1 – ¡Buenas,
buenas! Después de varios meses de ausencia, aquí les bailo yo. Por una serie
de eventos, algunos provocados por mí, otros fuera de mi control, tome la
decisión de no acercarme a CABA a ver los films que el Festival de Cine
Independiente nos ofrece año tras año. Opte por ver online casi todas las películas
que tenía ganas de ver. CAN and me
de Michael P. Aust fue el único film que deseaba experimentar, pero no figuraba
en la lista de ofertas vía Internet.
Esta vez sin
calificarlas con “Macos” y sin especificar qué día vi que movie, aquí se vienen
las 16 producciones que disfruté, algunas mucho, algunas no tanto. 8 cortos y 8
largos en la edición 24 del Bafici.
2 – Primero, los
cortos: Priyo ami de Suchana Saha: 4
minutos en bengalí e inglés de un monólogo con dibujitos animados donde una
mujer se recorre en ella misma, buscando en el sexo o en miedos algo de su
verdad. Conviértete en quien eres de
Agustín Iezzi: un realizador de 26 años nos narra una breve historia cotidiana
en once minutos. Unos trazos blancos sobre fondo negro, sumados a la ayuda del
audio, alcanzan para que reveamos los días a vivir. Merry Kitschmas de Jennifer Moule: con música de Camila Nebbia,
este corto de ocho minutos nos muestra a unos inquietantes personajes de
reunión navideña o de intimidad de alcoba. Casi siempre nos miran, revisan
rituales ante cámara, uno no sabe porque tienen que mirarnos. Ana Morphose de Joao Rodrigues: directo
desde la sección Baficito, este precioso corto de diez minutos nos cuenta de
una niña que se sumerge en las páginas de un libro. Animación sin diálogos que
maravilla. Color-ido de Estefanía
Piñeres: desde Colombia, con mucho amor. Una voz insta a una niña en blanco y
negro a que salga de su cuarto a aventurarse en el afuera, en donde se
encontrara con un niño que también fue movido por esa misma voz a buscar
novedades. Violeta y Rojo van a un nuevo conocimiento y nosotros los
acompañamos. Una hermosura. Mío será
otro cuerpo. En busca de C. E. Feiling de Mariano Vespa: en 18 minutos
vemos escenas de los libros del escritor, los que escribió y los que leyó.
Contamos con el testimonio de Andrés Calamaro, quien conoció bien a Feiling,
incluso lee un poema del autor. Sí, cumple, está buena, sí, pero… tuvo gusto a
poco para mí. C.E. Feiling merece, por lo menos, una hora de documental. Merece
que sea contado por otras voces, tales como Rodrigo Fresán, o Luis Chitarroni,
por nombrar un par. Estuvo buena, pero hace falta más. Ashkasha de Lara Maltz: una animación stop-motion en la sección
Nocturna, una realización, sin diálogos, que dura seis minutos. Una muchacha
desciende, sin cabeza, a un mundo surreal acuático, con cabezas alternativas a
disposición. Muy buena. Rosbeef (caput
mortuum) de Christophe Ballangé: tinta negra en papel blanco, estos
dibujitos inquietan un poco y cautivan un poco más. Calaveras sin diablitos. Siete
minutos alcanzan para graficar unos sueños raros.
3 – Ahora, mi
film favorito de esta edición. La ilustración de este post es el poster
promocional de dicha película. To Stage
the Music - Heiner Goebbels del italiano Giulio Boato: ¡qué maravilla este
documental! Poder ver a Alfred Harth, a Chris Cutler, a Arto Lindsay, una
constelación de estrellas de la experimentación musical. Goebbels ahora anda
trabajando con orquestas, pero supo ser parte del Rock In Opposition con el
grupo Cassiber. Y también anduvo por el avant jazz en bandas callejeras en
Alemania. Entre lo popular (se escucha “Bella Ciao”, sonando en 1980, muchos
años antes de que se ponga de moda esta canción de la resistencia anti fascista
italiana) y lo no tan popular, este músico siempre nos ha propuesto músicas
movilizantes y conmovedoras. La canción Berlín Ku-Damn 12/4/81 de Goebbels es
cine para los oídos y merece un corto aparte. Yo esperaba que, aunque sea,
incluyesen un fragmento de esa genial pieza, pero me quede con las ganas. No
importa. El film rebosa de bellezas. Excelente film.
