1 – No fue cosa fácil encontrar una canción así. Porque casi nunca me pasa. De hecho, la canción que finalmente termine eligiendo no es un claro ejemplo de eso que reza el título del post. Yo no amo ni odio esta canción. Pero sí hay amor y odio de mi parte por cosas que rodean a la canción. Voy a escribir sobre el tema “No voy en tren” de Charly García.
2 – No es que ame esta creación de Charly García. Simplemente me gusta. Está en el disco “Parte de la Religión”, el cual tiene canciones que me gustan más. Y tampoco la odio porque no es lo suficientemente irritante como para que termine desembocando en ese sentimiento. De hecho, no creo que haya alguna canción que yo odie. Sí existen las que no me gustan y también las que me molestan cuando me encuentro obligado a escucharlas, pero lo que se dice odiar, no me pasa. Yo odio las injusticias, las guerras, el hambre, la explotación y varias cosas más. Odio las cosas que no nos dejan vivir una vida plena y tal cual nosotros queremos vivirla. El odio y las músicas no son cosas compatibles para mí.
3 – Pero, para hacerme las cosas más fáciles de escribir, voy a comenzar por la parte del “odio”. Primero, lo pavote de esa línea “No voy en tren, voy en avión”, le deja las cosas servidas en bandeja a quien quiera bardearlo. Por ejemplo, el Indio Solari en “Todo un palo”. “Yo voy en tren, no tengo donde ir”. Fue muy fácil descansarlo a Charly García y, la verdad, tiene razón el Indio, al menos esta vez. García se tendría que haber detenido a pensar antes de ponerse a grabar la canción. “¿Y qué pasaría si le saco esa línea, que es una cagada, y le pongo algo mejor?” Pero el tipo siguió adelante. Segundo: por lo general, Charly García es mucho más conocido por causas extra musicales que por sus canciones. Si empezas a preguntar, seguro que la gente te hablara de él como el tipo que se tiró a una pileta desde un edificio de no sé cuántos pisos, que el consumo de estupefacientes lo estaba destruyendo, que sus recitales desembocaban en un caos que él mismo iniciaba, como tenía la casa, lo que le fue pasando a su voz. Tercero: él mismo hizo más por su personaje que por su persona, él mismo contribuyó a su fama de loco y dejó de lado la locura creativa de sus canciones, él mismo pasó por etapas oscuras por haberlo decidido así, rodeándose de gente que quería verlo quemarse, solo para poder volverse testigos del auténtico circo del rock sin sufrir ninguna consecuencia por eso. No es cosa grata ver el talento de alguien al servicio del empeoramiento de su forma de vivir.
4 – Para suerte de todos y para gracia de él, ha quedado atrás esa violencia que estuvo a punto de devorarlo y persistió el músico hacedor de canciones. Detrás de La Máquina de Hacer Pájaros, de Seru Giran, de Sui Generis, detrás de una larga carrera solista repleta de preciosas canciones, detrás de tantos nombres e historias, está él. El milagroso creador de cosas tales como: “Canción del dos por tres”, “No soy un extraño”, “Ojos de video tape”, “Tango en segunda”, “No te dejes desanimar”, “Eiti Leda”, “A punto de caer”, “Cuchillos”, “Influencia” y un frondoso etcétera. Detrás de sus robos a Prince y a Lynyrd Skynyrd, había también otras cosas. Si el Flaco Spinetta le cantaba al cosmos y a su humanidad (aun usando materiales extraídos de estilos tales como el tango o el folclore), Charly García siempre les cantó a las gentes de estas tierras extrañas. Sintonizó como pocos la frecuencia en la que se transmiten las contradicciones de estas ciudades argentinas, en donde es bastante la gente que detesta ser lo que es. Por todo eso, lo mío con las músicas de Charly García es amor y gratitud. Lo del odio no me va ni con él ni con nadie. Solo me da fastidio que, de tanto en tanto, el tipo se sale con cosas tales como esa que dice: “No toquen, no quiero que me toquen”, que sí que es una canción fea, mucho más fea que “No voy en tren”. Esta última puede que sea torpe líricamente hablando. Pero su ritmo y melodía no están tan mal, después de todo.
5 – “Yo soy de la Cruz del Sur”.
No comments:
Post a Comment