1 – Este libro
fue editado en 2019, pero yo lo conseguí en este 2022. Es un enorme libro,
tiene 508 páginas. Desde el mismísimo prefacio, el autor de esta maravillosa
obra elige citar algo que Tim Hodgkinson dijo en 1981: “Henry Cow – es
imposible de explicar. Ciertamente imposible de explicar sin escribir un libro
gordo”. Por años, en eso estuvo dedicado Benjamin. En este post voy a
recomendarles que consigan y lean este genial y valioso esfuerzo editorial
acerca de aquel colectivo musical poderoso, aunque esquivo y misterioso, que
supo ser una de las voces más originales y aventureras de la progresiva
británica de los setentas.
2 – Duke
University Press de Durham es el sello editorial que editó este libro. Con
revisar el inicio del libro alcanza para tener una visión general de la obra. Henry
Cow (aquel grupo de rock que a muchos les suena a jazz, pero que también trae
sonoridades psicodélicas, ecos de la música de cámara contemporánea, rastros
importantes de la experimentación electrónica en ejecución y grabación de
instrumentos y en el proceso de mezcla) es el tema central, pero no el único.
Música de vanguardia en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XX. Historia y
crítica musical. Aspectos políticos, filosofía y estética. Entrevistas a
músicos de rock. Todo esto y más es tratado en esta obra.
3 – Además del
prefacio, del que les hable más arriba, en el libro tenemos de todo:
Agradecimientos, gran cantidad de Notas, una extensa Bibliografía, Índice
Onomástico e incluso viene con un ensayo a modo de Epilogo llamado “The
Vernacular Avant-Garde”, donde el autor traza y discute una nueva tradición en
sonoridades singulares, en la cual no deja de nombrar a las Blank Tapes de
Reynolds, a los Red Krayola, Chris Corsano, Matana Roberts y demás exponentes
de una experimentación que tuvo una concepción al empezar para luego tomar
vuelo hacia nuevos horizontes vírgenes.
4 – Los diez años
abarcados por el libro, aquel periodo que va de 1968 a 1978, podría denominarse
como el periodo de duración que tuvo la progresiva británica. Pero los Henry
Cow no se quedaron tocando solo en el Reino Unido, tuvieron mucha resonancia en
diversos países del continente europeo y el autor nos narra esos viajes detalladamente.
Los diversos públicos, las diversas locaciones. De hecho, el tema de quien
estaba a cargo del sonido en vivo es minuciosamente tratado en la obra, siendo
los Cow una banda que analizaba y discutía su forma de sonar en estudio con
tanto celo y esmero, también era de esperarse que tuviesen la misma disposición
al tocar en vivo. Piekut remarca esas diferencias en el elaborado sonido del
grupo en estudio y en performance con el resto de los grupos contemporáneos. Al
mismo tiempo no se olvida de establecer conexiones con ciertos pasados (Mothers
Of Invention, Magic Band y su tiránico Captain Beefheart, Soft Machine) y
ciertos presentes (Magma). Por supuesto, las idas y vueltas entre los Henry Cow
y los Slapp Happy también son analizados concienzudamente.
5 – Tengo un
temita con el índice de contenidos, o sea con algo que no es responsabilidad
del autor, sino de la editorial. Faltan detallar los subtítulos, los cuales no
solo guían a los lectores en el paso a paso de la lectura, sino que también
podrían guiar a alguien al hojear el libro por primera vez si hubiesen sido
incluidos. La Introducción tiene 3 subtítulos, el capítulo 1 tiene 4, capítulo
2: 6, capítulo 3: 6, capítulo 4: 6, capítulo 5: 8, capítulo 6: 7, capítulo7: 8,
capítulo 8: 7 subtítulos. Esos subtítulos señalan temas importantes, la rica
historia de los Henry Cow, en las manos del genial Benjamin, va desarrollándose
en diversas sendas: relaciones con el feminismo de parte de los hombres y
mujeres de la banda; tensiones entre egos creativos; relaciones con el
comunismo, maoísmo y capitalismo; ingreso a (y egreso de) Virgin Records; el
luminoso comienzo y el oscuro final de un grupo que nos dejó impresionantes
discos.
6 – Hay varios
temas que futuros libros podrían seguir desarrollando: Recommended Records,
Rock In Opposition, los cientos de proyectos que los integrantes del colectivo
fueron formando a lo largo de los años, desde aquel 1978 hasta nuestros días. Porque
es cierto que tenemos Discogs para la data dura y pura y The Wire Magazine para
ciertos artículos y reseñas de discos, pero aún no tenemos un Piekut
hablándonos de todo esto con la misma profundidad que alcanzó este hermoso
trabajo realizado.
7 – Unas cosillas
que me gustaron encontrarme. Lo del Clive Bell en The Wire Magazine (https://significadosinvisibles.blogspot.com/2022/08/clive-bell-escribe-sobre-el-grupo-henry.html)
que figura en la Bibliografía, luego enterarme que él mismo supo integrar un
trío con Fred Frith y Lindsay Cooper, encontrar nombrados a los Red Balune y a
los Radar Favourites (lástima que no desarrolló sobre los mismos), encontrar a
los This Heat en la lista de Bibliografía (curiosamente, no figuran en ninguna
otra parte del libro), encontrar nombrado un libro de David Grubbs en la
Bibliografía, ver que la canción “Blue Flower” de los Slapp Happy es mencionada
y se detalla que tiene un aire a Velvet Underground (una canción que los
jóvenes de los noventas conocimos de la mano de los Mazzy Star).
8 – Desde un Zeitgeist abonado por grupos como Faust y ciertos críticos en algunas publicaciones, auspiciado por productores musicales que trabajaban de eslabones entre músicos inspirados y sellos discográficos sin mucha idea, pero con ganas de ordeñar la vaca del pop y sacar cuanta ganancia les fuese posible. Ese fue el suelo en que pastó nuestra Enrique Vaca. Cuando Benjamin da cuenta de las lecturas y opiniones que fue recibiendo sobre ellos durante la elaboración del libro en el Prefacio, parte en la que también nos confiesa que mucho fue lo que quedó sin explicarse, uno se da cuenta que esto tan solo acaba de empezar. Que el mundo era un problema y lo sigue siendo. La abulia cultural general se ve irrumpida por libros como estos. Por suerte, Benjamin Piekut no está solo. Cierto que es acompañado por unas minorías. Quizás no esté tan mal que así sea. En parte, cada quien elige en que club se subscribe, al menos, en ciertos aspectos, es así. Una banda que se terminó en 1978 recibió su gran libro que la acompañe 41 años después. Todos quienes la formaron luego siguieron sendas de belleza y cuestionamiento. Hay ciertos sueños que nunca se apagan.
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