Este disco me lo conseguí, en su versión CD
de 1993, en el ’98. Es un CD original con el booklet y todo pero, no sé muy
bien porque, me lo vendieron sin la contratapa. Y mientras escribo esto me
estoy preguntando porque nunca busque la contratapa de este CD en Internet.
Estaba de oferta en El Atril de Morón, en un local que aun sigue funcionando.
Seguramente estaba de oferta por eso, porque no tenía su contratapa.
Tampoco puedo explicarme porque, hasta el
día de hoy, nunca me procure una copia de su disco Moving (1984). Sí tengo The
Raincoats (1979) y The Kitchen Tapes (1983). Si solo me consiguiese Moving ya
tendría todos sus discos, al menos hasta donde yo sé. El sello que les editaba
sus discos era el legendario Rough Trade.
Las Raincoats son cuatro chicas. Luego del
primer disco, la baterista se fue y el puesto quedo vacante para luego ser
ocupado por una variedad de personalidades, entre ellas Charles Hayward (sí, el
de This Heat, banda que también les proveía sala de ensayo) y el maestro Robert
Wyatt. El hecho de no contar con una persona estable en la batería les agregó
una maravillosa polirritmia proveniente de los más diversos instrumentos de
percusión.
El inicio es espectacular, “Shouting Out
Loud”, percusiones de magia. Se suma el bajo, voces femeninas, pequeños sonidos
de instrumentos de cuerdas y, al minuto treinta segundos todo cambia, invasión
de violines y guitarras, más tensión, todo eso que parecía querer abrirse paso
al principio ahora ya está con nosotros. Ya estamos dentro de “Odyshape”, el
disco. “Family Treet”, el track que le sigue, empieza con piano, violines,
percusiones, es más misterioso, cambiante, el paso se acelera y desacelera en
fascinante confusión. “Only Loved At Night” está habitado por tensiones y
sonidos maravillosos, por música delicada y violenta.
Dentro del booklet del CD uno puede
encontrar un texto escrito por Kim Gordon (la bajista de Sonic Youth)
rememorando la llegada de estas chicas inglesas a EE.UU. También recuerdo que
fue Gina Birch, creo, la que formó parte de alguna de las varias mutaciones de
los geniales Red Crayola, el hermoso proyecto de Mayo Thompson. Ella también
escribió un texto para esta edición recordando aquella transición entre el
primer y segundo álbum.
“Dancing In My Head” tomo las lecciones del
reggae y las lleva a terrenos nuevos, hipnotizándonos mientras tanto. Guitarras
y baterías, voces en primer y segundo plano, belleza en planos cambiantes, todo
esto te encontras cuando escuchas “Odyshape”, la canción. “And Then It’s OK”,
desconciertos de búsquedas, una canción pop pero como ellas la entienden, sí,
tienen ese algo de Red Crayola, es cierto, y les queda tan bien.
“Baby Song”, con esos aires a lo The Slits,
otra gran banda postpunk de chicas. El postpunk andaba así, con muchas chicas
protagonistas, con ganas de experimentar. Con psicodelia bohemia. “Red Shoes” y
su folk enrarecido, contaminado. Y para terminar “Go Away”, el tema del caos de
la fiebre, y ¿de dónde hay que irse? ¿Hacia dónde vamos?
Desde el enigma de su arte de tapa hasta
cada segundo de cada canción, en cada una de esas nueve visiones, nueve
experiencias sonoras estimulantes, que me ayudan a pensar, que me bailan, que
me dejan intrigado por la dama en la oscuridad, con el agua del tiempo. Ellas
ubican ecos y reverberaciones para que tomes conciencia de la fábula del
espacio. ¡Qué hermosura que hay quienes se toman ese trabajo!
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