Monday, July 30, 2018

Metabolist – Hansten Klork (1980)


“Que el legado más radical del post punk descansa en bandas tan oscuras como Metabolist, The Pop Group, Deep Freeze Mice o The Good Missionaires.” Norberto Cambiasso en Esculpiendo Milagros Número 3 página 24 Octubre 1993 Argentina.
“Otros ejemplos de los vestigios psicodélicos en la música inglesa actual son más musicales y profundos, caso de Metabolist, un grupo industrial muy interesante y actualmente desaparecido, que se descuelgan con su único LP con un pedazo en el más genuino desarrollo a la Pink Floyd.” Adolfo Marín – La Nueva Música Del Industrial al Tecno-Pop página 153 1984 Ediciones Teorema España.
En 1993 me entere que este grupo existía, trece años después de los hechos. Años más tarde, en el 2002 para ser más preciso, me compre el libro de Marín. Era un libro usado pero me lo cobraron a precio de nuevo en una librería de la calle Corrientes. Me pareció injusto el día que gaste mis dineros pero luego cambie de opinión. El libro aún hoy sigue tan nuevo como en 1984 y en el 2002 también.
El 31 de enero de 2008 tuve mi copia de este disco. Me lo bajaron de Internet a pedido mío, yo le dejaba una lista de discos buscados a un tipo y semanas después abonaba y retiraba lo que habían logrado bajar. En un post del 10 de enero de 2009 yo hable de este disco, nombrándolo en la lista de los mejores discos que había escuchado en el 2008. Por esta razón no nombre ninguna canción de ellos cuando arme las Fonolas un tiempo atrás.
Este fue el único disco que ellos editaron en su propio sello discográfico, en vinilo. También editaron dos casetes. Hoy por hoy, llueve información a cántaros por Internet. El dios Google ha dejado todo lo que se editó y lo que no también al alcance de un clic. Con ir a Discogs y con ver la primera página de búsquedas que te tira la compu ya hay todo lo que necesitas saber. Esta híper accesibilidad más que ayudar perjudica. En la escasez de ayer uno terminaba ejercitando más la imaginación y cultivando la paciencia de las enormes esperas. Había mucho más deseo de escuchar. Hoy hay más acumulación de archivos que ejercicios de reelaboración.
El disco original tenía 7 canciones, la reedición japonesa del 2007 traía 6 bonus tracks. Este es el material que me bajaron, el cual dejaba al oyente con casi todo lo que Metabolist había publicado entre 1979 y 1981.
Cuando Marín cita a Pink Floyd tenía en mente al grupo durante la era de Syd Barrett, los mejores días de 1966-1967, cuando el grupo derramaba lujosas músicas psicodélicas. Aquella alucinógena herencia, sumado a algo del Rock In Opposition y a algo de la música industrial de Cabaret Voltaire y el kraut rock de Faust y Neu! dan como resultado las canciones de Metabolist. A este coctel de milagrosas influencias tenemos que sumarles el dub jamaiquino de King Tubby y otros y las exploraciones de Pere Ubu en U.S.A. Es música rock, es cierto. Pero es rock hecho por gente informada que trabajaban para sonar lo más personal que pudiesen. Lo que ellos lograron es ciertamente asombroso.
Track 11 “Identify” a los dos minutos y medio un puente de misterio sonoro entre la marcha post punk antes y después. Track 1 “Curly Wall” nueve minutos treinta de duración. Arranca firme y bailable, el uso del saxo para remarcar el avance. A los dos minutos 43 segundos todo cambia, la base gana aun más presencia, estamos en territorio menos amigable. Un falso final a los 8:32 minutos y luego más marcha. Track 2 “Alien On Sunday” con los trucos sonoros de P.I.L. era Second Edition. La influencia de Chrome, incluso. Esta canción es pop por momentos. Track 3 “King Quack” y su aire a Henry Cow. El delicado desconcierto de “Lights”, el track 4. Con estas músicas hay terreno de sobra para ponerse a pensar. El inicio genial de “Hoi Hoi Hoi”, el track 5. No tengo forma de poder saberlo, al menos por el momento, pero creo haber escuchado esto en Cemento. El dj de Cemento Eduardo Krumpholz en los primeros noventas tenía algún tipo de vinculo con EE.MM (incluso escribió su lista de los mejores discos de 1992 en el número 4 de febrero de 1993, cuando aun eran “Escupiendo” en vez de “Esculpiendo”) y algunos de aquellos primeros números de la revista aparecieron exhibidos cierta vez en aquel boliche. Yo esperaba leer algo acerca de esta conexión en el libro de Nicolás Igarzábal sobre Cemento pero no fue así. El más misterioso “Merchandise”, que se me antoja una puesta en escena sonora de una desconfianza radical hacia los beneficios de lo mercantil. Lo tribal en el track 7 que le da título al disco. El sonido del agua. Lo electrónico y lo industrial en “Dromm” (también el nombre de su label), el track 8, el primer tema de la tanda de temas extras. El complejo trabajo con cintas, fuentes sonoros y efectos de grabación al estilo “estudio de grabación como instrumento musical” del tema “Slaves”. Y más misterio aun en “Eulam’s Beat”, cuyo engañoso título nos haría esperar algo rítmico como ellos hicieron en otros tracks de este estupendo disco. “Le Grand Prique” cierra el disco, este tema apareció originalmente en un “split” con la banda Die Form.
Hubo una coyuntura particular de circunstancias político económicas y socioculturales para que aparezca un disco así. Y todo resultó desfavorable para que el grupo se volviese al menos más conocido de lo que fue. Hoy todo es distinto, no hace falta pedirle a los grupos de hoy que homenajeen a este disco de ayer pero sí se les puede pedir que construyan algo tan personal y desafiante como esto.
Hasta el momento no me tome el trabajo de averiguar de dónde venían los músicos de esta banda y que fue de sus vidas luego de Metabolist. Si Drömm Records publicó algo más aparte de ellos. Que perseguían con el diseño gráfico de sus discos en “Suprematist style”.
A 38 años de distancia de aquellos eventos, hoy suena raro que esto siga siendo un secreto para las mayorías. No tendría que ser necesario ser un excavador de las pirámides del “industrial” para dar con este tesoro. “Hansten Klork” es la prueba más convincente de que el rock podría ser movilizante y no tan solo entretenido.