Saturday, May 08, 2021

1975

1 – El post anterior ya era lo suficientemente largo como para seguir agregándole más cosas. Además, lo que se me ocurrió agregar es más de índole autobiográfico, iba a tener poco que ver con el libro de Abel Gilbert. Sin embargo, fue su lectura la que me inspiró a pensar ciertas cosas.

2 – Se termina la Guerra de Vietnam. Monte Chingolo. La Triple A. Operativo Independencia. El Rodrigazo. No por nada Martín Granovsky supo decir en el programa de Miguel Rep que quería escribir un libro sobre 1975. El año de mi nacimiento fue un año tan horroroso como 1976. En una de mis agendas supe guardar uno de esos recuadros que aparecen en Página 12 recordando a los desaparecidos con una foto y un pequeño texto. Una vez apareció la de un obrero desaparecido el 8 de abril de 1975, un día antes de que yo nazca.

3 – Y en algunos años en marzo me ocurría algo curioso. En cada inicio de clases, con cada nuevo grupo de alumnos, a veces tengo que contar que me pasó en las manos. Y cuando me pongo a explicarles sobre el vocabulario de “familias” en inglés y me pongo a mí mismo de ejemplo, tengo que contarles que hace 13 años falleció mi padre, justo un 24 de marzo. Y en cada 24 de marzo que se conmemora el inicio de la dictadura cívico militar, en ocasiones me acuerdo de mi primo cordobés desaparecido, creo que en 1978. Hace algunos años atrás, justo se dio que conté todos estos datos personales casi clase tras clase. Uno de los niños me dijo: “tu vida es triste”. La verdad no es así. He atravesado ciertos dolores en particular, pero me siento un hombre feliz, en cierto modo. Me rio con frecuencia. Siento mucho amor por ciertas personas y amo mucho escuchar músicas. Tanto que hasta me siento obligado a escribir sobre ellas, me gusta compartir eso que tuve la fortuna de encontrar.

4 – Y como alumno de primaria yo tuve que atravesar algunos años de dictadura, los últimos. 1981, 1982, 1983. Yo no fui a Jardín de Infantes, por ende, mi debut en la escolarización se dio en primer grado. Nunca entendí en aquel 81 que era lo que la maestra quería en mis tareas escolares. Para sumarle más aspectos negativos, le tenía alto cagazo. Aún hoy la veo con miedo. Casi no me quedan dudas de que esa mujer era algo así como un agente de la represión. Tan solo que usaba tiza y pizarrón para torturar y no picana. Aunque 1982 no fue un año mejor para el país, mi situación personal mejoró mucho. Para 1983 el aire en general se sentía mucho más optimista que en los dos años anteriores y a mí me pasaron del turno tarde al turno mañana.

5 – La clase 75 fue la última en ser sorteada para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. Ya estaba determinado así para que no lo hagan los hijos de los desaparecidos. Yo zafé de la colimba por número bajo. Yo estaba en la secundaria en 1993 cuando me sortearon, junto a todos los otros pibes. Al año siguiente mataron al conscripto Omar Carrasco.

6 – Se separan los Sui Generis. Aparece “Wish you were here” en el Reino Unido. Nace Jeremy, el protagonista de la famosa canción de Pearl Jam, que se suicidó en clases, delante de un docente y de sus compañeros.

7 – Se conmemoraban los veinte años del Bombardeo a Plaza de Mayo de 1955 en el cual murieron más de 300 personas (40 de ellas eran alumnos de primaria que iban en un tranvía) y hubo más de 600 personas heridas. Este hecho atroz luego derivó en el golpe cívico militar que derrocó a Perón, empujándolo al exilio por 18 años. Durante esos 18 años el peronismo estuvo proscripto. Al ser este el movimiento político más popular de Argentina en aquellos tiempos, se puede inferir que los pocos gobiernos democráticos que tuvieron lugar entre 1955 a 1973 eran poco más que una broma.

