro con “dibujos”, el cual los lectores “serios” no lo
considerarían recomendable.
6 - Nunca escuche un disco horrible pero vi
films horrendos. Por ejemplo,” Relatos Salvajes”. Para nada graciosa, de un
humor negro que no logra criticar nuestras bajezas, incluso parece celebrarlas,
con gran fotografía y grandes actores desperdiciados en un producto lamentable.
(No deja de llamarme la atención que el director de este film es Damián
Szifron, el mismo que dirigió “Tiempo de Valientes”, una película que sí me
gusto.)
Pero, guarda el parche, quien esto opina
también dice que “Titanic está buena” siendo considerada como una “megagarcha”
por un conocido blogger uruguayo.
Entonces, para eso están las Fonolas.
Ahora, para quien lo quiera tener en cuenta, hay una lista de casi 2200
canciones que te cuentan “lo que este tipo dice que le gusta” y con ello
construir el lugar del emisor. Si mucho de lo que leíste en esas listas te
parecieron canciones olvidables, entonces mejor olvidarse de leerme.
7 – Cuando llegue a la última canción de
las Fonolas, la de Animal Collective (2016), del disco “Painting With”, me
quede pensando. Cuando arme aquella lista de lo mejor del año en aquel
diciembre de 2016 no dije nada de ellos. ¿Por qué? Salvo la revista Rock de Lux
(España), el resto de las listas que siempre consulto cada período diciembre-febrero
para saber lo mejor del año, los ignoraron olímpicamente. Y también fue
bastante ignorado su disco anterior “Centipede Hz”, que yo lo ubique entre lo
mejor del 2012. “Painting With” no está tan bueno como “Centipede Hz” pero de
ahí a ningunearlo, hay un trecho, al menos hoy lo noto. Serle fiel a las listas
a veces te deja infiel con ciertas músicas. A veces para buscar músicas viene
bien tener en mente “la fidelidad del fan” pero sin su parte loca. Esa parte en
la que el fan se confunde con eso que admira y se siente personalmente atacado
cuando alguien se atreve a criticar a aquella banda o solista de sus amores. No
solo seguirle la pista a las revistas (The Wire, Rock de Lux, Blow Up [Italia])
y a críticos (Rosso, Cambiasso, Schanton) sino seguir grupos y solistas.
Tampoco es tan mala idea escuchar discos no tan excelentes. Es injusto pedirle
a Animal Collective que siempre hagan grandes discos. Dejémoslos fuera de
presiones y por añadidura, pasamos a escuchar sin presión.
8 – Al hacer las Fonolas y al hacer el blog
en su total nunca busque ni busco ni buscare prescribirle a alguien nada. Estoy
describiendo los senderos que me trajeron acá. Es una costumbre bastante
instalada en nuestra cultura cotidiana eso de “yo digo que está rebueno, vos ni
lo dudes”. A veces algunos de mis amigos están esperando que les recomiende
algo como diciendo “este escucho mucha música, entonces sabe”. Y es cierto, yo
sé… de mi subjetividad solamente. No conozco ninguna otra subjetividad. Nadie
puede saber eso. Tan solo adivinamos a los demás.
9 – La fe se construye y cierto goce acerca
de las músicas proviene de tenerle fe al que te recomienda algo. Y es muy
difícil tenerle fe a alguien desde una lista de canciones. Estaría faltando la
literatura que describe eso que se vivió y que se sintió con cada canción. Una
vez hice un experimento. Me puse a escuchar “The Piper at the Gates of Dawn”
(1967) de Pink Floyd tratando de pensarlo como un disco horrible y no como esa
maravilla que yo siempre pienso que es.
Y curiosamente cuando lo pensé horrible, lo sentí horrible también. Si me
olvido de la leyenda de Syd Barrett y como hizo para tocar la guitarra como la
toca. Si me olvido de las influencias, si me olvido de a quienes influyeron. Si
me olvido de todo lo que leí sobre ese disco y todo lo que experimente al
escucharlo en vinilo primero y luego en CD. Si te acercas virgen de datos,
virgen de cualquier memoria a alguna música, quizás se volvería muy complicado
que te guste.
Por lo tanto uno podría concluir que las
Fonolas fueron un montón de laburo para poco más que nada. Y sin embargo,
fijate vos, no es tan así. No hay historia en las Fonolas pero… la base está.
De hecho, quería proponerles algo. Elijan alguna canción de las Fonolas y
díganme en los comentarios cual es y yo, si veo que puedo, le escribo una
historia. Yo ya elegí una y en el siguiente post voy a escribir acerca de la
misma.
2 comments:
Te copás y hacés una con "El enano", de LPDA, que veo que la has incluido anteriormente?
Debe estar en mi podio de canciones favoritas de dicha agrupación. La primera vez que la escuché, y me dejé abrazar por esa letra, fue como un cimbronazo muy suave...
Bueno, en cuanto pueda me dedico a tu pedido! Gracias por leer y comentar!
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