En el número 68 de La Mano (noviembre del 2009), Alfredo Rosso publicó una nota sobre sellos indies. Uno de esos sellos en cuestión es Domino. En aquella nota el periodista entrevistó a Laurence Bell, el dueño del sello antes mencionado, le pidió que elija sus discos favoritos del 2009 y el muy bribón eligió tres que su sello había editado. Los discos eran Merriweather Post Pavilion de Animal Collective, Bitte Orca de The Dirty Projectors y Two Dancers de Wild Beats. Aparte de reconocer el autobombo de Bell, también quiero decir que estoy cien por cien de acuerdo con el muchacho. ¡El tipo editó discazo tras discazo! Ya hable antes de los discos de Animal Collective y The Dirty Projectors, hoy le toca a Wild Beasts.
El lujo sonoro de Wild Beasts me recuerda a grupos tales como Arab Strap o Broken Social Scene. Estas músicas laten en mi frente mientras voy caminando a encontrarte, imprevista. Me cuesta respirar, paso tras paso me acercó a tu cuerpo pequeño de hembra dulce. El otoño está más hermoso que nunca. La travesura de tu blusa marrón tirada en el piso. Tus ojos, la belleza indescriptible del ritmo de tu pecho.
Este 2010 me dejó, hasta ahora, dos eventos culturales que me conmovieron en lo más profundo: uno es la película Mary and Max, el otro, este disco.
Mis hits en este disco: The Fun Powder Plot, Hooting and Howling, We Still Got The Taste Dancing On Our Tongues, This Is Our Lot, The Empty Nest: ¡¡¡5 de 10 canciones!!!
Aun tenemos el gusto bailando en nuestras lenguas: todo empieza en una idea pícara que muta en abrazo hondo. Es un hombre siguiendo un colectivo en su bicicleta adivinándola, viéndola mientras ella lo mira. Es un sueño y las ganas de retomar las clases de salsa: Dos bailarines. Son trucos inconfesables, notas de piano como el secreto bajo la lluvia. Música de ritmo de la luz tersa. El pelo que siempre te acomodas cuando me ves.
No está de más decir que muchas publicaciones señalaron a estos tres discos como parte de lo mejor del año pasado. Y más allá de cualquier unanimidad o polémica, estos tres discos están llenos de sonidos milagrosos, de un prodigio sonoro que te invito a descubrir.
¡Qué bueno este amor sobrio! Ser soberanos de nuestras caricias, dejar que el tiempo pase, sin molestarse a correr las cortinas de la mañana por un ratito, tan perdido en tu tibieza. Ser en ella algo que no conocía. Empezar a sentir como se desarman, lentas, mis sospechas de ayer. Seguir con sus ojos otro camino.