Una tarde de este verano un amigo y yo charlábamos con My
Bloody Valentine de fondo, bien bajito. Estábamos en eso cuando él me comenta
que decidió ir a verlo al Indio Solari en vivo para su próximo recital. Yo le
comente los últimos detalles del “Rolling Stone affaire” y hablamos también del
Mal de Parkinson que lo afecta y que probablemente este sea su último recital
en vivo. Seguirá editando discos y quiere publicar un par de libros pero me
parece que se va a volver difícil que siga con lo de los recitales. Mi amigo ya
espera que yo publique un post acerca del Indio cuando finalmente llegue el día
en que se vaya de gira a la nada que no nos espera. Pero yo quiero homenajearnos
y criticarnos hoy. Mañana creo que no tendrá tanto sentido como lo tiene ahora.
1 – Yo lo vi “in the flesh”
Una mañana de 1993 me fui a un disquería especializada, de
esas ubicadas en galerías, que también son llamadas “cuevas”. Andaba en busca
de casetes piratas de Los Redondos. Entré y me dirigí al mostrador. Había al
costado un tipo pelado mirando una de las paredes con cds pero yo no le di
bola. Cuando le pregunte al vendedor por lo que andaba buscando, me miro con
una cara como diciendo “¿Pero vos sos boludo?” y solo atino a decirme “¿Por qué
no le preguntas al señor?” Yo me di vuelta para ver sin creerle que allí mismo,
con nosotros, estaba Carlos Solari. Pero era verdad. Estaba. Yo era muy
fanático de la banda en aquel entonces y casi me meo encima cuando me di cuenta
que él era él. “No, en este momento no traigo ninguno conmigo” fue la respuesta
del Indio mientras me daba la mano. Yo no sabía qué hacer, ni que preguntarle,
ni que contarle. Solo le di la mano y no dije nada. Lo vi alejarse por la
galería y luego volví con el vendedor que me mostro unos casetes que yo ya
tenía. Me fui sin comprar nada y sin poder creer que me lo encontré.
2 – Luzbelito sabe que
Mi fanatismo con los Redondos se terminó cuando sacaron
“Ultimo bondi a Finisterre”. Ese disco y el siguiente (Momo Sampler) no son tan
buenos como los anteriores discos que sacaron. Los dos primeros discos son
mágicos. “Lobo suelto, Cordero atado” y “Luzbelito” son grandes discos. Entre
el “Baion” y “La mosca y la sopa” hay grandes canciones. Mi fanatismo también
se terminó porque mis criterios ante el rock fueron mutando. Yo carezco de
fanatismos. Soy un ferviente seguidor de mis propios impulsos y ellos me llevan
para todas partes. No puedo ni quiero quedarme pegado a ninguna devoción con
algún fulano en particular. Y hay algo más…
3 – Maco sabe que
Yo puedo admirar las músicas que haga un tal artista u otro
tal entretenedor. Podría ir a verlos en vivo y disfrutar de esas melodías,
ensayar mis torpes danzas, cantar las letras si se me antoja. Pero la mágica
música nunca va a lograr que me olvide que esos fulanos y menganas arriba en el
escenario no tienen nada de especial. No los voy a idolatrar. Estoy en contra
del culto a la personalidad. Son tan capaces de grandes cosas y de grandes
cagadas tal cual yo. No hay nadie quien pueda merecerse una especial atención
de nuestra vital fuerza de voluntad. No hay quien represente. Yo me represento
a mí mismo. Que haya gente componiendo y ejecutando música excelente no los
convierte en seres especiales y no hay humano que pueda convertirse en nada
especial haga lo que haga. Todos estamos en las peleas. Estamos todos perdidos.
Estamos todos encantados.
En realidad, especiales para mí son las personas que amo
pero ninguno de ellos es famoso. Son especiales solo para mí, a mí antojo está
decidido así. Pero no los idolatro. Los ídolos no existen.
4 - ¡Vos tenes la culpa, Carlos Solari!
El tipo en sus letras pedía la revolución y no nos aclaro que
estaba haciendo bromas nada más. Y nosotros éramos crédulos, le creímos como si
viniese Bakunin a traer las revueltas que tirarían abajo este miserable sistema
de mierda. Tardó un tiempo en hacerse cargo de que “solo puedo darte un par de
promesas” (“Juguetes Perdidos”). Tendría
que haber puesto reparos desde el vamos pero, cuando el asunto empezó a rodar,
el tipo sacó sus tajadas de ser ese héroe contracultural que no transaba.
