Sunday, June 30, 2013

Henry Cow (Subtítulo: De pie, y abrigados, en la playa pedregosa, mirando la inmensa ternura del agua que hamaca pedazos de madera)


 
Es difícil para mí escribir acerca de Henry Cow. Quizás sea difícil para cualquiera. Hace un montón que andaba con ganas de escribir este post y que se cumplan 40 años de la grabación de Leg End me da la excusa perfecta para esta imperfecta nota. Arranco por lo más básico, Henry Cow fue un grupo, o mejor dicho, una colectividad de enormes personalidades, tan enormes que cada una de ellas tuvo una prolífica e interesante carrera luego de que Henry Cow se separaron en 1978. La primera vez que vi el nombre en una revista creí que era un artista solista. Los seis individuos más destacados de esta historia son: Fred Frith, Tim Hodgkinson, Chris Cutler, John Greaves, Lindsay Cooper y Geoff Leigh. Hay, por lo menos, seis personalidades más por nombrar en esta historia: Anthony Moore, Dagmar Krause, Peter Blegvad, Georgie Born, Tom Cora, Zeena Parkins.

La historia empezó para 1968 entre Frith y Hodgkinson para luego irse sumando más personajes. Ganaron reconocimiento luego de ganar un concurso organizado por el gran John Peel. De hecho, los Henry Cow tuvieron tres Peel Sessions entre 1972 y 1973 antes de entrar a grabar su primer álbum. Editaron Unrest en 1974 y luego unieron fuerzas creativas con Slapp Happy por dos discos (Desperate Straights donde Slapp Happy  tenía más peso compositivo e In Praise of Learning donde Henry Cow tenía más protagonismo). Publicaron un disco en vivo llamado Concerts y para 1978 se separaron, sin antes editar Western Culture.

En esos diez años sucedieron un montón de cosas dentro de la historia de la banda. No siento la necesidad de narrarlas. Pero tampoco sé cómo expresar mi subjetiva relación con la música compleja y experimental de los de Cambridge. No quiero aferrarme a la idea de que esta nota sea una recopilación de datos porque eso dejaría afuera el amor y el humor de mi escucha de esas composiciones. Por otro lado, también quiero dejarte estos datos para que vos sigas con la búsqueda de tu subjetividad con toda esta parcela olvidada de la música rock.

Los Slapp Happy eran Moore, Krause y Blegvad. Antes de encontrarse y colaborar con los Cow ya habían editado un par de discos. El primer disco de Slapp Happy fue grabado con la ayuda del grupo alemán Faust, siendo estos últimos una gran influencia en Henry Cow. En especial cuando Unrest fue grabado, los Henry Cow usaron el estudio de grabación como un instrumento más, a la usanza de Faust. Entre otras grandes influencias en Henry Cow podemos encontrar a Soft Machine, Captain Beefheart y Frank Zappa entre otros. En aquel Junio de 1973 en el que se grabó Leg end, el ex baterista de Soft Machine (el legendario Robert Wyatt) tuvo el accidente que lo dejó en silla de ruedas hasta nuestros días. Los Henry Cow tuvieron recitales en vivo con Wyatt y luego colaboraron con él en las más diversas ocasiones.

Henry Cow fue una banda inglesa pero fue casi totalmente ignorada en su país y supieron encontrar su patria grande en la Europa Continental. Sus últimos recitales fueron en Italia. De gira por el continente se cruzaron con varias agrupaciones de mentalidad estética e idiosincrasia política parecida a las de ellos. Juntos organizaron los hoy famosos conciertos denominados Rock In Opposition. Las bandas eran Stormy Six de Italia, Univers Zero de Bélgica, Etron Fou Leloublan de Francia y Samla Mammas Manna de Suecia. Determinados a defender su independencia y bajo el lema “Cinco bandas de rock que las compañías discográficas no quieren que vos escuches”, se organizaron una serie de eventos que luego llevarían a la creación del sello independiente Recommended Records por parte de Chris Cutler para poder publicar discos que de otra manera  quizás jamás se hubiesen publicado. De Rock In Opposition a Recommended, Chris Cutler no solo continuo organizando la movida y tocando exquisitas percusiones, sino que también publicó sus reflexiones en libros tales como File Under Popular, editado por la Editorial November Books, la rama editorial de Recommended Records.

