Autobiografía porque sí. Además, mientras hablo de mí, cuento de vos sin querer. Tengamos fe. Tenía 14 años en aquel 1989. Estaba en segundo año de un colegio industrial, esto significa que había muy pocas chicas a la vista. Venía de conocer al año anterior a mi primer amor fuerte, una dulce muchacha llamada Verónica Beatriz (Como era mi costumbre en aquellos años de ultratimidez adolescente la chica nunca se enteró de mi enamoramiento total) Para 1989 conocí a las Melli pero no pegue onda con ninguna de ellas aunque una de ellas me gustaba un montón.
Todo era un caos alrededor nuestro. Ya en aquellos tiempos tenía algo de entrenamiento en idealismo político pero toda esa tierna ideología no me ayudó a ver con más claridad la confusión nacional. La frágil democracia alfonsinista se quebró justo en aquel año de saqueos. Recuerdo la anécdota de la vez que nos dejaron salir antes del colegio por la amenaza de la marea de gente furiosa que pasaría arrasando con todo, cual manga de langostas (la metáfora da la imagen justa del miedo ridículo que querían inculcarnos), en esa demostración de la ruptura del pacto social que es el saqueo. Este período bisagra representó el paso de una democracia que trató de ser socialdemócrata a una democracia claramente neoliberal. Todo esto dicho con la perspectiva que da el paso del tiempo y después de leer a Sidicaro, un autor que tuve que preparar este año para una materia de tercero.
Ese 1989 político fue el marco para mi 1989 personal. Allí, en ese punto del mapa del tiempo, empezó mi autoformación musical, mi independencia sónica. Y empezó con Depeche Mode y su disco en vivo 101. Lo pasaban por la Z95. La primera música que escuche a conciencia fue Toquinho y su disco Acuarela. Luego vinieron años de rock nacional y videos por la TV. Pero siempre bajo la mirada de mi hermano Juan José que era mi guía en todo. Grabando de la radio canciones que él me pedía, con su criterio sonoro, en las radios que él me aconsejaba. La última estación de aquella tutela sonora fue la FM100 en 1988, al año siguiente el virus de la adolescencia hizo efecto y me sume a la primera y única moda a la que me sume en mi vida: Erasure y DM. Cada huequito que me quedaba de cinta empeze a ensuciarlo de mi música. Después del prolijo “progresivismo” de Nito Mestre o Pablo Milanes, yo te ponía a unos trolos haciendo música para bailar. ¡Buenísimo!
Y así era: tenía pocos amigos, no tenía novia y me sentaba a un costado del equipo de audio, con los auriculares puestos, el cassette preparado para cazar esos hitazos que volaban de rama en rama por el éter mágico de la noche en la FM. Hoy tengo 101 como archivo MP3 pero... ¡como deseaba comprarme el cassette en aquel año! ¡Era doble! Pero no había plata y yo le robaba a la radio todos los temas de difusión que pasaban de Depeche Mode en vivo. Y hoy me sorprenden las cuentas. Veamos: Disco 1: 9 temas, 4 temas de difusión. Disco 2: 11 temas, 6 temas de difusión. La Z95 transformó al disco en una lluvia de hits. Pasaban 10 temas de 20 ¡la mitad! Era como un “grandes éxitos”. ¿Habrá habido otro caso similar en la historia de la radiodifusión argentina? ¿A que se debió que 101 monopoliza la programación de una FM en 1989? ¿Crisis... que crisis?
La Z95 solo pasaba 2 canciones de rock nacional, muy feas por cierto, un tema de difusión de los Fabulosos Cadillacs y uno de Soda Stereo. Pasaban también muchos hits dance que muy a mi pesar los recuerdo. Pero también pasaban bellezas secretas que aún hoy no logre conseguir, pues no sé ni el nombre de la canción ni del interprete. Esperando con paciencia canciones de Depeche Mode, me encontraba de vez en cuando con un temazo tecno pop dance que cantaba una chica y que además tenía un ridículo estribillo que cantaba un negro con voz grave que decía algo así como “bim bim bou”. Esa parte del negro era horrible pero la canción era majestuosa e hipersensual. Tuve varias chances de grabar la canción y no lo hice. Porque no me gustaba hasta que se volvió la música de fondo de una tarde de verano en Merlo, mi amigo ¿Hoover, Gustavo, Hernán? cortando el pasto y la felicidad de la canción me hacía zafar del calor con su fresco aire nocturno. Si alguien adivinó de que canción estoy hablando, pasenme la data, porfis!!!
Al año siguiente descubrí la voz de Jim Morrison y The Doors y deje de lado a Depeche Mode, casi con vergüenza. Pero DM siempre volvió a aparecer, me cruce con varios fanáticos del grupo a lo largo de mi vida. De hecho, en este 2009 una de mis alumnas lamentaba no poder ir a verlos en vivo por no tener la plata. Tal cual yo en 1992 con Nirvana. DM se las arregló para volverse banda de sonido en mi vida en varias circunstancias, en distintos años entre estos veinte años desde 1989 hasta el 2009. Sin entrar en detalles te tiro fechas: 1990, 1995, 2000, 2007...
Duda y omisión, aliados de la inacción, a veces. A ella no le dije que la amaba pero a vos sí, a vos sí.
1 comment:
La canción a la que me refería es ¨Deep in Vogue¨ de Malcolm McLaren.
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