1 – Bueno, esto no es fácil, pero voy a ir empezando. Primero: hola a todos, hace rato que no publicaba nada en este blog. El tiempo fue pasando, su marcha es imparable. En su abstracto espacio, todo se va terminando y, a su vez, todo se va iniciando. Hoy les quiero hablar de alguien que ya no está físicamente con nosotros. El domingo pasado murió mi mamá.
2 – Dentro de unos cuantos días se van a cumplir catorce años del fallecimiento de mi papá. Aquel fue un evento repentino. Mi viejo enfermó un 14 de marzo y, tan solo diez días después, se fue hacia lo desconocido. (Ver post del 28 de marzo del 2008)
3 – Tampoco fue sencillo escribir aquel texto, pero, de algún modo, quizás porque pasó bastante tiempo, hoy me parece que no tenía tanto dolor encima al ponerme a escribir aquellas palabras. Tal vez, lo más pesado y arduo del dolor llegó días después, porque sí recuerdo bien que hubo dolor. Mucho dolor, similar a este que me está haciendo lagrimear ahora.
4 – Como este blog básicamente trata sobre músicas (y, sí, también otras cosas, pero casi siempre estoy escribiendo sobre músicas) aquel post en homenaje a Eudoro Eduardo Miguel venía con la letra de una canción de Bark Psychosis. Muchos años atrás, cuando ni siquiera soñaba con tener un blog, se me ocurrió que el mejor homenaje musical para la muerte de mi vieja podría ser la canción “When you were good” de Hail (ver post del 25 de octubre del 2018). Pero una de las canciones favoritas de Celina fue “Café La Humedad” de Cacho Castaña. Por ende, esa canción vendría a ser el mejor homenaje para ella. Esta vez, no voy a escribir ninguna letra. No obstante, sería lindo que vayan a escuchar esa canción. Algunas de las cosas que ella era viven en esas melodías y en esas letras.
5 – “Ella se fue… y mi amor sigue”. Así termina el texto “Ella se fue (¡Gracias, Robert Wyatt, por acompañarme!)” (ver post del 2 de junio del 2009) Sí, algo de eso tiene mi homenaje de hoy. Sin embargo, ese texto de ayer es para otra persona. Ayer no es hoy. Hoy es hoy. Quizás más adelante se me ocurra escribirle algún poema.
6 – Si lo de mi viejo fue rápido, como un flash, lo de mi vieja en cambio fue lento, paulatino. Se fue apagando poco a poco. Yo la acompañé como pude, con mi forma de acompañar. Ojalá eso le haya representado algún beneficio a ella. Yo creo que sí, pero no lo sé. Voy camino a cumplir 47 años, es mucho más lo que no entiendo que lo poquito que sí. Tal vez vos te sentís igual que yo.
7 – Murió mi mamá. Aquí y allá, yo ya les había hablado de ella: cuando hablé sobre futbol, dedicándole alguna fonola. De hecho, ella es la autora de mi apodo. Yo publico en este blog con el seudónimo “Maco”, bueno, ella lo inventó, cuando yo era un bebé, allá por 1975.
8 - ¡Cuánto te amé y cuanto te odié! ¡Lo que tuve que sufrir y lo que pude aprender! ¡Lo que te voy a extrañar! ¡Todo lo que vos tuviste que sufrir, mamá! ¡Y todo lo que disfrutaste! Te dije “Gracias por todo” varias veces, creo que te diste cuenta que te lo decía a todo corazón, te lo decía de verdad. Y me perdonas. Y te perdono. Y te quiero mucho. Y ojalá seas un ángel feroz, conviviendo con todos los otros ángeles que ya nos habían dejado antes.
9 – Ah y unas ultimas cosas: nunca me tengo que olvidar que te tengo que llamar y que te tengo que avisar que llegue bien a casa. Pero nunca te preocupes, que Maco va a estar bien, siempre va a estar bien, es un poco pelotudo, pero va a estar bien.