Los Henry Cow eran izquierdistas aunque no los imagino dogmáticos. En ocasiones se los señalo como demasiado serios para su propio bien y algunos de los músicos que colaboraron con ellos encontraron su música como algo muy difícil de tocar. Con todo, la influencia de ellos es enorme y la cantidad de proyectos que surgieron de su seno se vuelve a veces casi imposible de seguir. De 1978 hasta hoy son 35 años de proyectos y las individualidades son inquietas y curiosas, por ende, es lógico concluir que hubo muchísimas ramificaciones. Nótese también que de las doce personas que mencione más arriba, cuatro son mujeres: Dagmar, Georgie, Lindsay, Zeena. Voy a nombrar solo algunas.

Art Bears (Cutler, Frith, Krause)

News From Babel (Cutler, Krause, Cooper, Parkins)

Feminist Improvising Group (Cooper, Born)

Skeleton Crew (Frith, Cora, Parkins)

Massacre (Frith, Bill Laswell, Fred Maher)

Pere Ubu (Cutler)

David Thomas solista (Cutler, Cooper)

The Work (Hodgkinson)

God (Hodgkinson)

The EC Nudes (Cutler)

The Lodge (Greaves, Blegvad)

Cassiber (Cutler)

Duck and Cover (Cutler, Frith, Cora, Krause)

Radar Favourites (Leigh) con dos futuros miembros de This Heat

Red Balune (Leigh)

Lindsay Cooper anduvo por el grupo de folk experimental Comus antes de entrar a Henry Cow. Y luego de los Cow ella grabó discos solistas. También editaron discos solistas Krause, Moore, Blegvad, Frith, Cutler, Hodgkinson y Greaves. ¡Uf! Una cantidad enorme de trabajos para curiosear.

Sí. Solo nombré algunas agrupaciones. Buscá lo demás. Es asombroso ver cuanta música y cuanto pensamiento tuvo lugar en el espacio que ocupo y que ocupa Henry Cow. Es asombroso como ese espacio ha sido sistemáticamente ignorado ayer y hoy, aquí y allá. Pero lo más asombroso es lo perplejo que me quedo cuando tomo conciencia de que no tengo la forma de contarte como es la música de Henry Cow. Yo solo puedo subtitular como figura allá arriba.

Estamos de pie, ni sentados en la espera de la silla ni acostados en la calma de la cama. Somos un grupo de gente de pie, pensando cual es el siguiente paso, hacia donde, de qué manera, porque tomarlo. Estamos abrigados porque en junio, en este hemisferio sur, hace frío. Es la playa pedregosa porque yo caprichosamente relaciono a la arena con el calor. Estamos mirando la belleza del mar y las evidencias de la crisis constante que nutre al capitalismo en esos pedazos de madera. La belleza de la vida se caga en los absurdos esquemas humanos. La belleza de la música de Henry Cow cuestiona esos esquemas, nos dice que el cambio es nuestro, nos pone de pie, estamos despiertos, nos divertimos pensando en nuestra marcha. Somos ese mar, somos esos pedazos de madera. La costa es toda nuestra y tenemos la ternura del abrigo. La ternura de la mirada. Toda esta escena es imposible de trasmitirse tan vívida como cuando se la vive. Por eso me resulta metáfora apropiada para la música de Henry Cow.
Nota al pie: Me olvide de comentar que instrumento tocaba cada uno porque la mayoría de ellos ejecutaban los más diversos instrumentos. Pero para resumir el asunto sería: Frith tocaba la guitarra, Cutler la batería, Greaves el bajo, Hodgkinson los vientos, Cooper el fagot, Krause cantaba y Leigh también tenía a cargo instrumentos de viento hasta que fue reemplazado por Cooper.
 

Thursday, June 27, 2013

Los Hermanos McKenzie – Baile Fantasmal



Me entere de la existencia de esta canción de casualidad. Estaba viendo la Televisión Pública, la cual yo sigo llamando el canal 7, un día de la semana que no recuerdo, a las once y media de la noche más o menos. Es el resumen de noticias antes de la medianoche y hay un día que tiene un bloque dedicado a la música independiente en el cual Maxi Martina presenta bandas nuevas. Si no me falla la memoria, pasó el video de esta hermosísima canción de Los Hermanos McKenzie a la altura de octubre del año pasado. Lo vi y me gusto pero no sé porque no llegó a engancharme del todo.