8 – El 24 de marzo de 1976 fue un miércoles, tal como pasó en este 2021. 16 días después yo iba a cumplir un año de vida. Entre el domingo 28 y el lunes 29 de marzo de 1976 hubo un ataque de la represión, de parte de militares y policías, a pocas cuadras de mi casa, en una casa quinta llamada “La Pastoril” sobre la calle Monsegur en Moreno yendo a La Reja. A pocos metros está la calle Padre Fahy, que es el límite entre ambas localidades del partido de Moreno. En la quinta estaba Roberto Santucho junto a otros militantes. Algunos lograron huir del ataque de las fuerzas armadas, otros fueron detenidos, torturados, asesinados y varios aún figuran como desaparecidos. Cuando vivía en la casa de mis viejos estaba cerca de ese sitio y ahora que ya llevó casi 18 años viviendo solo también vivo en un lugar no muy lejos de esa quinta. Mi familia escuchó ese enfrentamiento. Entre el 84 y el 86 me lo contaron, pero sin mucho detalle. Este año, hablando con mi hermano mayor, me enteré que, según lo que él cree suponer, en los primeros días de abril del 76, teniendo él 17 años de edad, se encontró con esos caídos. Cadáveres, algunos maniatados, mujeres y hombres. Él iba junto a un amigo y un primo, estos dos últimos fallecieron el año pasado. Se encontraron esos cuerpos camino al dique, según entendí, nunca denunció nada, quizás ni mis viejos se enteraron de ese hecho.

9 – Cuando Abel Gilbert nos pide desde su libro “Satisfaction” que pensemos esos silencios durante la dictadura y post dictadura, no creo que la cosa pase por inculpar a quienes callan y sobre que callan. La cosa pasa más bien por pensar como anduvo cierta circulación de valores en ciertos discursos en determinada época como para que las cosas se fueran desarrollando como finalmente lo hicieron. Porque durante los sesentas y setentas se formulaban y reforzaban formas discursivas que encontraban como aceptable el desdén por la vida e integridad física de quien se considerase “enemigo” y, al mismo tiempo, había minoritarios círculos de creadores estéticos que formulaban y reforzaban formas discursivas que exigían de los artistas ilimitado progreso y auto superación, un arte con algún tipo de compromiso filosófico que deje atrás las formas complacientes.

10 – Desde los ochentas en adelante las sociedades poco a poco han empezado a dejar de pedirse cosas mejores a sí mismas. Los noventas fueron aún más cínicos que los ochentas. La primera década de este nuevo siglo 21 tuvo mucha pausa y mucha incertidumbre. Es difícil de determinar si las cosas todavía siguen así o algo ha comenzado a mutar para bien. Lo que nos queda es hacer presentes que no saquen a patadas a los pasados. No recordar esos terrores que ayer vivimos podría ser algo peligroso.

 


Saturday, May 01, 2021

Abel Gilbert – Satisfaction en la ESMA (2021) Mis apuntes


 1 – El autor

Abel Gilbert nació en Buenos Aires en 1960. Publicó estos libros: Cuba de vuelta (1993); Cerca de La Habana, Crónicas cubanas (1997); El Terror y la Gloria, La vida, el fútbol y la política en la Argentina del Mundial 78 (1999, en colaboración con Miguel Vatagliano); La Divina Cecilia (2001); Piazzolla El Mal Entendido (2009, en colaboración con Diego Fischerman); Crónicas Macrianas (2016) y es uno de los compiladores (y autores, junto a Martín Liut) de Las mil y una vidas de las canciones (2019). Cuando escribí acerca de este último libro (ver post del 26 de julio de 2019) hablé sobre Abel. Su proyecto musical se llama Factor Burzaco y editó 4 discos: I (2007); II (2011); III (2014) y 3,76 (2015). Yo escuche el primero y el tercero y ese primer disco lo tengo en Cd original conseguido en la disquería Zival’s.

2 – La tapa

Este excelente libro fue publicado por la gran editorial Gourmet Musical. Mientras varios libros que esta editorial ha editado tienen tapas multicolores, el libro de hoy se ve distinto. Blancos, negro, grises, rojo. Sobre el granulado del revoque de una pared figuran autor, título y subtítulo: Música y Sonido Durante La Dictadura (1976-1983). Debajo, figura el dibujo de la silueta de un alambre de púas que se va transformando en un gráfico de decibeles, que se va poniendo cada vez más “ruidoso”. Los gritos y alaridos de dolores por torturas, golpes y penetraciones o los silencios de los cadáveres. Desde la tapa ya se nos advierte que vamos a ingresar a terrenos difíciles de andar y aún más complicados de entender. Todo lo que yo tengo para ofrecerles son mis vacilantes balbuceos. Les queda a ustedes ir a conseguir el libro para indagar más sobre el tema.

