Conocí esta canción a través de la radio, vendría a ser el corte de difusión del disco, llamado como el grupo, del 2003. Recientemente me hice de una copia del mismo. Ahora en Octubre del 2005 vamos caminando hacia el triste aniversario del ¨accidente¨ocurrido en Cromagnon el 30 de Diciembre del 2004. Quedan en el tintero dos aproximaciones personales a los hechos, tales como recordar que nunca pude ir a ese boliche, al tenía ganas de conocer. Tampoco quiero recordar lo que puntualmente me pasaba en aquel fin de año. Solo quiero decir que ese domingo 2 de Enero del 2005, estaba escuchando unas sentidas canciones de Keane en mi dormitorio y allí recostado, consciente de mi emoción, fue imposible no entristecerme por todos esos chicos a los que nuestro horror les quitó la vida, les quitó la circunstancia que les permitiría sentir lo mismo que yo hoy, quizas con otros estimulos.
Hay un sitio de esta banda en Internet, bajense la letra y piensen. Aca les escribo lo que pense yo. La letra es clara y contundente en su propia historia, pero yo en particular no se a que hecho se refiere. Obvio que no a Cromagnon. Pero parecen perturbadoramente premonitorios. Cualquiera que haya ido a recitales podía oler este incendio mucho antes de que pase. ¿Y podremos perdonarnos esa miseria en la que estabamos (y estamos) metidos? Siempre pedimos más y dejamos solo la maldad. Solo la pendejada metida en las llamas (allí donde nadie se quizo quedar) trató de buscar la salida para todos los posibles. Y que jodido saber que aun no hemos aprendido lo suficiente. Que todavía besamos nuestra tranquilidad, cada cual en su casita, yo estoy bien, vos tampoco. ¿Quien va a curarnos cuando todos estamos sangrando? No podemos considerar nuestro continuo desamparo como el arbitrario castigo que el destino nos tejió como pueblo. Somos la solución de nuestro problema. Ya no necesitamos dedos acusadores, necesitamos manos auxiliadoras, el respeto que nos debemos los unos a los otros para salir del barro de nuestra cotidiana bajeza. Debemos articular nuevos poderes más allá de los poderosos, debemos razonar y sopesar nuestras responsabilidades y comprometernos con esas nuevas razones de hacer. Debemos cambiar.
Friday, October 21, 2005
Tuesday, October 18, 2005
Contracara: The Homosexuals/Catálogo Incierto (Mirame bailar bajo la luz del sol)
En un conocido blog de un conocido programa de radio (si leyeron otras entradas de este blog ya saben a que me refiero) tienen la sección ¨Soundtrack of our lives¨. Allí ponen la tapa de un disco que les interesa en particular y los cambian cada semana. En una oportunidad subieron la tapa de Silencio de Los Encargados y como siempre está disponible el espacio para hacer un comentario. El mío hacía mención al sello Catálogo Incierto que tenía Daniel Melero a mediados-fines de los ´80s. Como la muchachada conoce personalmente a Melero, aproveche para el mangazo y pedí la reedición de aquellas perlas under desconocidas (Los Corrosivos, Los Mimilocos, La Forma, etc) autodenominandome ¨desprevenido¨. Un chiste interno surgido de la declaración de Daniel Melero al Suplemento Sí de Clarín del 19 de Octubre del 2001: ¨Nunca pensé en reeditarlos por respeto a los que estuvieron atentos en el momento¨. Acto seguido, el picante hizo efecto, un tal Rodrigo puso en letra, en esa misma sección, lo que yo tenía en la mente. Alguien nacido en el ´87 tiene hoy 18 años. La siguiente obviedad sería aclarar que no estuvo atento en ese momento. Yo tenía 13 años en el ´87 y no estuve atento tampoco. Me entere en una CantaRock usada que conseguí años después de lo que me había perdido. ¡Que mejor momento sino ahora! Daniel Melero, si estas leyendo esto (o alguien que le avise), ¡afloja! Quiero llevar en mis orejas los adornos de esa secreta música.