5 - ¡Y nosotros también!
En el pogo más grande del mundo no hay mucho lugar para
autocríticas. Chamuyarnos es lo que mejor les sale a algunos. Y nosotros, en
ocasiones, no hacemos más que dejarnos chamuyar. La pasión por la música podría
ser todo lo que nos una a nosotros, los nadie del público, con ellos, los
renombrados arriba del escenario. Esta pasión no está obligada a venir envasada
en crítica social. Paul McCartney compuso muchas canciones y amasó una gran
fortuna cantándole al amor y otras yerbas. No recuerdo que haya que tenido que
pronunciarse por nada social y esto no convierte al cantautor en “la prostituta
de Babilonia”. El Indio Solari bien podría haber basado su fuerza expresiva en
su lírica y dejar que “todo preso político” se exprese por sus propios medios.
Lucrar trabajando de portavoz de marginales es lo que vuelve difícil de fumar
al millonario Solari. Suena más sensato cuando canta del amor y otras yerbas.
No me molesta que el tipo tenga plata, a nadie le robo para tenerla. Me molesta
que tenga que ganar su dinerillo cantando que “el sueño quedo en manos de unos
giles”. Yo no estoy tan seguro de esto, Carlos.
6 - ¿Ir a verlo en vivo ahora?
Y la verdad que no…porque él compuso tan solo una canción
como solista que me gusta tanto como aquellas gemas ricoteras: “El Charro
Chino”. Ese es un temazo. El resto de las canciones del Indio no me gustan, al
menos no tanto como para tomarme la molestia de ir a verlo en vivo. Y cuando se
pone a cantar aquellas canciones enormes del ayer, se lo extraña a Skay y al
resto de los Redonditos de Ricota también. Cuando Beilinson se quedó sin Solari
y Solari sin Beilinson, salieron perdiendo ambos. Y los misiles de aquí para allá
que volaron desde sendas orillas del final de la amistad los dejaron rotos y
mal parados a los dos surubíes querandíes. Con lo bien que tocan y con lo bien
que cantan, ninguno por su cuenta conjura al duende de Patricio Rey.
7 – ¿Y dónde encontrar al duende de Patricio Rey?
En un montón de canciones de aquellos discos. De aquellos
casetes piratas. Vos derribaste mi joya con tu lunar, vos me enseñaste de esos
tipos que son como bombas pequeñitas. Vos me hablaste de esos fulanos con
negocios muy difíciles de explicar y fáciles de enseñar. El rock de la cavernas
de “El infierno está encantador esta noche”, canción a la que re mezcle en
clave dance en la imaginación, haciéndola resonar en mi cabeza como por quince
minutos. Cuando la hacía reír a ella cantándole “Nos besamos en tu habitación,
escuchando a Los Redondos” cambiando unas líneas de “The Drowners” de Suede.
Vos hablabas del más salmón de la ciudad, preso en mi ciudad. Metiste tu
rocanrol bajo este pulso y no espero que me jueguen limpio nunca más. Ella está
tan linda que yo arrebate. Siempre tengo a mi lado un colchón, así te acostas.
Vos que alertabas del que enciende en sueños, la vigilia.
Por todo lo que saltamos, por todo lo que transpiramos, por
lo que aullamos. Por los moretones post pogo bajo la ducha a las seis de la
mañana, luego del interminable viaje a casa, luego de los recitales. Brindo por
todo eso. Y por el duende también.
8 – El Indio Solari toca en vivo
El 11 de marzo en Olavarría. El último recital al que
intente ir (de ellos) fue el que iban a dar el 16 de agosto de 1997, también en
Olavarría. El intendente de aquel entonces lo suspendió, yo tuve que ir a que
me devuelvan la plata de la entrada. Antes había ido a 4 eventos de ellos: dos
Obras, un Centro Municipal de Exposiciones y a la cancha de Huracán. No fui a
los River que hicieron años después. Mis amigos sí.
Mis amigos también irán a este recital al que no voy a
concurrir pero mi ánima estará pogueando con ellos. En las memorias de mi
sangre están todas las maravillosas músicas de Patricio Rey y sus Redonditos de
Ricota. El Indio Solari toca en vivo y está vivo hoy. Vos no te pierdas ese
recital. Yo no me pierdo de tu mirada.
¡¡¡Y la nada que no nos espera que se vaya a la recalcada
concha de su madre!!!