3 – No fue sencillo ubicarle

Fue en Zival’s y en el 2011 que yo conseguí ese disco de Factor Burzaco. El libro de hoy lo busque y compre acá en Moreno. Le dije el título a una muchacha que fue a averiguar en la PC de la librería acerca de la obra. A los segundos me pregunta por el autor. A los segundos se suma un muchacho a ayudar. Quizás buscaron por cosa de un par de minutos, si otro hubiese sido el libro, probablemente lo habrían encontrado al toque. Cuando los tres estábamos en la misma página de los asuntos, llegó el momento de intentar ubicarlo en el local. No estaba en la sección “Música”, estaba en la sección “Historia Argentina”. Puede que ellos me hayan culpado de no pedir apropiadamente el libro y sí que estoy seguro de que los culpé por no conocerlo (pero sin decirles nada). Pero, al terminar de leer la obra, me puse a revisar para textos y descubrí que ese recuadro que figura en la página 6, ese que lleva los datos bibliográficos del libro como para crear la ficha de biblioteca del mismo, nos dice “Satisfacción” y no “Satisfaction”. Más abajo dentro del mismo recuadro leo: “1. Historia Política Argentina 2. Música”. La base de datos de la librería se guío por esta data. Las historias de obras musicales y las historias de personas músicas, junto a las historias dolorosas y oscuras de la dictadura cívico militar, pesan más que la crítica musical. Por lo tanto, sí, estamos ante un libro sobre Historia pensado y escrito desde sonoridades y musicalizaciones.

4 – ¿” Satisfaction” o “Satisfacción”?

No obstante, el otro sí es un error y es llamativo. La canción de The Rolling Stones se llama “(I can’t get no) Satisfaction”. Esa misma que sonaba a todo volumen para intentar tapar las brutales sonoridades que producen las brutales torturas a prisioneros (muchos para siempre desaparecidos, algunos pocos luego blanqueados y liberados, pero para siempre rotos). Yo sé que no es un error de Gilbert y no sé exactamente de quien es. Pero te deja pensando: ¿De qué “Satisfacción” estaríamos hablando? ¿De la que nos queda a los lectores de que por fin alguien ha comprometido su tiempo, intelecto, emociones, recuerdos y demás recursos de su hermosa actitud y preciosa curiosidad, para hurgar en documentos escritos y audio visuales, para narrar, desde una nueva óptica, al Proceso de Reorganización Nacional? ¿O la “Satisfacción” del deber cumplido que parecen haber sentido aquellos humanos despreciables de las tres fuerzas armadas, las fuerzas paramilitares, las fuerzas policiales, de gendarmería y del servicio penitenciario? Sí, ya lo sé, no todos estuvieron involucrados, pero la mayoría sí.

Voy a seguir preguntándomelo, al no tener certeza, pero sí sé que los decibeles de aquella canción stoniana van a venir acompañados, de aquí en adelante, de la mugre de los torturadores. Claro, la canción no tiene la culpa, tampoco los Stones. También podríamos ir llenándola de nuestra vitalidad al cantarla, bailarla, tocarla… pero no nos permitamos olvidar por donde se oyeron sus sonoridades a veces.

En la película “Apocalipsis Now”, también está “Satisfaction”. Musicaliza el surfeo distendido de unos soldados estadounidenses, entre Vietnam y Camboya, en plena guerra, ponele para el año 1969 o 1970. La verdad, elijamos otras canciones de los Stones para disfrutar, esta tiene mucho olor a mierda.

5 – Breves apuntes

Página 15: una cita de Georgina Born (ex Henry Cow, ex Feminist Improvising Group)

Página 34: una cita de Alan Courtis (ex Reynolds)

Páginas 47 y 99: alguien de Alas (Gustavo Moretto) habla con alguien de Factor Burzaco. ¿Para cuándo una colaboración musical? Tal vez ya ha sucedido y yo no me entere.

Página 68: “Toxi Taxi” es una canción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y “Pabellón Séptimo” es una canción del Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Para una siguiente edición, corrijan esto.

Páginas 93, 98 y 253: citas a obras del gran Norberto Cambiasso

Página 109: De “la paranoia es quizá nuestro peor enemigo” a “la paranoia es nuestro mejor enemigo” ¿Qué pasó aquí? ¿Error al transcribir? ¿Acto fallido?

Página 118: ¿Habrá alguien musicalizado esas líneas del Mano en El Eternauta?

Página 190: el walkman aparece en 1980. Mi primer (y único) walkman conseguido en 1994. Mi primer (y único) discman conseguido en 1998.

