1 – Había una vez un blogger que quería pasarse de listo y
andaba con ganas de escribir un post que combinase comentarios acerca del disco
“Discutible” de Los Babasónicos y los hechos e interpretaciones sobre el
Copamiento del Cuartel de La Tablada del día 23 de enero de 1989. Parecían
encajar perfectamente e iban a llamar la atención esas palabras yendo y
viniendo de un evento artístico a un evento político. Porque el disco me gusta
muchísimo. Porque pasaron 30 años de lo de La Tablada. Pero ese blogger, que
vengo a ser yo, no pudo hacerlo. Este post es una suerte de relato de ese
fracaso.
2 – Paso. Durante semanas, incluso meses, estuve escuchando
el disco de Babasónicos del 2018 y viendo un documental sobre lo de La Tablada
que se llama “Tablada-El final de los setentas” de Fabián Agosta del 2010.
Aunque sea delirios míos, inducidos por la ingesta de sustancias tales como
fideos con tuco o arroz con revuelto, yo aun creo ver claras conexiones entre
esas letras y algunas de las declaraciones de los implicados en el hecho. De
hecho, para dar por concluido el tema de mi parte, se me ocurrió escribir este
post para pasarles la posta a ustedes, lectores. Les queda de tarea para el
hogar: buscar las conexiones racionales y emocionales entre ambas experiencias,
en este caso, un disco y una toma. Sin ir más lejos, creo que los flacos del
MTP y los flacos de la banda comparten las mismas edades. De hecho, en aquel
1989 los Babasónicos ya andaban en proyectos musicales, aunque no con el mismo
nombre de estos días ni con el mismo estilo de música. ¿Y qué tal si se
tratasen de formas similares de idas y vueltas con los grupos sociales pero por
distintos medios? Sí, muy delirante todo, pero hay que pensarlo para luego
descartarlo.
3 – Peso. Faltan pesos en mi bolsillo y hay pesos que han
complicado la marcha hacia la escritura del post. No tengo el libro “La Tablada
A vencer o morir” de Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Fui a averiguar cuánto
costaba y estaba medio caro. Porque el documental está muy bueno pero deja
varias cosas sin aclarar. Ejemplo: en un momento uno de los pibes que coparon
La Tablada le dice a uno de sus compañeros que tenía sed. El compañero va a
buscar algo de beber y le trae una
gaseosa. ¡Una gaseosa! ¡En el medio de alta balacera! Y, luego, leyendo en
Wikipedia, me entero que ellos habían irrumpido dentro del cuartel con un
camión robado de transporte de bebidas. Y ahí tuvo más sentido ese relato. El
documental está hecho con la idea de quien lo está viendo ya tiene varios datos
en mente sobre lo sucedido. Además, todas las fuentes que consulte no logran
ponerse de acuerdo sobre cuántos fallecieron, ya sea en combate o luego
asesinados (una vez que se habían rendido, desarmados). Con tantos pesos
costaba dar pasos y entonces sobrevino la parálisis. Y este post es un
exorcismo. La forma en la que plasmar algo para seguir en otros escritos. Esto
más adelante quizás se resuelva mejor.
4 – Piso. Más sano que estar escribiendo esto en soledad,
para que termine leyéndolo yo solo, sería ir a charlar con los implicados.
Establecer un piso. Que me discutan. Porque yo no hago canciones, yo no milito
en ninguna organización ni política ni social. Pero como cada quien en cada
sitio, escucho canciones y veo documentales y sospecho que uno podría sacar
algo en claro que fuese útil para salir adelante. Sin ser las gentes dentro de
un cuartel, armas en mano. Sin ser las gentes dentro de un escenario,
instrumentos musicales en mano. Somos la gente presenciándolo. Podríamos ocupar
un rol más activo en estos asuntos.
5 – Pozo. ¡Pero qué difícil se hace todo dentro del
miserable pozo en el que caímos todos hace ya 4 años! El macrismo no dejo nada
positivo. Ya están a punto de marcharse, pero el daño quedo instalado. Y salir
de este pozo va a costar mucho esfuerzo. Y todo lo discutible fue a parar a un
pozo y también metieron dentro de un pozo el homenaje a los hechos, cuando se
cumplieron 30 años. Yo tenía 13 años cuando pasó lo de La Tablada. Lo vi por
TV. Tuve los hechos ahí nomas y hasta el día de hoy ni siquiera se me había
ocurrido pensarlos aunque sea un poco.
6 – Puso. Yo creo que se equivocaron, que esa no era la
forma de encarar las cosas. El pueblo al que ellos decían representar no los
acompañó. Ni antes, ni durante, ni después. Pero eso no es lo más importante
que hay que aprender de La Tablada, ni de las letras de los Babasónicos. En uno
de los testimonios, uno de los flacos rescató que ese copamiento subrayó la
necesidad de los individuos de tomar acciones, más allá de lo que los políticos
decidan. Que la gente también decide o que debe decidir, más allá de tan solo
votar. Ella/Él puso una teoría en práctica. Ellos hicieron algo, mal, pero lo
hicieron. Puso las cosas en orden aunque luego ese orden resultó inviable. Pero
ponerse a realizar en el medio de tanta falta de acción, acomodados como
estamos al consumo cultural (sin que importe si consumís “mainstream” o
radicalismo ideológico envasado al vacío), es ya un avance. Una sociedad
formada por individuos ocupados en su auto observación narcisista solo genera una
frustrante y confusa bola de tranquila violencia. Una violencia que devora
nuestras cosas hermosas. Una inhumanidad que hay que evitar que siga creciendo.
7 – Quiero terminar con Los Babasónicos. En una canción
Adrian Dárgelos canta: “no soy un premio para nadie”. Pregunta: entonces, ¿hay
alguien que es un premio para alguien? ¿Y qué pasaría si nos premiamos los unos
a los otros con vivencias comunitarias igualitarias?