Aunque la génesis de este blog está conectada a un programa
de radio (Mal Elemento), recientemente me quedó la sensación de que le dedique
poco espacio a la radio, y su influencia en mi formación como oyente, en
Significados Invisibles. Nunca dude en mencionar revistas y libros que me
abrieron la cabeza a un mundo de música aún no del todo asimilada. Pero las
emisoras de FM también aportaron lo suyo. El puntapié inicial que motivó este
post fue una breve charla que tuve con mi sobrino Mariano y su sorpresa cuando
le dije que escuchaba la Rock and Pop tiempo atrás. A mí me tomó por sorpresa
que él desconocía el dato y de inmediato me di cuenta que yo escuchaba la Rock
and Pop en el año en que él nació (1992). En realidad ya venía escuchándola de
antes pero fue 1992 el año que me marcó y paso a contar porque. Pero antes
quiero agregar que en mayo de 1992
también apareció el primer número de Escupiendo Milagros aunque yo me enteré de
que la revista existía para fines de ese mismo año. Veinte años después estoy
escribiendo este repaso pensando si hoy
hay algo allá afuera que produzca la misma conmoción a un pibe de 17
años, que es la edad que yo tenía en aquel entonces. Escribo con la sospecha de
que hoy ya no se leen revistas como EE.MM ni se escuchan programas como el
London Calling pero también creo que estoy equivocado. ¡Ojala que esté
equivocado!
Erase en el inicio un casete virgen
La cosa era así: en nuestra familia no teníamos el dinero
suficiente para afrontar un consumo cultural frondoso como al que aspiraban mis
hermanos y yo. Si había una música que te gustaba, te conseguías un casete
virgen y grababas de la radio aquellas melodías que nuestra magra fortuna
volvía imposibles de conseguir. Y así lo hicimos. Escuchar la FM era una operación
de inescrupulosa piratería benevolente. No había ningún comercio involucrado,
solo el placer de obtener mágico elixir directo desde el éter. Si mal no
recuerdo yo me sume al operativo escuchar allá por el ’85-’86. Buscaba rock
nacional, dándole a la perilla del dial y recorriendo todas las emisoras,
inclusive aquella lejana 106.3 MHz (Rock and Pop) que en aquellos tiempos
debutaba y solo pasaban música y un locutor luego anunciaba que habían pasado.
Pero yo empecé a prestarle más atención a la Rock and Pop allá por el ’90 y me
hice adicto para el ’92. Pero mucho antes de la adicción recuerdo haber
escuchado retazos de programas de radio tales como El Tren Fantasma (con el gran Omar
Cerasuolo), Submarino Amarillo y
Feedback entre tantos otros que ya
no recuerdo. También estaba el programa de rock nacional que tenía Gloria Guerrero por la FM del
Plata. Aun hoy recuerdo la programación
de la FM 100 en 1988 y la Z95 en 1989 (el año del volantazo hacia el tecno pop
y el rock anglosajón). Y los programas de
los inicios de los noventas en la Rock and Pop: Hora 25 de Jorge Lanata,
Subí que te llevo de Bobby Flores, los programas de Mario Pergolini (en aquellas pretéritas
eras aún se lo podía escuchar, para mediados de los noventas dejé de darle bola
y luego se volvió insoportable para mí). ¡Como cambian los tiempos! Luego la
pedantería de Flores en el Levis
Midnight circa 1995 y la insondable estupidez del Lanata anti kirchnerista
han convertido a ambos conductores en personajes impresentables. Está claro que ambos parecían más inclinados a
reflexionar en el pasado, en la actualidad esto ya no es así. Más programas: Con algunas cosas claras, el Clásico de Clásicos, etc.
1992
La dieta radiofónica de 1992 no tenía desperdicio pero justo
ahora acabó de acordarme de que en 1991 encontré en la FM Metropolitana el
programa Gira Mágica y Misteriosa de
Julio Alberto Guichet y justo
estaban pasando los seis minutos y pico de “Light My Fire” de The Doors ¡y a mí
se me incendió la mente! Luego seguí al periodista en su programa HistoRock todos los domingos a la hora
de la siesta, creo. Retomo el ’92: la entrada era el programa Música, Maestro los viernes a la noche
(rock y pop de los ochentas, principalmente). Continuaba con el programa que
tenía Fabián Couto los sábados a la
noche cuyo nombre no puedo recordar (rock y pop de fines de los setentas,
principalmente, y recetas de tragos). El plato principal era London Calling los domingos al
anochecer (gothic, dark, indie rock) y el postre Piso 93 los domingos a la noche conducido por el Rafa Hernández y musicalizado por
genios de la talla de Alfredo Rosso
y Claudio Kleiman (casi siempre
programando perlas desconocidas de todos los tiempos) y el Gavilán Pérez a los teléfonos. Los cuatros programas de radio de
los fines de semana de la Rock and Pop en 1992 representaron una de las cumbres
culturales que me tocó vivir. Aun atesoro aquellas cintas con esas músicas
encontradas en ese páramo mágico en la radio en medio de un panorama nacional
desolador (pleno neoliberalismo menemista). De hecho, aun sigo sin saber el
nombre del intérprete y canción de una de las melodías favoritas que le robé al
London Calling. Aun sigo escuchando la canción y me preguntó ¿y estos quienes
carajo son? Mis otras dos Grandes Dudas Musicales (dos canciones de las cuales
no se su nombre ni quien canta) me las plantó en la cabeza Marcelo “La
Criatura” Pérez que me pasó un casete que también él grabó de la Rock and Pop
más o menos en la misma época pero él me lo pasó para el ’95 o ’96, creo.