Página 246: Los luditas del rock. Esta gentil ironía me habilitó una incómoda sentencia. Que quizás el punk rock en Argentina nos quitó más de lo que nos dio a los oyentes. No puedo asegurar como es que funcionó en el mundo de las personas músicas del rock y pop.

Página 265: el arte de tapa de Clics Modernos de Charly García. El domingo 12 de noviembre de 2017 el periodista y escritor Martín Pérez en el Suplemento Radar de Página 12 cuenta la historia. Uberto Sagramoso fotografió a C.G. en 1983 en New York junto a una obra callejera de Richard Hambleton, alias Shadowman. Entonces, no se trataba de un Siluetazo. Por otro lado, Pérez no habló de los siluetazos en aquella nota. Hoy, ambos textos se complementan y dialogan.

De paso, más textos de textos. El domingo 7 de marzo de este año, Mariano Del Mazo comenta y entrevista a Abel Gilbert a propósito de esta obra. Busquen ese texto también.

Página 277: aparece misteriosamente una tal “Ana” en un relato, sin que pueda yo asignarle ni referente anterior o posterior a su mención. Hay otra leve incongruencia en otra página del libro, pero no anoté ni número ni de que se trataba.

Página 278: Se menciona el documental Nunca Más, emitido por Canal 13 en 1984. Figura el vínculo que, de figurar en Internet sería hipervínculo, da con el video que está en YouTube. Esta emisión fue musicalizada por “Bachiana brasileira 5” de Heitor Villa-Lobos. Veo y escucho ese documento audiovisual y le encuentro una semejanza sonora con un fragmento de la banda sonora del documental “Trelew La fuga que fue masacre” de Mariana Arruti. En cierto modo, me sorprende la conexión, como me sorprendió encontrar “Nothing Man” de The Deviants en la banda de sonido de la película “La Hora de los Hornos” de Fernando “Pino” Solanas.

Página 299: se aclara que “no existe un disco o DVD comercial de” la obra musical “La casa sin sosiego”.

Páginas 314 y 315: ¿Por qué los grupos Invisible, Incredible String Band y Pink Floyd no figuran en la lista de Discos? ¿Por qué figura “Gerardo Gandini – La casa sin sosiego” en Discos cuando ya leímos la nota al pie en la página 299?

6 – Una latente primera persona

Abel Gilbert ilumina con sus textos aquellas oscuridades de la dictadura. Se ayuda y nos ilustra con arte de tapa de discos de vinilo, con fotos que suenan, con obras de artistas plásticos, tapas de revistas, pentagramas. Y durante todo el libro habla de sí mismo en tercera persona. Esta es una obra que se inició como trabajo académico (si no entendí mal) y en esa clase de textos los autores tratan de evitar el uso de la primera persona, puesto que eso es lo que se pide de tales escritos. Sin embargo, el autor no deja de resonar aquí y allá con sus anécdotas. Hasta llegar al punto en que deja de evitar ese yo. Si no hubiese un yo con algo que le quema la mente para contar, probablemente no tendríamos literatura alguna.

7 – Unas dudas sobre el prójimo

Al escritor le inquieta que un personaje horroroso como Videla haya podido disfrutar de una obra musical que él mismo parece haber disfrutado. Personalmente creo que no me parecería raro que un torturador se conmueva con las mismas músicas que me conmueven. Primero porque ciertas positivas cualidades estéticas no necesariamente vienen acompañadas de valores éticos y/o morales. Segundo porque siguen siendo misteriosas las formas en las cuales las músicas nos hablan a cada uno de nosotros. Cierto que el gusto viene añadido con un status. Pero hay porciones de interpretaciones abiertas a los más diversos aspectos. Estas conexiones no son tan directas y claras como a veces se nos presentan. Dejemos la pregunta abierta y sigamos pensándolo.

Por otro lado, desde la otra orilla de las cosas, lo tenemos a Miguel Abuelo. Este genial artista publicó una de las gemas de la progresiva argentina y Norberto Cambiasso la analizó en el libro “10 discos del rock nacional presentados por 10 escritores”. Al volver de su exilio europeo, a Miguel le pareció sensato y razonable explicar las violaciones a los derechos humanos hacia las víctimas como parte de los efectos colaterales de una supuesta guerra. La estúpida explicación de los dos demonios en luchas armadas le pareció el marco de interpretación correcto. Podemos concluir que abrazamos las creaciones musicales del cantautor y repudiamos su pobre juicio sociopolítico. Y que ser un maestro de las melodías no lo convertía en un maestro del raciocinio.

