“Una tradición (la del pop inteligente) que
se abría paso a principios de los 80s con el pop minimalista de los Young
Marble Giants (…), tenía su camino ascendente en la etapa intermedia de Scritti
Politti (…), llegaba a la cima con los tres primeros discos de The Associates.
Finalmente, hacía un curioso quiebre de cintura en el “Darklands” de los Jesus
and Mary Chain para concluir este año en el que quizá sea el último exponente
de pop perfecto: el “Joy 1967-1990” (el título no es casual) de Ultra Vivid Scene”.
Norberto Cambiasso en la revista Rock and Pop Año 5 N° 57 Enero
1991 página 42.
Ya pasaron 28 años desde que Cambiasso
escribió este texto que inicia este post de hoy, es bastante probable que él ya
no piense las cosas como solía hacerlo. De hecho, siendo que realmente disfruto
de cada uno de los cinco grupos nombrados en ese texto, yo tampoco estoy tan
seguro de estar de acuerdo con él. No estoy seguro de que las músicas funcionen
según esa línea original que él supo trazar (que sí es original, al menos para
mí lo es, nunca leí a nadie más que ubique estas relaciones en el pop
anglosajón de los ochentas). Y, hoy por hoy, tampoco me gusta que use ese pop
inteligente o perfecto como contraparte de “Madchester” como él lo hacía en esa
nota. Podemos reafirmar la fuerza de unas músicas sin tener que dar cuenta de
la supuesta debilidad de otras músicas. No obstante, cito ese texto porque en
su momento me fue útil para buscar grandes discos y creo que sigue siendo útil
en estos días también. Y, de paso, explico
cómo llegue a ciertas músicas.
Primero me lo conseguí en versión vinilo
allá por el ’94 y luego en CD cinco años después. Hubo una vez en la que nombre
una canción de este disco en SS.II. Fue en un post del 23 de agosto de 2006
cuando hable de unas recopilaciones de canciones de amor. 60 canciones de amor,
“Special one” era la número 55. Pero, mucho antes que eso, “Joy 1967-1990” ya
era un disco que me obsesionaba. Déjenme contarles una anécdota.
Cuando era pibe tenía 3 sueños: cantar en
una banda de rock, hacer un programa de radio para pasar mis músicas favoritas
y escribir en una revista de rock. Con este blog cumplí, estoy cumpliendo y
cumpliré con ese tercer sueño. Lo de cantar ya no me excita como en mi
juventud, el rock ya no es lo que era y eso de que te aplaudan no es para mí
duodeno. Pero lo del programa de radio… Bueh, una vez allá por el ’95 o ’96
arme un demo de mi propuesta radiofónica. Yo le parloteaba a un micrófono como
si ya estuviese trasmitiendo y luego pasaba canciones de mis vinilos. Esto fue
lo que elegí para esa mágica ocasión:
1 – Los Pillos – Viajar lejos
2 – The
Beatles – Within you without you
3 – Cocteau Twins – Sugar hiccup
4 – Almendra – Para ir
5 – Brian
Eno – Needles in the camel’s eye
6 – Love
& Rockets – No big deal
7 –
Throwing Muses – Vicky’s box
8 – Ultra
Vivid Scene – Poison
9 – Pink
Floyd – Take up the stethoscope and walk
10 – Peter
Murphy – The final solution
11 – REM –
Pop song 89
Los primeros cinco temas en el lado A de un
TDK 60 y el resto en el lado B y mi programa de radio iba a llamarse Los Lados.
Recuerdo que, como gancho, se me ocurrió un juego con mis supuestos oyentes.
Les pedía que encuentren lo que todas esas canciones tenían en común y la
respuesta era que todos sonaban en su versión en vinilo. Cuando un amigo
escucho esta cinta, se entusiasmo lo suficiente para proponerme grabar una
nueva cinta con otros temas, con nuevo juego con los oyentes y con su participación. Él luego se llevó esa
segunda cinta a sus pagos de Villaguay, Entre Ríos para probar suerte en las
radios locales. Hasta el día de hoy, nunca hice un programa de radio.
Como último párrafo de auto referencias:
está la canción “Guilty pleasure” que figura en el puesto número 282 de la
Fonola de materia gris Parte 6 del 26 de marzo de 2014. Bien, 3 canciones de
12, en tres contextos bien distintos: el amor o un programa de radio o listas
de canciones de determinados discos. Solo tres pequeños ejemplos de los cientos
de escenarios que surgen al escuchar.
El rango de voz de Kurt Ralske es un tanto
limitado, es cierto. Pero es la voz que sus composiciones piden. No puedo
imaginarme esas mismas canciones en otro vocalista técnicamente más preparado,
prueba suficiente de que con la técnica no hacemos la gran cosa.
“It happens every time” es un gran inicio
de disco. Luego le sigue “Staring at the sun”, un temazo cuya letra figura
tanto en el sobre interno del LP de
vinilo como en el booklet del CD. Una canción que habría sido un hit si los
programadores de FM no lo hubiesen ignorado por completo. Luego “Three stars”
con sus hermosos cambios de ritmo, con su combinación de lo acústico y lo
eléctrico. Lujos editados por el gran sello 4AD. “Special one”, la canción de
amor, esa en la cual canta Kim Deal, que por aquellos días tocaba el bajo y
cantaba en los Pixies. El frágil encanto de esta canción se ve coronada por la
dulzura de esa voz femenina. “Grey turns White”, la canción que le sigue, tiene
geniales arreglos. Y el tema “Poison” cierra el lado A, la canción ideal para
cuando el día se termina y uno se revisa recuerdos de las jornadas.
El lado B arranca con todo, con mi canción
favorita del disco, “Guilty pleasure”. Una excelente canción por donde la
escuches, todas esas guitarras lujosas, la batería, los teclados. Una
maravilla, tan solo este tema ya vuelve obligatoria la escucha de esta obra
maestra que es “Joy 1967-1990”. Le sigue “Extra ordinary” un tema hermoso pero
que justo quedó detrás de “Guilty pleasure” y de algún modo yo ya no lo escucho
con tanto entusiasmo como con el track anterior. Pero, ojo, presten atención a
ese final grandioso. Sorpresa. Más tarde
“Beauty #2”, su inicio de misterio, susurros tan cerca del micrófono y con
resonancia que suenan como una voz dentro de la cabeza, detalles bellos en
segundo plano y un final a toda máquina. “The kindest cut” con sus arreglos de
cuerda, la presencia de órganos y sucesión de paisajes. “Praise the low” viene
después, con una poderosa influencia del folk inglés, la percusión, la
guitarra, las cuerdas. Quizás el tema más frágil del disco entero. Finaliza
esta maravillosa placa el tema “Lighting”, un tema con ritmo marchoso, nos
vamos del disco en un viaje, a paso firme.
Ultra Vivid Scene editó discos antes y
después de este, yo tengo el CD anterior a este, también muy recomendable y una
canción en una recopilación del disco que le seguía. No obstante me parece que
este disco es el lugar indicado para iniciar la experiencia Ultra Vivid Scene.
Hermoso arte de tapa, 12 enormes canciones, no hay tantos discos así.
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