“Que el legado más radical del post punk descansa en bandas
tan oscuras como Metabolist, The Pop Group, Deep Freeze Mice o The Good
Missionaires.” Norberto Cambiasso en Esculpiendo Milagros Número 3 página 24 Octubre
1993 Argentina.
“Otros ejemplos de los vestigios psicodélicos en la música
inglesa actual son más musicales y profundos, caso de Metabolist, un grupo
industrial muy interesante y actualmente desaparecido, que se descuelgan con su
único LP con un pedazo en el más genuino desarrollo a la Pink Floyd.” Adolfo
Marín – La Nueva Música Del Industrial al Tecno-Pop página 153 1984 Ediciones
Teorema España.
En 1993 me entere que este grupo existía, trece años después
de los hechos. Años más tarde, en el 2002 para ser más preciso, me compre el
libro de Marín. Era un libro usado pero me lo cobraron a precio de nuevo en una
librería de la calle Corrientes. Me pareció injusto el día que gaste mis
dineros pero luego cambie de opinión. El libro aún hoy sigue tan nuevo como en
1984 y en el 2002 también.
El 31 de enero de 2008 tuve mi copia de este disco. Me lo bajaron
de Internet a pedido mío, yo le dejaba una lista de discos buscados a un tipo y
semanas después abonaba y retiraba lo que habían logrado bajar. En un post del
10 de enero de 2009 yo hable de este disco, nombrándolo en la lista de los
mejores discos que había escuchado en el 2008. Por esta razón no nombre ninguna
canción de ellos cuando arme las Fonolas un tiempo atrás.
Este fue el único disco que ellos editaron en su propio
sello discográfico, en vinilo. También editaron dos casetes. Hoy por hoy,
llueve información a cántaros por Internet. El dios Google ha dejado todo lo
que se editó y lo que no también al alcance de un clic. Con ir a Discogs y con
ver la primera página de búsquedas que te tira la compu ya hay todo lo que
necesitas saber. Esta híper accesibilidad más que ayudar perjudica. En la
escasez de ayer uno terminaba ejercitando más la imaginación y cultivando la
paciencia de las enormes esperas. Había mucho más deseo de escuchar. Hoy hay
más acumulación de archivos que ejercicios de reelaboración.
El disco original tenía 7 canciones, la reedición japonesa
del 2007 traía 6 bonus tracks. Este es el material que me bajaron, el cual
dejaba al oyente con casi todo lo que Metabolist había publicado entre 1979 y
1981.
Cuando Marín cita a Pink Floyd tenía en mente al grupo
durante la era de Syd Barrett, los mejores días de 1966-1967, cuando el grupo
derramaba lujosas músicas psicodélicas. Aquella alucinógena herencia, sumado a
algo del Rock In Opposition y a algo de la música industrial de Cabaret
Voltaire y el kraut rock de Faust y Neu! dan como resultado las canciones de
Metabolist. A este coctel de milagrosas influencias tenemos que sumarles el dub
jamaiquino de King Tubby y otros y las exploraciones de Pere Ubu en U.S.A. Es
música rock, es cierto. Pero es rock hecho por gente informada que trabajaban
para sonar lo más personal que pudiesen. Lo que ellos lograron es ciertamente
asombroso.
Track 11 “Identify” a los dos minutos y medio un puente de
misterio sonoro entre la marcha post punk antes y después. Track 1 “Curly Wall”
nueve minutos treinta de duración. Arranca firme y bailable, el uso del saxo
para remarcar el avance. A los dos minutos 43 segundos todo cambia, la base
gana aun más presencia, estamos en territorio menos amigable. Un falso final a
los 8:32 minutos y luego más marcha. Track 2 “Alien On Sunday” con los trucos
sonoros de P.I.L. era Second Edition. La influencia de Chrome, incluso. Esta
canción es pop por momentos. Track 3 “King Quack” y su aire a Henry Cow. El
delicado desconcierto de “Lights”, el track 4. Con estas músicas hay terreno de
sobra para ponerse a pensar. El inicio genial de “Hoi Hoi Hoi”, el track 5. No
tengo forma de poder saberlo, al menos por el momento, pero creo haber
escuchado esto en Cemento. El dj de Cemento Eduardo Krumpholz en los primeros
noventas tenía algún tipo de vinculo con EE.MM (incluso escribió su lista de
los mejores discos de 1992 en el número 4 de febrero de 1993, cuando aun eran
“Escupiendo” en vez de “Esculpiendo”) y algunos de aquellos primeros números de
la revista aparecieron exhibidos cierta vez en aquel boliche. Yo esperaba leer
algo acerca de esta conexión en el libro de Nicolás Igarzábal sobre Cemento
pero no fue así. El más misterioso “Merchandise”, que se me antoja una puesta
en escena sonora de una desconfianza radical hacia los beneficios de lo
mercantil. Lo tribal en el track 7 que le da título al disco. El sonido del
agua. Lo electrónico y lo industrial en “Dromm” (también el nombre de su
label), el track 8, el primer tema de la tanda de temas extras. El complejo
trabajo con cintas, fuentes sonoros y efectos de grabación al estilo “estudio
de grabación como instrumento musical” del tema “Slaves”. Y más misterio aun en
“Eulam’s Beat”, cuyo engañoso título nos haría esperar algo rítmico como ellos
hicieron en otros tracks de este estupendo disco. “Le Grand Prique” cierra el
disco, este tema apareció originalmente en un “split” con la banda Die Form.
Hubo una coyuntura particular de circunstancias político
económicas y socioculturales para que aparezca un disco así. Y todo resultó
desfavorable para que el grupo se volviese al menos más conocido de lo que fue.
Hoy todo es distinto, no hace falta pedirle a los grupos de hoy que homenajeen
a este disco de ayer pero sí se les puede pedir que construyan algo tan
personal y desafiante como esto.
Hasta el momento no me tome el trabajo de averiguar de dónde
venían los músicos de esta banda y que fue de sus vidas luego de Metabolist. Si
Drömm Records publicó algo más aparte de ellos. Que perseguían con el diseño
gráfico de sus discos en “Suprematist style”.
A 38 años de distancia de aquellos eventos, hoy suena raro
que esto siga siendo un secreto para las mayorías. No tendría que ser necesario
ser un excavador de las pirámides del “industrial” para dar con este tesoro. “Hansten
Klork” es la prueba más convincente de que el rock podría ser movilizante y no
tan solo entretenido.