Podría seguir el ejemplo (casi escribo insigne) de la reedición en 3 cds de la obra del secreto mayor del post-punk británico, The Homosexuals. Cuando los conseguí, casi creí que era mentira, volví corriendo a casa a escuchar los 3 discos y eran de verdad. Y me puse loco de contento. Son 81 canciones, repartidas en; CD1: 28 canciones, CD2: 26 y CD3: 27. En el blog de Esculpiendo Milagros está la fuente de la verdad. Aquí leerán lo que mi ignorancia me permita (¡Ja!) Sí, suenan a los Pere Ubu, pero también me recuerdan a los Swell Maps. Sí, son experimentales, pero sus canciones también pueden ser pegadizas, con ese irresistible gancho pop que tienen las canciones punk. El cuelgue del kraut-rock, la milagrosa psicodelia, la gracia del dub. El sonido mágico, mezcla de garage y caverna. Ese sonido que amamos desde los tiempos en que ibamos a Cemento y la música que pasaban acostumbraba a ser mejor que las bandas que tocaban. Esa eterna promesa que todas las gacetillas de prensa de las bandas juran que sus músicos cumplen y que casi siempre es falsa. Esa clase de música que hace más soportable la lamentable condición del mundo en general. Música-droga, música-sueño. Música para todo quien quiera atraparla, en las antípodas del ¿celo? de Daniel Melero. No se queden quietos, no comas solo lo que te ofrecen siempre. Quizas vos también te enamoras de la misma locura que yo. Te invito a que te asombres.
Podría seguir el ejemplo (casi escribo insigne) de la reedición en 3 cds de la obra del secreto mayor del post-punk británico, The Homosexuals. Cuando los conseguí, casi creí que era mentira, volví corriendo a casa a escuchar los 3 discos y eran de verdad. Y me puse loco de contento. Son 81 canciones, repartidas en; CD1: 28 canciones, CD2: 26 y CD3: 27. En el blog de Esculpiendo Milagros está la fuente de la verdad. Aquí leerán lo que mi ignorancia me permita (¡Ja!) Sí, suenan a los Pere Ubu, pero también me recuerdan a los Swell Maps. Sí, son experimentales, pero sus canciones también pueden ser pegadizas, con ese irresistible gancho pop que tienen las canciones punk. El cuelgue del kraut-rock, la milagrosa psicodelia, la gracia del dub. El sonido mágico, mezcla de garage y caverna. Ese sonido que amamos desde los tiempos en que ibamos a Cemento y la música que pasaban acostumbraba a ser mejor que las bandas que tocaban. Esa eterna promesa que todas las gacetillas de prensa de las bandas juran que sus músicos cumplen y que casi siempre es falsa. Esa clase de música que hace más soportable la lamentable condición del mundo en general. Música-droga, música-sueño. Música para todo quien quiera atraparla, en las antípodas del ¿celo? de Daniel Melero. No se queden quietos, no comas solo lo que te ofrecen siempre. Quizas vos también te enamoras de la misma locura que yo. Te invito a que te asombres.
Friday, October 14, 2005
Quiero besarte en el cuello de tus canciones llorosas.
Consideraciones sobre el libro El guardian en el centeno de Salinger y el disco When I said I wanted to be your dog de Jens Lekman.
Primero leí el libro de Salinger que le robe a mi hermano y luego me bajaron el disco de Jens Lekman. Es raro leer una historia ubicada en el invierno en el hemisferio Norte y que esto coincida con un disco invernal del cantautor sueco. Bueno, lo raro es que justo llegue a estas dos obras, hermanas para mi, en la primavera de este año conmovedor. ¿Tengo que aclarar que llore tanto con la novela como con algunas canciones del album? Empiezo por donde puedo: una imagen. Los invito a combinar las páginas 223 y 224 del libro (Editorial Alianza, 226 pag.) y la canción que titula el disco. Otra imagen poderosa: la página 88 y Maple Leaves. Ella volviendo a su casa y llevandose mi amor en sus hombros.
