1 – El domingo 15 de enero me entere que murió Mark Fisher. Había
fallecido 2 días antes. Si en Wikipedia no me engañaron, el escritor se
suicidó. Quedaron su esposa y un pequeño hijo sin su presencia. Hasta hace poco
estaban recaudando fondos para ayudarlos. Al principio me sentí desorientado al
enterarme, luego me entristecí y por último me enoje mucho con él.
2 – Me desoriente. Nunca espere leer algo así al visitar el
sitio Pitchfork Media. Estaba buscando el “Top 50 Albums of 2016” y me topé con
esta noticia. A los días me puse a buscar obituarios en el blog de Simon
Reynolds. Todos parecían desorientados y tristes como yo, no parecían enojados.
3 – Me entristecí. Este blogger, también conocido como
K-punk, fue nombrado un par de veces en revistas y libros publicados en
Argentina. La editorial Caja Negra editó una recopilación de artículos de
Reynolds llamada “Después del Rock” en 2010. El prólogo lo escribió Pablo
Schanton. En la página 18 del mismo, Pablo lo presenta como discípulo y crítico
de ciertas decisiones del maestro Simon. Luego Fisher fue entrevistado, a
través de e-mail, por Amadeo Gandolfo y
Darío Zapata (dos tercios del blog “El Baile Moderno”). Dicha entrevista fue
publicada por la revista Crisis, número 6 (agosto y setiembre de 2011). Más
tarde, la misma editorial Caja Negra publicó “Realismo Capitalista” y
“Jacksonismo”, una recopilación de ensayos acerca de la vida y obra de Michael
Jackson. Yo me baje en un archivo pdf “Capitalist Realism” en agosto de 2014
pero aun no lo leí.
4 – Me enoje mucho con él. Yo sé que suena a chiste pero no
nos pidió ningún permiso para matarse. ¡Que arrogante! ¿Cómo podría no
interesarle que todos los demás íbamos a quedar de este lado extrañándolo,
extrañando sus escritos? Yo no lo conozco, no lo leí. Pero era joven, creo que
andaba por sus 47 o 48 años. Yo esperaba leer mucho más de él. Quería leer
“Capitalist Realism” a las sombras de más y nuevas reflexiones sobre el mismo
tema u otros temas. Pero ya no.
5 – Mark Fisher se suicidó. Sus fantasmas le ganaron. Esos
mismos fantasmas que él mismo describió en su obra. Tuvo la lucidez de
identificarlos y el coraje de combatirlos. Pero, parece, con la inteligencia y
la fuerza no alcanza. Faltó algo más. Chicas y chicos, cuidado con sus
fantasmas. Cuidemos la cabeza, cuidemos
la salud, cuidemos a quienes queremos.
6 – Ante su presencia, pensé en darle más chances a que
enriquezca y amplíe sus ópticas. Ante su muerte no supe bien a quien recurrir.
Hablé con mi terapeuta, le mande archivos de, y acerca de, él a un amigo. Y,
por último, fui a otros autores. “(…) la inteligencia trasciende el cuerpo que
alguna vez la contuvo y se perpetúa en escritos firmados por esa misma
inteligencia.” Esta cita es de Rodrigo Fresán escribiendo sobre C. E. Feiling
en la página 8 del libro “Con toda intención” de Feiling (2005). Por lo tanto,
la inteligencia no era Fisher, la inteligencia es Fisher.
7 – “(…) ¿Por qué el suicidio va a tener que ensuciar todo
su pasado? Pero tendemos a ver las cosas así: si alguien se suicida, es como si
toda su vida fuera una tragedia. (…) Pero no es así. Lo que vivió, lo vivió.”
Página 198 de “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero (2013). Acá Rosa habla de John Berger quien escribió
sobre su médico rural amigo John Sassall, en 1999: “John, el hombre a quien
tanto quise, se suicidó. Y, en efecto, su muerte ha cambiado la historia de su
vida. La ha hecho más misteriosa. Pero no más oscura. No es menos luminosa
ahora: simplemente su misterio es más violento”. Hoy estamos ante la violenta
presencia del misterio de Mark Fisher, alias K-Punk.
8 – “Realismo Capitalista” empieza con una severa
aseveración: somos más capaces de imaginarnos el fin del mundo antes que el fin
del capitalismo. Puede que tenga razón. Pero es una idea desalentadora. Este
quizás sea el motivo por el cual ayer nunca leí este libro que tengo en inglés.
Aun hoy sigo sin leerlo. Pero el supuesto desaliento del pensador no debería
conducir al seguro desaliento de un potencial lector.
Pongamos en la mesa de debate a este autor también. Puede
que todo se ponga mucho más interesante.