Maxi Martina tiene también un programa de radio en la FM Vorterix los sábados de 7 a 9 de la mañana llamado El Triangulo de las Bermudas. Para enero de este año se fueron de vacaciones y gran parte de la magia de radio que logran Maxi, Compañero Asma y compañía no estaba tan presente pero sí estaba presente la más maravillosa música que es la voz del indie argentino y de otros lugares. Y en el medio de la mañana de un sábado de enero del 2013 sonó Baile Fantasmal y la reconocí de inmediato y esta vez sí me enamoro pero lamente terriblemente que no había nadie para contarme que se trataba de Los Hermanos McKenzie haciendo su milagro sonoro. El sábado 1 de junio sí me entere y fui enseguida a buscar ese video a YouTube y quede hechizado.

 
Quiero pasarles la letra y hablar de ella y hablar de la música pero antes no quiero dejar pasar la oportunidad de elogiar y recomendar calurosamente que miren la Televisión Pública. El canal 7 le gana por afano a los otros canales de aire y no tiene nada que envidiarle a ciertos canales de cable que proponen cosas nuevas. Anoten: el único canal de aire que pasa cine que no se ve casi en ninguna parte, el único canal de aire que tiene a Rosario Bléfari hablando de libros, el único canal de aire que tiene enormes series como la dedicada a Oesterheld o “En Terapia”, el único canal de aire en donde se comentan las más diversas músicas (y no solo las de moda o muy populares), etc., etc. Además, es el único canal de aire con auditorio abierto al público en donde alguien como Juana Molina puede dar un recital gratis. Dense el gusto de ver la Televisión Pública, los otros cuatro canales son casi imposibles de ver.

 
Ahora sí les paso la letra:

 
Baile Fantasmal – Los Hermanos McKenzie

 

La ciudad

Tan particular

Se ve

Que no conozco este lugar

 

Sin pensar

Salí a caminar

Y ya no supe regresar

 

Estamos atrapados

Suspendidos

Encerrados

En un baile fantasmal

No hay nada más extraño

Que mirarse en un espejo

Y dejarse engañar

 

Se altera

La temporalidad

Nada eterno es el azar

Simular

La tranquilidad de ser

Uno más en la ciudad

 

Estamos atrapados

Suspendidos

Encerrados

En un baile fantasmal

No hay nada más extraño

Que mirarse en un espejo

Y dejarse engañar

 
Hay una fuerte presencia de los vientos en esta canción y me imagino que en toda la música de Los Hermanos McKenzie, puesto que esta es la única canción que les conozco por el momento y ando con ganas de conocer más. Hay un aire de melancólica canción francesa en la melodía que realza el embriagante romanticismo de la voz de la muchacha. Una voz que parece deambular, entre extraviada y encantada, por los escenarios por donde se mueve. Me quedó la impresión de que el ambiente sonoro fue hermosamente plasmado en el video. Por una vez, video y canción van de la mano. Y la tensión del estribillo que se repite en la última parte agrega una dimensión extra de inquietud.

 
Creo que fue Enrique Symns el que dijo, al escribir sobre H.P.Lovecraft, que el ser humano no teme a lo desconocido sino que teme perder la certeza de lo que ya conoce. Baile Fantasmal nos habla de esa pérdida, de la inquietante fragilidad de nuestras certezas. La idea de engañarnos para tranquilizarnos con una certeza acerca de algo de lo que no se puede tener certeza. Ese es el temor al que remite, e inspira en cierto modo, esta canción. “No hay nada más extraño que mirarse en un espejo y dejarse engañar”. ¿El espejo nos engaña? Por supuesto. Empiezo por lo obvio: nuestro reflejo esta al revés. Después siguen más percepciones: lo que está ahí, esa cara en el espejo, es solo la luz que golpea en mi cara y el espejo refleja ese juego de luces. Esa imagen está vacía, no tiene mi humor, no tiene mi ruido, no tiene mi temperatura, ni mi olor, ni mi sabor. Es solo una imagen, ese el baile fantasmal, un baile de imágenes. Ese es el temor, estar en la ciudad en donde uno se pierde entre imágenes, en donde uno no reconoce lo cierto porque ya no lo es. Fuera de la seguridad de todos los pactos del saber, quedan las inquietantes dudas.

 
Pero por sobre todas las cosas la canción no quiere despertar temor, Baile Fantasmal nos está seduciendo con esa inquietante melodía. Nos pone a pensar y a bailar. Los Hermanos McKenzie logran que, por un poco más de tres minutos, uno quede enamorado del extrañamiento. Y es la prueba que tengo para sentir que algo nuevo y hermoso le está pasando a la música de estos pagos en estos inciertos días.