8 – Reemplazos

Ya no recuerdo si lo dijo solo en la entrevista del suplemento Radar o también lo afirmó en el libro. Abel nos remarca que casi no hay obras musicales que hablen de la dictadura de manera clara y explícita. Quizás porque los creadores patean la pelota afuera. Tal vez porque los sellos discográficos locales solían cancelar esa posibilidad. Quizás se trate de que nuestras frágiles democracias complican el panorama. No nos olvidemos de los tres intentos de golpes de estado que sufrió Alfonsín. El neoliberalismo de Menem que habilitaba la libertad de mercado como práctico censor de interpeladores musicales. Solo con la aparición del kirchnerismo pareció haber viento a favor para narrar aquellas atrocidades. Pero al rock y al pop les llegó la masacre de Cromañon y, desde entonces, todo ha quedado desdibujado. Ayer no quisieron (o no pudieron) hablar de la dictadura y ayer tampoco han querido hablar del horror en el boliche de Once.

Más allá de rescatar creaciones tales como “La vaca soñada” (canción del grupo La Fuente) o “Criminal Mambo” de los Redondos (también ese inicio de descargas eléctricas del inicio del disco Luzbelito), yo me propuse armar sucedáneos extranjeros a una posible musicalización de las calamidades de la dictadura.

Por ejemplo: Mi enfoque de “Death Valley 69” de Sonic Youth junto a Lydia Lunch que yo solía transformar en castellano como “Argentina en el 76” cambiándole toda la letra. Los gritos de una chica en “The Boiler” de The Specials. Los experimentos vocales de Yoko Ono o Diamanda Galás acompañados por The Ex o Dog Faced Hermans. El infierno musical de los mejores Birthday Party. Los Pop Group (o las lecturas de ellos en los 90s de los Moonshake) quienes cantaban “in the prisons of Argentina” en su canción “Feed The Hungry” en 1980.

Esos primeros segundos inolvidables de “Red Bird Part 1” de Trevor Wishart, obra que lleva, a modo de subtítulo, “A Political Prisoner’s Dream”.

Como Gilbert traza un paralelo entre el Genocidio Judío que perpetraron los nazis alemanes en Europa con la dictadura cívico militar argentina, ese correlato me llevó a recordar lo que el escritor español Adolfo Marín dijo que Genesis P. Orridge (Throbbing Gristle) afirmó al volver de una visita de las instalaciones del campo de concentración de Auschwitz a fines de los setentas: “está listo para poder reutilizarse”.

9 – Entretenimiento a través del dolor

Un par de párrafos más antes de concluir este larguísimo post. Justo cuando leía el libro me encontré con un video del youtuber conocido como Magnus Mefisto en su canal llamado ElDiaQue. El video se llama “El día que hubo una masacre en El Mozote”. En ese documento audiovisual se narra lo que pasó el 10 de diciembre de 1981 en un pueblo de El Salvador. Ese horror ilimitado que cometieron aquellos asesinos uniformados en Centroamérica tuvo lugar gracias al apoyo de EE. UU y el entrenamiento que aportó la dictadura argentina.  Por otra parte, como Gilbert habla de los Monty Python al principio, eso me hizo recordar la película “Brazil” (1985) de Terry Gilliam, un ex Monty. En ese film hay una parte de humor negrísimo donde una maquina va imprimiendo las declaraciones que le van extrayendo a un prisionero torturado y en la hoja impresa podemos ver un montón de letras A una al lado de la otra, demostrando que no podían sacarle ninguna declaración que no fuesen alaridos de dolor.

10 – Book In Opposition

Abel Gilbert quiere músicas que llamen a las cosas por su nombre. Quizás los nuevos feminismos que están hoy en las luchas sociales traigan frutos musicales así. Estos son inciertos presentes y los futuros son más inciertos aún. Lo que tenemos de cierto es esta maravillosa obra que me puso a escribir montones de cosas. Este libro nos ayuda a re escuchar aquellos días idos y también colabora ha decodificar ciertos presentes. Aunque no nos guste admitirlo, el horror no nos es ajeno. El oscuro corazón de la bestia puede volver a latir. Estemos alertas y juguetones. Con risas y melodías podríamos ir venciendo nuestros miedos. El miedo es el mejor alimento para la bestia.