Monday, November 02, 2020

Como un vientre blanco de ballena

 1 – Hace unos años atrás alguien me pregunto si yo conocía el mar. Quien me preguntaba eso había antes escuchado en la TV a un jubilado que había conocido el mar de grande, que contaba que nunca antes lo había visto. Yo conocí el mar en 1987, cuando tenía 12 años y me fui a Mar Chiquita de viaje de egresados de primaria. Hasta nos metimos al agua y todo. No me pareció nada extraordinaria en aquel entonces y sigo pensando más o menos igual. La arena caliente en las playas del verano no son exactamente mi postal mental ideal de un buen verano. Pero entiendo lo que quieren decir cuando te piden que escribas sobre una canción que te recuerde el mar. Hay una fibra que hay que tocar al ubicar al mar en tu texto. Los poetas ya lo saben.

 

2 – “Se queda oyendo como un ciego frente al mar” cantaba el poeta Luis Alberto Spinetta en su canción “Los Libros de la Buena Memoria” (Invisible, “El Jardín de los Presentes”, 1976). En los noventas yo escuchaba un programa de radio que pasaban rock argentino acompañado de noticias de la época que iban revisitando. No puedo recordar cómo se llamaba el programa y creo que iba por la FM Metropolitana, la señal en FM de la AM Municipal. Pero sí recuerdo que pasaron una grabación pirata de Claudia Puyó. Es una grabación casera donde se la escucha a ella hacer una introducción sobre que canción va a tocar y luego tocarla con la guitarra criolla y cantarla. Era esa canción que les nombre más arriba.  No sé si antes o después de este hecho, el Flaco Spinetta le pasó “Viento Del Lugar” para que ella la grabe en su debut de 1985 llamado “Del Oeste”.

 

3 – Hay varias canciones con sonidos del mar incluido, por ejemplo: Bongwater y su “Free Love Messes Up My Life” o Bark Psychosis y su “I Know” por citar un par de ejemplos que adoro. Pero elijo quedarme con “Viento Del Lugar” porque yo lo escuche solo dos años antes de ver el mar en vivo y en directo. Y también porque tiene ese audio de ballenas cantando al inicio.

 

4 – Dicen que, en la oscura noche, el mar suena como un monstruo. También me imagino que, en invierno, el mar debe ser sobrecogedor. Más aún si combinamos el rugir de las aguas con un cielo gris que derrama nieve. En ese marco el mar deviene poético por espeluznante. Para esos marcos y para el profundo sin luz de los océanos, “Viento Del Lugar” por Claudia Puyó.

 

 

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