Cambio de panorama
Para mediados de los noventas la FM Rock and Pop se partió
en dos: por un lado la Rock and Pop en el dial en el que sigue permaneciendo
hasta la actualidad y FM La Rocka en el 106.3. Yo seguí fiel a esta última
frecuencia modulada hasta que La Rocka se disolvió. Allí se podían escuchar Mundo Feliz, Mamá Paga, Quemen los
Bosques y mi programa de radio favorito Exótica (sábados a la noche, músicas de variados estilos y
procedencias). Más o menos en la misma época estaba la FM Radioactiva (106.9
MHz) con un excelente programa de radio conducido por Rosso y Pipo Lernoud
llamado La Mano (sí, tal cual la
revista del 2004-2010) con músicas de todas las eras y estilos, en varias
ocasiones música a descubrir. Me apuro a escribir que tengo un mar de desmemoria
con respecto a que programas de radio escuche a fines de los noventas pero sí
recuerdo haber renovado mi pasión con un programa llamado Ola que iba los sábados a la noche y era musicalizado por Pablo Schanton (música electrónica y
demás exquisitas ramificaciones). Este programa era básicamente música luego
anunciada por un locutor en el año 2000, al año siguiente el formato cambió
pero yo ya no lo seguí con tanto fervor como antes. Este programa iba por la FM
Supernova (96.7 MHz) en aquel año 2000, un dial donde también cohabitaban otros
grandes programas de radio hechos por periodistas: el programa de Sergio Marchi, el de Fernando García (con invitados que
musicalizaban y hablaban de sus elecciones), el de Martín Pérez, etc. Cuando se acabó el gobierno de De La Rúa, se
acabó Supernova.
En una casa donde solo hay un equipo de audio
Para el 2002 no recuerdo haber escuchado radio y en el 2003,
cuando me mude a vivir solo, no hacía otra cosa que escuchar radio porque no
tenía TV. Fue en esa emocionante ocasión que me encontré con el programa Mal Elemento por la Rock and Pop (fue
en varios horarios pero mis mejores recuerdos los tengo de los sábados pasada
la medianoche). Música nueva, y no tanto, programada por Alejandro Lingenti, Hernán
Ferreiros y Pablo Strozza con
musicalizadores invitados de vez en cuando. Recuerdo con mucho cariño un
programa que iba también por la Rock and Pop los sábados a la tarde conducido
por Elizabeth Vernaci dedicado a un
tema en particular y musicalizado con canciones que se referían al mismo tema.
Recuerdo que para un sábado de diluvio pasaron un programa dedicado a la lluvia
y a mí me quedo la sensación de que grababan antes los programas y luego
elegían que pasar de acuerdo a como andaba el día. También estaban los pibes de
Apagá la Tele y los pibes de Inrocks and Pop (la revista
Inrockuptibles en la radio). El Gran Rosso
hacía La Casa del Rock Naciente los
domingos. Y para el 2004 apareció la FM Kabul (107.9 MHz) que fue mi último
enamoramiento con la FM hasta la fecha. Ya ni me acuerdo cuando es que Kabul se
hizo humo. Volviendo a la Rock and Pop creo que fue para el 2007 que se
decidieron a quitar todos los programas más “minoritarios” y entonces los Mal
Elemento se mudaron a la FM de la Universidad de La Plata, que yo nunca logre
enganchar acá en Moreno y nunca pude acostumbrarme a la idea de escuchar FM por
Internet (será cuestión de hacerse a la idea, tan mal no puede estar, ¿no?).
Desde aquel 2007 hasta nuestros días no pude, y no supe, encontrar algún
programa de radio que seguir con entusiasmo.
This is the
end, beautiful friend
En este post hay varias omisiones, acabo de recordar que
olvide nombrar al Tom Lupo Show que
pasaba muy buena música under pero a veces era demasiado psicodélico (léase
inconsistente, fuera de foco) para mi gusto. También está la FM Contemporánea
(creo que de la zona de San Miguel) que pasa música electrónica a veces
excelente. Además la omisión más importante que se me olvido mencionar: hace
más de diez años que deje de necesitar grabar canciones de la radio. Las nuevas
tecnologías y las nuevas redes de comunicación alteraron mi consumo cultural de
manera radical. Por esa razón no ocupo mi ocio sentado al lado de la radio,
leyendo algo mientras escucho atento la aparición de aquellas músicas que uno
anhelaba. Pero Schanton y la revista Rock de Lux tienen razón en señalarnos que
esta excesiva cantidad de información viene acompañada de una marcada falta de
criterio y selección. Otra vez insisto con mi obsesión con el recorte. ¡Por
favor, que el recorte nos pertenezca! ¡Quiero volver a escuchar programas de
radio que defiendan y auspicien lo nuevo y lo novedoso! ¡Quiero volver a leer
revistas donde la opinión sea independiente y tenga más peso que la
información! Y seguiré insistiendo en que depende de nosotros el ir cambiando
este panorama.