En un conocido blog de un conocido programa de radio (si leyeron otras entradas de este blog ya saben a que me refiero) tienen la sección ¨Soundtrack of our lives¨. Allí ponen la tapa de un disco que les interesa en particular y los cambian cada semana. En una oportunidad subieron la tapa de Silencio de Los Encargados y como siempre está disponible el espacio para hacer un comentario. El mío hacía mención al sello Catálogo Incierto que tenía Daniel Melero a mediados-fines de los ´80s. Como la muchachada conoce personalmente a Melero, aproveche para el mangazo y pedí la reedición de aquellas perlas under desconocidas (Los Corrosivos, Los Mimilocos, La Forma, etc) autodenominandome ¨desprevenido¨. Un chiste interno surgido de la declaración de Daniel Melero al Suplemento Sí de Clarín del 19 de Octubre del 2001: ¨Nunca pensé en reeditarlos por respeto a los que estuvieron atentos en el momento¨. Acto seguido, el picante hizo efecto, un tal Rodrigo puso en letra, en esa misma sección, lo que yo tenía en la mente. Alguien nacido en el ´87 tiene hoy 18 años. La siguiente obviedad sería aclarar que no estuvo atento en ese momento. Yo tenía 13 años en el ´87 y no estuve atento tampoco. Me entere en una CantaRock usada que conseguí años después de lo que me había perdido. ¡Que mejor momento sino ahora! Daniel Melero, si estas leyendo esto (o alguien que le avise), ¡afloja! Quiero llevar en mis orejas los adornos de esa secreta música.
Podría seguir el ejemplo (casi escribo insigne) de la reedición en 3 cds de la obra del secreto mayor del post-punk británico, The Homosexuals. Cuando los conseguí, casi creí que era mentira, volví corriendo a casa a escuchar los 3 discos y eran de verdad. Y me puse loco de contento. Son 81 canciones, repartidas en; CD1: 28 canciones, CD2: 26 y CD3: 27. En el blog de Esculpiendo Milagros está la fuente de la verdad. Aquí leerán lo que mi ignorancia me permita (¡Ja!) Sí, suenan a los Pere Ubu, pero también me recuerdan a los Swell Maps. Sí, son experimentales, pero sus canciones también pueden ser pegadizas, con ese irresistible gancho pop que tienen las canciones punk. El cuelgue del kraut-rock, la milagrosa psicodelia, la gracia del dub. El sonido mágico, mezcla de garage y caverna. Ese sonido que amamos desde los tiempos en que ibamos a Cemento y la música que pasaban acostumbraba a ser mejor que las bandas que tocaban. Esa eterna promesa que todas las gacetillas de prensa de las bandas juran que sus músicos cumplen y que casi siempre es falsa. Esa clase de música que hace más soportable la lamentable condición del mundo en general. Música-droga, música-sueño. Música para todo quien quiera atraparla, en las antípodas del ¿celo? de Daniel Melero. No se queden quietos, no comas solo lo que te ofrecen siempre. Quizas vos también te enamoras de la misma locura que yo. Te invito a que te asombres.
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