Conocí a Jens Lekman gracias a los oficios del programa radial Mal Elemento (Domingos de 14 a 16 Hs, FM Rock&Pop) y la revista Inrokuptibles (Nº 86, Diciembre ´04). A Salinger ya me lo había recomendado Juan José y lo mencionaron en el Suplemento Sí de Clarín. Pero ninguna de estas fuentes reveló en su totalidad el esplendor que vibra en estas historias. Nadie me advirtió de las chicas que ríen al final de Maple Leaves que viven en el mismo espíritu del chico que canturrea: ¨Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno¨(Pag. 128). Nadie me dijo todo lo que iba a sufrir por no tener la voluntad de encararla y decidirme por alguien y dejar de soñar con imposibles. Tanta ternura hay en estos sonidos, en estas hojas, que recuerdan a un hogar al amparo del frío que hoy ya no está. La frágil, agridulce, melancolía que se desprende de esta mágica combinación que alcance de casualidad. Lo mejor pasa de casualidad. miro la nieve de los recuerdos acariciar, sin quemar, las flores de Octubre, sentado en la silla de mi soledad. ¡Que gracioso! Saber que muchas cosas pueden reducirse a un mínimo que empalidece (el libro trata sobre un pibe de 17 años que lo echan de la escuela) y solo empequeñece el horizonte de posibilidades (el disco es pop clásico con arreglos novedosos). Prácticas frases cortas que sirven para poco, pero también quiero ser honesto y reconocer que ninguna de las sensaciones que me despertaron estas melodiosas páginas, las puedo expresar con claridad. Solo puedo ver a Holden Caulfield llevandose las manos frías sin guantes a los bolsillos del abrigo, sentado en un banco de una plaza, cantando If you ever need a stranger. El disco trae dos canciones con nombre de mujer, ironías del destino. Lo que vos queres regalarme y lo que yo pienso entregarle a ella. ¡Quiero escribir tantas cosas! Jens Lekman decía que escribir canciones de amor lo enamoraban. En eso estamos. Pedaleando calles, buscandola en vano. ¨Creo que sos hermosa/pero es imposible/hacerte entender/que si no tomas mi mano/voy a enloquecer por completo¨¡Cuando me prestas atención! Me acuerdo y tiemblo. Allie, Phoebe y Holden paseando por el parque juntos, en el dulce pasado irrecuperable de los personajes de Salinger. En fin, lean el disco, escuchen el libro, yo estoy saliendo a ver si puedo verla otra vez.
Primero leí el libro de Salinger que le robe a mi hermano y luego me bajaron el disco de Jens Lekman. Es raro leer una historia ubicada en el invierno en el hemisferio Norte y que esto coincida con un disco invernal del cantautor sueco. Bueno, lo raro es que justo llegue a estas dos obras, hermanas para mi, en la primavera de este año conmovedor. ¿Tengo que aclarar que llore tanto con la novela como con algunas canciones del album? Empiezo por donde puedo: una imagen. Los invito a combinar las páginas 223 y 224 del libro (Editorial Alianza, 226 pag.) y la canción que titula el disco. Otra imagen poderosa: la página 88 y Maple Leaves. Ella volviendo a su casa y llevandose mi amor en sus hombros.
Conocí a Jens Lekman gracias a los oficios del programa radial Mal Elemento (Domingos de 14 a 16 Hs, FM Rock&Pop) y la revista Inrokuptibles (Nº 86, Diciembre ´04). A Salinger ya me lo había recomendado Juan José y lo mencionaron en el Suplemento Sí de Clarín. Pero ninguna de estas fuentes reveló en su totalidad el esplendor que vibra en estas historias. Nadie me advirtió de las chicas que ríen al final de Maple Leaves que viven en el mismo espíritu del chico que canturrea: ¨Si un cuerpo atrapa a otro cuerpo, cuando van entre el centeno¨(Pag. 128). Nadie me dijo todo lo que iba a sufrir por no tener la voluntad de encararla y decidirme por alguien y dejar de soñar con imposibles. Tanta ternura hay en estos sonidos, en estas hojas, que recuerdan a un hogar al amparo del frío que hoy ya no está. La frágil, agridulce, melancolía que se desprende de esta mágica combinación que alcance de casualidad. Lo mejor pasa de casualidad. miro la nieve de los recuerdos acariciar, sin quemar, las flores de Octubre, sentado en la silla de mi soledad. ¡Que gracioso! Saber que muchas cosas pueden reducirse a un mínimo que empalidece (el libro trata sobre un pibe de 17 años que lo echan de la escuela) y solo empequeñece el horizonte de posibilidades (el disco es pop clásico con arreglos novedosos). Prácticas frases cortas que sirven para poco, pero también quiero ser honesto y reconocer que ninguna de las sensaciones que me despertaron estas melodiosas páginas, las puedo expresar con claridad. Solo puedo ver a Holden Caulfield llevandose las manos frías sin guantes a los bolsillos del abrigo, sentado en un banco de una plaza, cantando If you ever need a stranger. El disco trae dos canciones con nombre de mujer, ironías del destino. Lo que vos queres regalarme y lo que yo pienso entregarle a ella. ¡Quiero escribir tantas cosas! Jens Lekman decía que escribir canciones de amor lo enamoraban. En eso estamos. Pedaleando calles, buscandola en vano. ¨Creo que sos hermosa/pero es imposible/hacerte entender/que si no tomas mi mano/voy a enloquecer por completo¨¡Cuando me prestas atención! Me acuerdo y tiemblo. Allie, Phoebe y Holden paseando por el parque juntos, en el dulce pasado irrecuperable de los personajes de Salinger. En fin, lean el disco, escuchen el libro, yo estoy saliendo a ver si puedo verla otra vez.
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