4 – Otro músico,
esta vez argentino, es el protagonista del siguiente film. Carmelo Saitta, collage 1944 de Gino Gelsi. Supe de este compositor
de música experimental nacional gracias a las labores de la revista Esculpiendo
Milagros, allá por los noventas, en 1996, creo, si no me falla la memoria. Lo
reunieron junto a Federico Zypce, en una entrevista en conjunto, donde ambos
compositores tenían la oportunidad de escuchar y opinar sobre la música del
otro. En este film sentí más cercana la figura de Carmelo de lo que lo había
sentido después de leer aquella entrevista. Si bien lo del tema de música
popular versus música experimental fue tratado, me quedo la impresión de que
quedó mucho más sin ser narrado o discutido. Pero esta película es un muy buen
comienzo para aventurarse en músicas poco difundidas.
5 – Siguiendo con
el tópico Músicas, ahora les escribo acerca de El sonido de antes de Yael Szmulewicz. En este documental se habla
de guitarras y guitarreros. De lutieres y de técnicas de grabación de antaño,
de los inicios de los registros sonoros. Cuerdas de tripas y cajas de madera.
Cilindros de cera y gramófonos del ayer. Aunque el asunto trata principalmente
de tangos y Carlos Gardel, también se cuela un poco de folklore. Muy buen film.
6 – Por las
músicas, pero desde un palo diferente, tenemos el documental Llamen a Joe o, mi versión favorita del
título, Better Call Joe de Hernán
Siseles. Acá vemos, una vez más, a Andrés Calamaro, hablando sobre su “porrito-affair”.
Porque fue Joe Stefanolo el abogado que lo defendió en esa causa. El abogado de
los rockeros defendió a los más variados personajes del rock local: Los
Violadores, Turf, Pipo Cippolati, Gustavo Bazterrica, etc. En el film no se
habló del caso de María José Cantilo, quizás hubo quien quiso que no se hable de
eso, no lo sé. Es que, en los ochentas y noventas, los rockeros eran el chivo
expiatorio favorito de jueces, policías y fiscales en su cacería de brujas del
supuesto narcotráfico. En vez de ir a golpear la puerta de quien correspondía,
se las agarraban con músicos de rock. Era más fácil, según parece.
7 – Ambientada de
fondo con una banda de sonido llamativa, ahora le toca el turno a Amor tóxico de Norberto Ramos del Val.
Una película española que arrancó insoportable, pero terminó genial. De hablar
de pedos a ponerse en pedo, la cosa fue mejorando un montón. La risa de la
chica es lo más punk que hay y por eso resuena al final del film. Una película
que pone su chirriante corazón a latir dentro de las tempestades y alegrías de
estar en pareja.
8 – De España, y
de la sección Baficito, viene la película Érase
una vez… de José Escobar y Alexandre Cirici I Pellicer. Dibujitos animados
de los cincuentas, o sea durante el franquismo. Restaurados recientemente,
estas animaciones clásicas acerca de Cenicienta cumplen con su objetivo y, por
instantes, superan la media. No obstante, yo no pude dejar de sentirle un aroma
a “amores de derecha y amores de ultraderecha” que hacen juego con los más de
quince años de macrismo porteño, avalados por sus irresponsables ciudadanos.
9 – Y algo de eso
también se podía oler en Good Old Czechs
de Tomás Bojar. Es un buen documental,
en el que, al final, no se perdía oportunidad para remarcar la suerte de esos
pilotos de guerra checoslovacos como parte de una nación satélite de la
U.R.S.S. Lucharon contra el nazismo para que luego otro “totalitarismo” los
maltrate. Pero, bueno, más allá de eso, otro film recomendable.
10 – Para finalizar
este post, viene Una claustrocinefilia
de Alessandro Aniballi, director italiano que también participó como jurado en
esta edición del Bafici. Usando fragmentos de otras famosas o canónicas
películas, el director va contándonos sus historias de espectador de cine, y de
crítico y realizador también, en el marco de una pandemia de Covid-19 que nos
maltrató en el 2020. Ese mismo marco también está presente en el documental
sobre Goebbels. Pero si en el documental sobre el músico alemán, lo del
Covid-19 era solo una anécdota entre demás cosas, aquí lo es todo. El diario cinéfilo
de Aniballi no puede dejar de nombrar las idas y vueltas de las diferentes
etapas de la cuarentena.
11 – En fin, sin
salir de casa, como en el 2021. Pero saliendo de casa por otros motivos, esto
fue el Bafici 2023. Muy bueno si solo pensamos las películas, pero extraño
cuando miramos el exasperante paisaje social que nos rodea. Las violencias nos
están anulando y nadie parece aportar alguna alternativa viable, algún camino
de salida a este laberinto cruel. Está por verse que tanta imaginación y acción
tenemos para arreglar tantos desajustes. Nos vemos.