Tuesday, December 10, 2019

Paso-Peso-Piso-Pozo-Puso



1 – Había una vez un blogger que quería pasarse de listo y andaba con ganas de escribir un post que combinase comentarios acerca del disco “Discutible” de Los Babasónicos y los hechos e interpretaciones sobre el Copamiento del Cuartel de La Tablada del día 23 de enero de 1989. Parecían encajar perfectamente e iban a llamar la atención esas palabras yendo y viniendo de un evento artístico a un evento político. Porque el disco me gusta muchísimo. Porque pasaron 30 años de lo de La Tablada. Pero ese blogger, que vengo a ser yo, no pudo hacerlo. Este post es una suerte de relato de ese fracaso.
2 – Paso. Durante semanas, incluso meses, estuve escuchando el disco de Babasónicos del 2018 y viendo un documental sobre lo de La Tablada que se llama “Tablada-El final de los setentas” de Fabián Agosta del 2010. Aunque sea delirios míos, inducidos por la ingesta de sustancias tales como fideos con tuco o arroz con revuelto, yo aun creo ver claras conexiones entre esas letras y algunas de las declaraciones de los implicados en el hecho. De hecho, para dar por concluido el tema de mi parte, se me ocurrió escribir este post para pasarles la posta a ustedes, lectores. Les queda de tarea para el hogar: buscar las conexiones racionales y emocionales entre ambas experiencias, en este caso, un disco y una toma. Sin ir más lejos, creo que los flacos del MTP y los flacos de la banda comparten las mismas edades. De hecho, en aquel 1989 los Babasónicos ya andaban en proyectos musicales, aunque no con el mismo nombre de estos días ni con el mismo estilo de música. ¿Y qué tal si se tratasen de formas similares de idas y vueltas con los grupos sociales pero por distintos medios? Sí, muy delirante todo, pero hay que pensarlo para luego descartarlo.
3 – Peso. Faltan pesos en mi bolsillo y hay pesos que han complicado la marcha hacia la escritura del post. No tengo el libro “La Tablada A vencer o morir” de Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Fui a averiguar cuánto costaba y estaba medio caro. Porque el documental está muy bueno pero deja varias cosas sin aclarar. Ejemplo: en un momento uno de los pibes que coparon La Tablada le dice a uno de sus compañeros que tenía sed. El compañero va a buscar algo de beber  y le trae una gaseosa. ¡Una gaseosa! ¡En el medio de alta balacera! Y, luego, leyendo en Wikipedia, me entero que ellos habían irrumpido dentro del cuartel con un camión robado de transporte de bebidas. Y ahí tuvo más sentido ese relato. El documental está hecho con la idea de quien lo está viendo ya tiene varios datos en mente sobre lo sucedido. Además, todas las fuentes que consulte no logran ponerse de acuerdo sobre cuántos fallecieron, ya sea en combate o luego asesinados (una vez que se habían rendido, desarmados). Con tantos pesos costaba dar pasos y entonces sobrevino la parálisis. Y este post es un exorcismo. La forma en la que plasmar algo para seguir en otros escritos. Esto más adelante quizás se resuelva mejor.
4 – Piso. Más sano que estar escribiendo esto en soledad, para que termine leyéndolo yo solo, sería ir a charlar con los implicados. Establecer un piso. Que me discutan. Porque yo no hago canciones, yo no milito en ninguna organización ni política ni social. Pero como cada quien en cada sitio, escucho canciones y veo documentales y sospecho que uno podría sacar algo en claro que fuese útil para salir adelante. Sin ser las gentes dentro de un cuartel, armas en mano. Sin ser las gentes dentro de un escenario, instrumentos musicales en mano. Somos la gente presenciándolo. Podríamos ocupar un rol más activo en estos asuntos.
5 – Pozo. ¡Pero qué difícil se hace todo dentro del miserable pozo en el que caímos todos hace ya 4 años! El macrismo no dejo nada positivo. Ya están a punto de marcharse, pero el daño quedo instalado. Y salir de este pozo va a costar mucho esfuerzo. Y todo lo discutible fue a parar a un pozo y también metieron dentro de un pozo el homenaje a los hechos, cuando se cumplieron 30 años. Yo tenía 13 años cuando pasó lo de La Tablada. Lo vi por TV. Tuve los hechos ahí nomas y hasta el día de hoy ni siquiera se me había ocurrido pensarlos aunque sea un poco.
6 – Puso. Yo creo que se equivocaron, que esa no era la forma de encarar las cosas. El pueblo al que ellos decían representar no los acompañó. Ni antes, ni durante, ni después. Pero eso no es lo más importante que hay que aprender de La Tablada, ni de las letras de los Babasónicos. En uno de los testimonios, uno de los flacos rescató que ese copamiento subrayó la necesidad de los individuos de tomar acciones, más allá de lo que los políticos decidan. Que la gente también decide o que debe decidir, más allá de tan solo votar. Ella/Él puso una teoría en práctica. Ellos hicieron algo, mal, pero lo hicieron. Puso las cosas en orden aunque luego ese orden resultó inviable. Pero ponerse a realizar en el medio de tanta falta de acción, acomodados como estamos al consumo cultural (sin que importe si consumís “mainstream” o radicalismo ideológico envasado al vacío), es ya un avance. Una sociedad formada por individuos ocupados en su auto observación narcisista solo genera una frustrante y confusa bola de tranquila violencia. Una violencia que devora nuestras cosas hermosas. Una inhumanidad que hay que evitar que siga creciendo.
7 – Quiero terminar con Los Babasónicos. En una canción Adrian Dárgelos canta: “no soy un premio para nadie”. Pregunta: entonces, ¿hay alguien que es un premio para alguien? ¿Y qué pasaría si nos premiamos los unos a los otros con vivencias comunitarias igualitarias?


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