Me pude conseguir este CD original en el
2001. Se lo encarguen a un legendario disquero de Ituzaingo, creyendo que no me
lo iba a traer. Pero lo hizo y a un precio bastante razonable para aquellos
tiempos. Cuando esto pasó, Daniel me vendió ese CD como si fuese el acto más
habitual del mundo. Hoy por hoy, anda a saber cuánto podría llegar a costar y
cuanto habría que esperar por el bendito disco. En la superficie del CD figura
que está reedición es de 1985, a mi me suena medio raro.
Originalmente fue publicado por Ralph
Records, el sello discográfico de The Residents. Pero en el San Francisco de
fines de los setentas y principios de los ochentas esta música sonaba fuera de
sitio. Fue en la Europa continental donde los Tuxedomoon encontraron su público.
La reedición de este LP y del EP Scream With A View corre por cuenta del sello
belga Crammed Discs. Muchos de los discos de la banda, sino todos, fueron
editados por este sello.
El disco arranca con la oscuridad
enigmática de “Nazca” un instrumental con sintetizador, saxo, batería
electrónica y un bajo apenas tocado. Luego “59 to 1” gran protagonismo del
bajo, vientos, cada instrumento con un montón de espacio entre si, algo que me
recuerda al “minimalismo pop” de los Young Marble Giants, estos últimos
publicaron su “Colossal Youth” en ese mismo ’79. Pero aquí todo lo que suena
parece una cruza de jazz con el techno de Kraftwerk. “Fifth Column” vuelve a la
oscuridad post punk, a algo de los misterios de Cabaret Voltaire y Pere Ubu.
Tuxedomoon fue como una suerte de semillero
de futuras carreras solistas de la experimentación en los ochentas: Steven
Brown, Blaine Reininger y Peter Principle siguieron después con colaboraciones
y producciones solistas.
“Tritone (Música Diablo)” es otro
instrumental, ya van tres, que tiene un montón de cuerdas, un sintetizador extraterrestre
y batería electrónica. “Loneliness”, en cambio, es cantada, pero, hay que
decirlo, sus voces no son su punto fuerte. Con todo, esas voces le van bien a
esa sensación de confusión y desasosiego típico del ciudadano promedio en las
urbes modernas. Respirando la calma inquietud del paso despersonalizado de esas
horas. Otro instrumental “James Whale”, el aire contaminado de fuentes sonoras
que, de algún modo, nos amenazan. Algo de sus compañeros de sello, The
Residents, algo de industrial. En cierto under de los ochentas no había mucha
buena onda.
Con “What use?” hasta se puede bailar, me
recuerdan a los Japan, otra gran banda olvidada. Y también me recuerdan a los
Magazine pero es solo mi oído el que me hace resonar cosas. Busquen y escuchen
también estas dos bandas.
El bajo en “Volo Vivace”, otro instrumental
y van… Los violines, el pulso del sintetizador. La música para las preguntas
incómodas. ¿Qué es está nada en los papeles de los días? Y no poder dormir…
Siete años en una noche… poco a poco avanza
“Seven Years” una marcha con violines, una marcha que nos engancha mirándonos
los recuerdos, esos que allí están, en rincones poco recorridos de la memoria.
Luego “KM”, un instrumental de romance y extrañeza y pegado “Seeding The
Clouds”: “Y cuando vayas a dormir esta noche vas a soñar con la pantalla de la
TV”, no hay confort para esos espejos que tenes de ojos, hay multimedia, todo
viene mediado en tu mente ¿es tu mente realmente tu mente? Ese final de piano y
sintetizador a lo helicóptero. Placer.
“Nervous Guy” tiene guitarra eléctrica,
algo raro en estos Tuxedomoon. Yo solo escuche otro disco de ellos y lo tengo
en vinilo y no recuerdo si había alguna guitarra sonando. “No hablo mucho estos
días, no hay mucho que decir (…) no me toques (…) no estoy preparado para
sorpresas como esa”. La locura ordinaria, la perpetua ansiedad por lo que nunca
ocurre, la intranquilidad cotidiana del que protege lo que no es. “Where
Interests Lie” y los miedos típicos de la guerra fría, que hoy prosiguen en
nosotros bajo otras misteriosas formas. Esa belleza de final. Las percusiones
de “Special Treatment For The Family Man” acompañada por sintetizadores
fantasmas y el saxo, quizás aportando algo de calma. Un último track,
instrumental también, llamado “Midnite Stroll” termina este magnífico álbum.
Las tensiones electrónicas, eléctricas y
acústicas del disco ya se han apagado, así también les paso a esos sonidos que
remiten a la música concreta, esas grabaciones de voces aquí y allá. Pero no es
tan así, nada se apagó, todo quedo encendido en las alertas inestables de la
cabeza. No hay donde esconderse cuando todo lo que te asusta sos vos mismo o
vos misma. En este disco hay claves para romper miedos: Tuxedomoon se hicieron
preguntas a si mismos y se respondieron grabando, entre otras cosas, esto. Nosotros
les agradecemos esos goces sonoros escuchándolos.
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